CAPÍTULO 11
LAS TRADUCCIONES DE LA PALABRA DE DIOS
Al proceder como un obrero, hay información básica que tiene que
mantenerse en mente, empezando con que ninguna traducción o versión de la
Biblia puede ser llamada con propiedad la Palabra de Dios.
La Biblia de la cual yo he estado citando se llama la Versión
Reina-Valera, Revisión de 1960. No es la traducción Reina-Valera. Si yo tuviera
en mis manos la traducción de Casiodoro de Reina, o de Cipriano de Valera,
tendría una Biblia muy valiosa como articulo de coleccionista. Una vez que se
hace la traducción de un texto original, como el texto de Esteban del cual
Casiodoro de Reina hizo su traducción y versión (y esta versión fue revisada
luego por Cipriano de Valera), la traducción, esa primera copia, se llama una
traducción. Cuando los estudiosos empiezan a revisar la traducción en cualquier
forma, se vuelve una versión.
Ahora, dije que ninguna traducción, menos aun una versión, puede ser
llamada con propiedad la Palabra de Dios. En cuanto se sabe, no hay textos
originales existentes hoy en día. El manuscrito fechado más antiguo está
escrito en arameo estranguelo. Hay una posibilidad de que algunos de los
manuscritos más antiguos en arameo estranguelo sean anteriores al año 434
D.C Aquéllos a los que los estudiosos o
letrados se refieren como originales en realidad son del año 430 y más tarde.
Estos manuscritos no son originales-los originales son aquellos que fueron
escritos por santos hombres de Dios siendo inspirados por el Espíritu Santo. En
el mejor de los casos tenemos copias de los originales. Cuando me refiero a la
Palabra de Dios, no quiero decir una copia o una traducción o una versión;
quiero decir la Palabra de Dios que fue originalmente dada por revelación a
hombres santos.
Puesto que no tenemos originales y que los manuscritos más antiguos datan
del quinto siglo D.C., ¿cómo podemos regresar a la profecía auténtica la cual
fue recibida cuando santos hombres de Dios hablaron? Para conseguir la Palabra
de Dios de cualquier traducción, o de cualquier versión, tenemos que comparar
una palabra con otra palabra y un versículo con otros versículo. Tenemos que
estudiar el contexto de todos los versículos. Si es la Palabra de Dios,
entonces no puede tener una contradicción pues Dios no se puede contradecir a
Sí mismo. El error tiene que estar ya sea en la traducción o en el propio
entendimiento de uno. Cuando lleguemos a esa original Palabra respirada de
Dios-lo cual yo confío en que podemos hacer-entonces una vez más seremos capaces de decir con toda la
autoridad de los profetas de antaño: "Así dice el Señor".
Noten cuidadosamente lo
que a continuación se explica acerca de la Palabra: (1) no hay textos originales en existencia
hoy en día; (2) no había divisiones de capítulos en los manuscritos originales;
(3) no había divisiones de versículos en los manuscritos originales. Nuestra
actual división de la Biblia en capítulos, en ambos testamentos, el Antiguo y
el Nuevo, data de alrededor de 1250. Nuestra división de la Biblia en
versículos data de alrededor de 900 D.C. en el Antiguo Testamento, y de 1551 en
el Nuevo.
Dios no puede ser
culpado por el error en la división de versículos o capítulos. Los capítulos y
versículos sólo son buenos para una referencia rápida. Pero debemos tener
presente que los capítulos y los versículos son todos hechos por el hombre y,
por lo tanto, desprovistos de autoridad en cuanto a dividir correctamente la
Palabra de Verdad.
Observemos algunos
ejemplos de divisiones deficientes en capítulos y versículos.
Génesis 1:31:
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era
bueno en gran manera. y fue la tarde y la mañana del día sexto.
Luego viene el capítulo
2 el cual comienza con "Fueron, pues..." Esa segunda palabra
inmediatamente me dice que algo está mal porque "pues" muestra el
resultado de lo que ya ha sido dicho. El capítulo 1 cerró con "Y fue la
tarde y la mañana el día sexto". Y el capítulo 2 comienza:
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el
ejército de ellos.
Versículo 2:
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó
el día séptimo de toda la obra que hizo.
Versículo 3:
Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en
él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
Versículo 4:
Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra
cuando fueron creados...
El versículo 4 es un
pensamiento enteramente nuevo. Los tres primeros versículos del capítulo 2
terminan el pensamiento del primer capítulo. El segundo capítulo debería
comenzar con el versículo cuatro: "Estos son los orígenes..."
Juan 2 es otro ejemplo
de mala disposición de los capítulos. Una de las razones por la cual la
historia de Nicodemo no ha sido entendida es que nunca hemos leído los
versículos que la preceden como parte del contexto. Juan 2:23 debería ser
lógicamente Juan 3:1.
Estando (Jesús) en Jerusalén en la fiesta
de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.
Versículo 24:
Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a
todos,
Versículo 25:
y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del
hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.
Capítulo 3, versículo 1:
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo,
un principal de entre los judíos.
El leer esos tres
versículos antes de comenzar este tercer capítulo, explica el contexto para la
venida de Nicodemo. Jesús sabía lo que había en Nicodemo. Con esta introducción
o antecedente al escenario de la historia, se entiende fácilmente a Nicodemo.
Juan 7:53 es un ejemplo
de un capítulo que está dividido en la mitad de un versículo.
Cada uno se fue a su
casa;
El capítulo 8,
versículo 1 comienza:
y Jesús se fue al monte
de los Olivos.
Debería leerse:
"Cada uno se fue a su casa; y Jesús se fue al monte de los Olivos". Entonces
debería haber una división de capítulo para comenzar: "Y por la mañana se
volvió al templo..."
Si la división de
capítulos no estaba en los originales, ¿qué me dice de los títulos insertados
en distintas secciones del texto? Estos títulos tampoco son parte de la Palabra
original respirada de Dios y generalmente están escritos en letra negrilla.
Estos son los que el hombre ha añadido.
Los párrafos y
referencias son todos hechos por el hombre. Los párrafos son interpretaciones
de lo que los traductores piensan. Ellos indican que un tema está completo y
que uno nuevo comienza. Algunas veces los traductores dejan de reconocer la
división apropiada de temas. Las referencias, las cuales están al final de la
página, nos dicen lo que, según el pensamiento de los editores, tiene conexión
con ese versículo. Algunas veces ellos están en lo cierto, algunas veces se
equivocan. Todas estas marcas han sido añadidas y pueden confundir al
estudiante común y corriente que es nuevo en la Biblia porque él puede pensar
que han sido dadas por Dios mismo.
Dios dio la Palabra
original. El no es en nada responsable por los errores que los hombres han
introducido por sus títulos o referencias o marcas de párrafos. El hombre
cometió todos esos errores.
La puntuación es otro
ardid hecho por el hombre. Si usted quiere que la Biblia diga algo para
justificar su teología, todo lo que tiene que hacer es manipular la puntuación.
A la Palabra de Dios se le puede hacer decir algo que en realidad no dice con
solamente poner una coma. Cada traductor siguió su propio plan o su propia
norma lo cual hace que toda la puntuación sea desprovista de autoridad divina.
Observemos un caso en
que la Versión Reina-Valera evita la inserción de puntuación añadiendo una
palabra que toma el lugar de una coma:
Lucas 23:43:
Entonces Jesús le dijo (al malhechor): De
cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
La palabra
"que" no aparece en ningún texto griego, y ha sido añadida por los
traductores. Si quitamos la palabra "que", lo que nos queda es:
"...De cierto te digo hoy estarás conmigo en el paraíso". Ahora tenemos una pregunta: ¿modifica la
palabra "hoy" al verbo "decir" o al verbo
"estar"? Los traductores de la Versión Reina-Valera dieron su
interpretación con la inserción de la palabra "que" entre
"digo" y "hoy", haciendo que "hoy" modifique
"estarás". Otras versiones dan su interpretación poniendo una coma o
dos puntos antes de la palabra "hoy", mientras que otras ponen la
coma o los dos puntos después de la palabra "hoy". ¿Por qué? Porque
un grupo enseña que en el momento que uno muere, se va al cielo, mientras que
otros grupos enseñan que en el momento que uno muere, no va necesariamente al
cielo pues hay un período de espera antes de ir al cielo. Si es que hay un
período de espera entre la muerte y el cielo, entonces Jesús no le podía decir
a ese malhechor: "Hoy estarás conmigo en el cielo", puesto que ese
malhechor hubiera tenido que esperar un cierto tiempo. Por otro lado, otros
dicen que el hombre se va al cielo inmediatamente después de la muerte de modo
que la coma antes de la palabra "hoy" está de acuerdo con su
teología.
Si un hombre se va al
cielo hoy en día, el cielo tiene que estar disponible. Algunos enseñan que el
cielo está disponible. Si hubieran estudiado la Palabra, sabrían que el cielo
no está disponible. Sin embargo, este versículo habla del paraíso y el paraíso
no es el cielo. El cielo es el cielo y el paraíso es el paraíso. Cuando la
Palabra de Dios dice "paraíso", quiere decir "paraíso". El
paraíso está presente en Génesis, capítulos 1 y 2, al final del cual el paraíso
ya no es accesible. No está disponible otra vez hasta el libro del Apocalipsis
el cual habla de un nuevo cielo y una nueva tierra donde habita la justicia.
El paraíso siempre es
un lugar sobre la tierra. Si nos vamos a ir al paraíso, tiene que estar
disponible. ¿Le decía Jesús al malhechor ese día: "...De cierto te digo
hoy..." o era "...De cierto te digo, hoy ..."? Puesto que el
paraíso no existía en el día de la crucifixión, Jesús tenía que decir al
malhechor que en algún momento del futuro él estaría con Jesús, no en el cielo,
sino en el paraíso.
Leamos la oración con
la precisión literal de la palabra "paraíso" en mente.
...De cierto te digo
hoy (que) estarás (en un día que viene en el futuro) conmigo en el paraíso.
Esto calza con el resto
de la Palabra de Dios. La inserción de una palabra extra, en lugar de una coma
en su lugar debido, ha causado tanto error al dividir la Palabra.
Un ejemplo de un grave
error de puntuación es en Hechos 21 el cual, cuando lo vi por primera vez, lo
encontré difícil de creer. A mí se me había enseñado que los hombres de Dios en
la Biblia-como Abraham, Pablo y Juan-nunca cometieron errores. Estos hombres
estaban sobre un pedestal, mientras que nosotros, los otros humildes
cristianos, les mirábamos con asombro y boquiabiertos porque ellos estaban a un
nivel al cual pensábamos que nunca podríamos aspirar. El pasaje del Apóstol Pablo en Hechos 21 me dio una
buena sacudida cuando se descubrió el error en el uso de los dos puntos y la
coma.
Hechos 21:14:
Y como no le pudimos persuadir (a Pablo),desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
Este versículo, en la
forma en que tiene la puntuación, obviamente dice que ellos trataron de
persuadir al Apóstol Pablo de que cambiase de opinión y no fuese a Jerusalén;
pero como Pablo no cambiaba de opinión, ellos finalmente le dijeron: "Está
bien, Pablo, anda y haz la voluntad del Señor. Ve a Jerusalén". Pero esto
no es lo que dice.
Para entender los
antecedentes de esta situación, regresemos a Hechos 20:22.
Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén,
sin saber lo que allá me ha de acontecer.
Pablo, estaba ligado en
espíritu. Estar "ligado en espíritu" quiere decir que uno no está
espiritualmente libre. Pablo quería ir, pero algo le machacaba la mente
diciendo: "No vayas". Pablo dijo: "Yo voy a ir a
Jerusalén"; pero cuando hizo esta declaración, estaba ligado en espíritu,
se sentía restringido. El sabía que no debía ir.
Versículo 23:
salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da
testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones (si voy a Jerusalén).
Versículo 24:
Pero de ninguna cosa
hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi
carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar
testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
¿No suena maravilloso,
sincero, devoto? ¿Pero de qué servía la sinceridad de Pablo en ir a Jerusalén
cuando el espíritu ya le había dicho que no fuese?
Hechos 21:3:
Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos
a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí.
Versículo 4:
Y hallados los discípulos (allí), nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu,
que no subiese a Jerusalén.
¿Cuál era pues la
voluntad de Dios? Que Pablo no fuera a Jerusalén. ¿Pero quién estaba
determinado a ir?
Versículo 8:
Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos,
fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de
los siete, posamos con él.
Versículo 9:
Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.
El versículo nueve no
dice lo que las doncellas profetizaron. Yo le apostaría, sin embargo, que ellas
no profetizaron sobre el precio del café, o sobre quién ganaría el próximo
juego de pelota. ¿De qué está hablando el contexto? De un hombre que quería ir
a Jerusalén mientras que la voluntad del Señor era que no fuera. Pablo
persistió, sin embargo. En contexto sabemos cuál fue el tema de la profecía de
las doncellas.
Después de un período
de tiempo vino otro mensaje para Pablo.
Versículo 10:
Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de
Judea un profeta llamado Agabo.
Miren el esfuerzo que
estaba haciendo Dios para mantener a Pablo fuera de un lío. Primero que nada,
le dijo a Pablo personalmente que no fuera a Jerusalén; Pablo estaba ligado en
espíritu. Luego Pablo fue prevenido por un grupo en Tiro quienes le dijeron,
por el espíritu, que no fuera. Pablo continuó su viaje hasta Cesarea donde
cuatro creyentes cristianas profetizaron. Finalmente Dios mandó a un profeta a
hacer el recorrido desde Jerusalén hasta Cesarea para que interceptase a Pablo
en su jornada y dijese: "Pablo, no vayas a Jerusalén".
Hechos 21:11:
quien viniendo (Agabo) a vernos,
tomó el cinto de Pablo (una cinta de tela de diez a doce centímetros de
ancho la cual ellos ataban alrededor de sus vestiduras exteriores), y atándose los pies y las manos, dijo: Esto
dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es
este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.
Versículo 12:
Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar,
que no subiese a Jerusalén.
Dios había hecho todo
para mantener a Su hombre fuera de un
gran dilema, pero Pablo estaba determinado a meterse en el dilema. Dios
puede tratar de decirle algo a usted; pero si usted no quiere escuchar, El no
lo puede forzar a usted.
Versículo 13:
Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y
quebrantándome el corazón?...
Pablo se lamentaba,
para así decirlo: "¿No saben ustedes que yo estoy listo no sólo para ser
atado sino a morir también en Jerusalén por el nombre del señor Jesús?"
¡No suena eso magnífico y sincero! Pero Pablo estaba totalmente equivocado. La
voluntad del Señor era que no fuera a Jerusalén.
Después de que los
traductores dieron la Palabra exactamente hasta este punto, llegaron al
versículo 14. Los traductores trataron de ayudar a Pablo a salvar las
apariencias en las traducciones modernas con simplemente poner comas y dos
puntos.
Versículo 14:
Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo:
Hágase la voluntad del Señor.
Si se dejan las comas y
los dos puntos, hay una complicación de errores pues la verdad del pasaje es
claramente obvia. Cuatro veces la palabra del Señor para Pablo fue que no fuera
a Jerusalén. Si esa era la Palabra de Dios, entonces tiene que encajar con el
versículo 14 también. ¿Qué hicieron los traductores? Pusieron comas y dos
puntos para justificar su teología pues no podían creer que el Apóstol Pablo
jamás hubiese cometido un error. Permítame preguntar: ¿Fue Pablo a Jerusalén?
Seguro, él fue a Jerusalén. ¿Se metió en problemas? Claro que sí; él casi perdió
su vida allí. Este poderoso hombre de Dios, bajo cuyo ministerio todo el Asia
Menor oyó la Palabra de Dios en dos años y tres meses, en los dos años que
siguieron no ganó una sola alma para el Señor Jesucristo. El único pasaje es en
Hechos 26:28 cuando le testificó a Agripa el rey, quien le dijo a
Pablo:"...Por poco me persuades a ser cristiano". Si los evangelistas
que usan este texto se dieran cuenta de lo que en realidad implica, nunca lo
usarían otra vez. En el contexto, la cita es acerca del ministerio de un hombre
que estaba fuera de la voluntad de Dios. Lo más cerca que Pablo llegó a estar
en ganar alguien para el señor en todos esos años fue "por poco".
Quite las comas y los
dos puntos de Hechos 21:14:
Y como no le pudimos persuadir (a Pablo)desistimos diciendo (dejamos de decir:)hágase la voluntad del Señor.
En un momento sus
amigos cristianos le decían a Pablo: "Haz la voluntad del Señor. No vayas
a Jerusalén". Trataron lo mejor que pudieron para persuadirle, pero como
no le pudieron persuadir, dejaron de decir "haz la voluntad del
Señor" porque Pablo estaba determinado a hacer su propia voluntad. Ahora
su Biblia encaja como anillo al dedo; ahora tenemos la Palabra de Dios.
Las comas y los dos
puntos han sido todos añadidos por el hombre. En la Palabra de Dios original no
había puntos, ni dos puntos, ni comas, ni puntos y comas, ni capítulos, ni
versículos, ni títulos, ni referencias.
Todas estas cosas han
pasado por períodos de cambio. En este estudio en Poder para la vida abundante en el cual estamos interesados en la
precisión y la integridad de la Palabra de Dios, debemos volver a esa Palabra
original la cual fue dada cuando santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo. Debemos arrancar las teologías de los traductores
las cuales han venido con las artimañas hechas por los hombres, y una vez más
descubrir la perfecta Palabra respirada de Dios.
El libro del Poder para la Vida Abundante se compone de una tabla de materias de cinco partes, haciendo un total de 25 capítulos, a medida que se vayan transcribiendo, todo Dios Mediante, se irán poniendo disponibles digitalmente.
ResponderEliminar"La Palabra del Señor no está presa"
Hechos 19:20:
Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
¿Qué crecía? No la opinión del hombre. La Palabra del Señor crecía y la Palabra del Señor prevalecía. Cuando esa Palabra de Dios prevalece, empiezan a ocurrir cosas en nuestras vidas, en nuestra comunidad y en nuestra sociedad. Pero mientras el crecimiento de la Palabra de Dios sea impedido, mientras la gente no entienda la plenitud de la Palabra de Dios, nunca podrá prevalecer. Dios quiso que Su Palabra prevaleciese. Dios nos dio Su Palabra para que nosotros podamos guiar a la gente de las tinieblas a la luz gloriosa del evangelio de redención y salvación para hacer conocer Su voluntad.
Cita del libro "Poder para la Vida Abundante" V.P. Wierwille Pág. 119