jueves, 24 de julio de 2014

LA IGLESIA NUEVA Y DINÁMICA Cap. 2 V.P.Wierwille

Segunda Parte (Capítulos 2 al 8)

EL NACIMIENTO Y CRECIMIENTO
DE UN CRISTIANO

Para ser miembro de una familia terrenal una persona tiene primero que nacer. De la misma forma, para ser un miembro de la familia celestial de Dios, una persona tiene que nacer dentro de la familia de Dios. En ambos casos empezamos como bebés. En la familia humana un bebé madura paso a paso, día a día. Sin embargo, en la familia de Dios, para que un bebé madure no se requiere tiempo solamente, sino algo más. De hecho, algunos bebés en Cristo nunca maduran debido a dos posibles razones: primero, puede que nunca hayan sido enseñados o que nunca hayan aprendido otra cosa aparte de cómo nacer dentro de la familia, o segundo, puede que hayan rechazado el plan de desarrollo que se debe llevar a cabo si es que van a madurar espiritualmente. La madurez no surge espontáneamente como un simple acto de Dios.

En esta parte sobre "El Nacimiento y crecimiento de un cristiano" estudiamos la Palabra de Dios para aprender acerca de nuestro desarrollo cristiano. Este estudio erradica el primer problema: la ignorancia. El próximo paso--la aplicación del plan de Dios para nuestro crecimiento espiritual--sigue estando en nuestras manos.

"El Compromiso incondicional" y "Cómo ser un cristiano" muestran el paso fundamental de nacer dentro de la familia de Dios. "Su poder legal de representación" y "La Clave al poder" exponen los derechos y privilegios que tenemos como miembros de esa familia.

Hasta este punto nosotros mismos no hemos hecho nada para obtener lo que tenemos como hijos de Dios. Dios en Cristo hizo el trabajo requerido para darnos la salvación y los derechos de filiación. Sin embargo, después del nacimiento espiritual con su inherente poder potencial, tenemos que seguir el plan de Dios si vamos a sobrepasar nuestra "etapa infantil" cristiana. Tenemos que poner en aplicación nuestro poder legal de representación y los otros derechos legales que se nos han conferido. En "Estar en comunión es el secreto" se revela la fuerza que tenemos cuando nos mantenemos en comunión y alineamiento con Dios. "¿Qué es la adoración verdadera?" estudia lo que la Palabra dice que la adoración es. De acuerdo con la Biblia, la adoración no tiene nada que ver con edificios de iglesias o altares o candelabros. La adoración es tener comunión con Dios por medio del espíritu santo. Esta verdad responde a una pregunta que por largo tiempo ha mantenido perplejas a muchas personas e ilumina nuestro entendimiento para que sepamos cómo Dios espera que le adoremos.

El capítulo final de esta parte muestra al cristiano maduro en pleno florecer. Primero aprendimos de la inversión que Dios depositó dentro de nosotros cuando nacimos como cristianos. Luego aprendimos que al crecer cultivamos esa inversión inicial mediante el permanecer en comunión y el adorar a Dios por medio del espíritu. Cuando como cristianos estamos listos para aceptar "La Responsabilidad del creyente", eso muestra que hemos progresado más allá de la primera etapa con su enfoque egoísta. El cristiano ha madurado espiritualmente hasta el punto de aceptar su responsabilidad, que sencillamente es dar testimonio de la grandeza de Dios y de Su Palabra a aquellos que no tienen conocimiento. Luego, depende de ellos mismos decidir si aceptan o rechazan el nacimiento y crecimiento dentro de la familia de Dios.


Capítulo Dos

El Compromiso incondicional


Romanos 10 contiene el compromiso incondicional.

Romanos 10:9,10:
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Cuando un hombre confiesa con su boca que Jesús es el señor y cree en su corazón* que Dios levantó a Jesús de los muertos, Dios crea un nuevo espíritu en ese hombre que antes de esta confesión tenía solamente cuerpo y alma.**  En el momento en que usted cree en lo más profundo de su ser que Dios levantó a Jesús de los muertos, usted es salvo--tiene vida eterna dentro de sí.

“Corazón es la figura literaria catachresis y quiere decir: “la parte más íntima de la mente”.

 **2 Pedro 2:12 y Judas 10 se refieren a los hombres de cuerpo y alma como "animales irracionales"

Este es el milagro de la conversión, el nuevo nacimiento, un milagro de Dios mediante el cual un hombre o una mujer de cuerpo y alma se vuelve una nueva creación en él, teniendo así cuerpo, alma y espíritu.

Que un hombre crea en su corazón que Dios levantó a Jesús de los muertos es "creer para justicia". Solamente después de que una persona cree para justicia le es posible confesar que Jesús es el señor. En esta confesión yace la salvación que un hombre recibe porque él cree.

¿Qué quiere decir la palabra "salvación"? Quiere decir integridad o sanidad: mental, física, espiritual. Colosenses 2:10 define "integridad" como "completo". Dios nos ha hecho "completamente completos", teniendo todas las cosas necesarias en esta vida y en aquella que está por venir.

Justicia, por otro lado, es nuestra habilidad dada por Dios de estar y andar ante Dios sin ningún sentido de pecado, culpa o miedo. La justicia es nuestra por creencia única y exclusivamente. Nosotros no hacemos obras para obtener la justicia; pues si lo hiciéramos, sería algo ganado. No podemos hacer obras para obtener la justicia; simplemente aceptamos la justicia de Dios como un don. El compromiso incondicional da tanto justicia como integridad.


Efesios 2:8,9:
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

no por obras, para que nadie se gloríe.

Efesios 4:7:
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.


Todos los creyentes renacidos tienen "la fe de Jesucristo" que es la medida dada a cada uno cuando cree.* Después de que una persona ha confesado con su boca al señor Jesús y ha creído en su corazón que Dios levantó a Jesús de los muertos, esa persona es un hijo privilegiado de Dios con acceso a todas Sus promesas. Todos los creyentes renacidos tienen el derecho legal y la oportunidad de recibir lo que Dios ha hecho disponible. Todos tienen la misma justicia, la misma cantidad de fe y la misma perfección ante Dios.


* Romanos 3:22 “la justicia de Dios por medio de la fe en [de] Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia”.

Romanos 12:3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.

Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

¿Cree usted que Dios es poderoso para hacer todo lo que ha prometido? Si usted lo cree, verá poderosas señales, milagros y maravillas en su vida. Usted debe creer que Dios no solamente es capaz sino también deseoso de hacer lo que El ha prometido.

Efesios 1:7:
en quien [Jesucristo] tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.

Tenemos redención por su sangre según las riquezas de Su gracia. ¿Cree usted que Dios es rico en gracia? "Porque de tal manera amó Dios... que ha dado a su Hijo unigénito..." Eso es ser rico en gracia, ¿no le parece? A mí sí. Efesios dice que hemos recibido redención así que no tenemos que suplicarle a Dios que nos la dé. La única cosa que tenemos que hacer es recibirla.

Colosenses 1:13,14:
el cual nos ha librado [tiempo pasado] de la potestad de las tinieblas, y trasladado [tiempo pasado] al reino de [por] su amado Hijo,

en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Si Dios nos ha librado de la potestad de las tinieblas (eso es, la potestad de Satanás), ¿cómo podemos estar todavía bajo esa potestad siniestra? Si hemos sido librados, ¿para qué seguir buscando liberación? ¿Para qué esperar liberación cuando ya se ha hecho disponible? Satanás no tiene derecho legal alguno sobre un creyente porque todos los creyentes han sido librados de la potestad de Satanás por medio de Jesucristo. Cuando creemos podemos apropiarnos de lo que Dios logró para nosotros cuando nos rescató de la potestad de Satanás. Así que la próxima vez que se enferme, diga: "Un momento, dolor de cabeza [resfriado, o cualquier síntoma negativo que sea], no tienes poder alguno sobre mí. Fuiste derrotado hace más de mil novecientos años. Lo dice la Palabra y yo creo la Palabra; por lo tanto, vete de mí". Cuando tenemos salvación, tenemos integridad, incluso integridad física, si simplemente la aceptamos.

A excepción de la Palabra revelada de Dios, no tenemos nada en lo cual estar firmes para obtener nuestra integridad. Cuando estamos firmes en la Palabra tenemos solamente una manera de vivir: la de Cristo Jesús. En él tenemos integridad.

2 Corintios 5:7:
(porque por fe [creencia] andamos, no por vista).

La Biblia dice que hemos de creer primero, y entonces veremos. Estamos firmes en la Palabra y declaramos la Palabra. Si yo oro por los enfermos y nadie es sanado, continúo orando por los enfermos porque la Palabra dice que la sanidad está disponible. Si nadie creyera en recibir el poder proveniente del Espíritu Santo, yo seguiría enseñando acerca del Espíritu Santo de todos modos porque la Biblia amonesta en Efesios 5:18: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”. Debemos andar creyendo las promesas de la Palabra de Dios; entonces nos está garantizado el cumplimiento de la promesa aun cuando es posible que no veamos los resultados inmediatamente.

Al pertenecerle a Cristo, usted es un hijo de Dios. En el momento en que usted se vuelve un hijo de Dios, pasa a ser heredero de todo lo que Dios ha hecho disponible.

Romanos 8:17:
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo...

Entonces, ¿cómo puede usted, como cristiano, hablar negativamente? ¿Cómo puede continuar estando lleno de miedo? ¿Cómo puede vivir en su comunidad y actuar como si estuviera derrotado? Usted no está derrotado. Satanás ha sido derrotado y el poder de Dios está en usted hoy.

Romanos 8:11:
Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

¿Quiere usted que su cuerpo sea vivificado--hecho vivo, vital, vigoroso? La Palabra dice que si usted hace el compromiso incondicional de confesar a Jesús como su salvador y señor creyendo que Dios levantó a Jesús de los muertos, no sólo es usted vivificado espiritualmente sino que también su cuerpo físico es vivificado ahora mismo.

Ya que usted tiene adentro el espíritu proveniente de Dios, usted es justo; ya no está separado de Dios. Después de que Dios da todo esto, usted tiene una responsabilidad. El dice que usted tiene que renovar su mente.

Efesios 4:23,24:
y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Usted no solamente ha de ser renacido del espíritu proveniente de Dios, sino que tiene que cambiar su forma de pensar.

Filipenses 4:8:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Cambie lo que pone en su mente. Cambiar el alimento que usted está enviando a su mente es "renovar su mente". Piense esas cosas que son verdaderas, honestas, justas, puras, amables y de buen nombre.

Si por su libre albedrío usted acepta a Cristo como su salvador y renueva su mente de acuerdo a la Palabra, usted encontrará que cada palabra que le he escrito es verdad. Le desafío a estar firme en la Palabra de Dios, a declarar su autoridad en Cristo y a reclamar sus derechos.

Romanos 10:11:
La Escritura dice: ningún hombre que crea en él--que se adhiera a, se atenga a y confíe en él--será [jamás] avergonzado o desilusionado. [Traducción amplificada.]

Hagamos nuestro compromiso incondicional; confesemos a Jesús como señor y creamos que Dios le levantó de los muertos. Nunca seremos desilusionados.





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