domingo, 20 de julio de 2014

LA BIBLIA ME LO DICE CAP.15 V.P.Wierwille

Capítulo Quince

El Aguijón en la carne de Pablo
      
El aguijón en la carne de Pablo ha sido el aguijón en la carne para más gente que casi cualquier otro pasaje en la Palabra de Dios. Siempre que alguien desea defender su indefendible teología con respecto a la voluntad de Dios en cuanto a las enfermedades de las personas, invariablemente señala al “aguijón en mi carne” de Pablo.
      
El primer requisito previo en cualquier estudio que contribuya a una vida abundante, es una lectura exacta de aquello que está escrito. Leamos exactamente lo que está escrito por Pablo.
  
2 Corintios 12:7-10:
Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase
desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne,
un mensajero de Satanás que me abofetee,
para que no me enaltezca sobremanera;

Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor,
que lo quite de mí.

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder
se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana
me gloriaré más bien en mis debilidades,
para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades,
en afrentas, en necesidades, en persecuciones,
en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
     
Esta palabra de Dios ha sido leída miles y miles de veces, pero muchos que la han mirado han leído algo distinto de las verdaderas palabras.
     
La primera cosa a notar es que en ningún lugar en la sección entera se menciona que una enfermedad sea el “aguijón en mi carne”. Sin embargo, el séptimo versículo declara que este aguijón en la carne era un mensajero de Satanás. Así que sabemos que Dios no lo envió, porque si lo hubiera enviado Dios el versículo leería: “un aguijón en mi carne, un mensajero de Dios que me abofetee”. Pero dice: “…un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás…”
    
Miremos la palabra “mensajero”. Angelos se traduce “ángel”, angélicos”, o “mensajero” en español.  La palabra angelos se usa 188 veces en la Biblia: 180 veces se traduce “ángel”; 1 vez se traduce “angélicos” y 7 se traduce “mensajero”. 2 Corintios 12:7 es una de las siete veces que la palabra angelos se traduce “mensajero”. Las otras seis veces donde la palabra angelos se traduce “mensajero” siempre se refiere a un individuo o a individuos. ¿Por qué no aquí?
      
Vayamos un paso más adelante: la clave para la verdadera interpretación de la Palabra de Dios está siempre en la Palabra misma.

2 Pedro 1:20:
Entendiendo primero esto, que ninguna profecía
de la Escritura es de interpretación privada.
      
Si ninguna Escritura es de interpretación privada, entonces yo no me atrevo a interpretarla, ni usted, ni cualquier otro,  ¿Cómo es posible interpretarla entonces? La respuesta es sencilla; si no es de interpretación privada, entonces debe por necesidad interpretarse a sí misma. Y lo hace.
     
La Palabra de Dios se interpreta a sí misma donde está escrita o dentro del contexto o se ha usado anteriormente en otra parte.
       
Puesto que las palabras “aguijón en mi carne”  en 2 Corintios 12:7 no se explican en el versículo mismo o en el contexto, tienen que haber sido usadas anteriormente en la Biblia si la Palabra de Dios es verdad.
      
En Números 33 notamos que Dios le dio instrucciones a Moisés de que hablara a los hijos de Israel y les informara acerca de los habitantes de la tierra a la cual los hijos de Israel estaban por entrar, que por todos los medios tenían que evitar fraternizar con los habitantes. Si no, son enunciadas las consecuencias.

Números 33:55:
…sucederá que los que dejareis de ellos serán por
 aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados…
La gente, los moradores, los habitantes, serían por aguijones en los ojos de los hijos de Israel y por espinas en sus costados. Así que el “aguijón en mi carne” en este pasaje es definitiva y claramente gente. “Aguijón en mí carne” entonces no es un hecho literal; sino una verdad figurada. Es similar a nuestro dicho actual acerca del hombre que “daría un brazo por uno”. Nosotros no decimos literalmente que él se sacaría un brazo y lo daría; queremos indicar figurativamente que tal hombre tiene un corazón muy grande y es generoso. De igual manera, “un aguijón en mi carne” es una figura literaria*  que se refiere a cómo la gente estorba u obstruye.
     
Otra vez en Josué hay otro relato acerca de “aguijones”.

Josué 23:13:
Sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más
a estas naciones delante de vosotros,
sino que os serán por lazo, por tropiezo,
por azote para vuestros costados y
por espinas [aguijones] para vuestros ojos…
      
Si usted tuviera una espina en su ojo, ¿la tendría en su carne?  Otra vez ésta es una figura literaria que claramente indica gente.

Ezequiel 28:24:
Y nunca más será [la población de Sidón] a la casa
de Israel espina desgarradora, ni aguijón
que le dé dolor… y sabrán que yo soy Jehová.
       
Otra vez, es gente a quien se refiere como aguijones. Varias veces he escuchado a la gente decir: “El (o ella) es en verdad un aguijón en la carne”, queriendo decir que un individuo les era irritante. Entonces por qué decir que el aguijón en la carne de Pablo era una enfermedad, mala visión o alguna otra cosa cuando la Palabra de Dios se refiere específicamente a la gente como “aguijones” en la carne.
        
El “aguijón en mi carne” de Pablo era la lucha y la oposición de la gente a su ministerio. Eran hombres tratando de imponer la ley de la circuncisión sobre los gentiles convertidos y creyentes. Estas personas eran “mensajeros de Satanás” que abofeteaban el ministerio de Pablo.
       
2 Corintios 11:24 dice: “…cinco veces he recibido [Pablo] cuarenta azotes menos uno”. Se necesita gente para infligir azotamiento. Eso sería un “aguijón en mi carne”.  Los versículos 25 y 26 continúan: “Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado…peligros de los mis nación…peligros entre falsos hermanos”.
       
Con toda esta información de la Palabra de Dios, sin ninguna interpretación privada, ¿cómo puede alguien decir o contender que el “aguijón en mi carne” de Pablo era una enfermedad?  Pablo no estaba enfermo. El estaba harto de la gente que estaba oponiéndose y luchando contra su ministerio, impidiendo que hiciera todo lo que a él le gustaría hacer.
       
Estos “falsos hermanos” eran su “aguijón en mi carne” y tres veces oró al Señor pidiendo que los removiera, pero el Señor le dijo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en las debilidad…”
     
Los verdaderos colores de un hombre se ven rápidamente cuando sus enemigos le hacen frente. Los enemigos sacan afuera el verdadero carácter de un hombre. Así era Pablo. El no se atrevía depender de su propia fuerza; él tuvo que depender de la abundante provisión de Dios. Un hombre débil, con Dios a su lado, es fuerte; pero un hombre fuerte sin Dios es débil.
     
No se deshonre a sí mismo, ni deshonre a Dios, a la Biblia o al gran Apóstol Pablo diciendo que el “aguijón en mi carne” de Pablo era una enfermedad.  No lo era. Fue, es y por siempre será gente, si la Palabra de Dios es verdad --y verdad es.
      
El refrán dice: “Mal de muchos, consuelo de tontos”.  Debe haber muchos tontos en el mundo, especialmente cuando son confrontados con la miseria. Cuando el hombre en su enfermedad piensa del “aguijón en mi carne” de Pablo como una enfermedad, él parece derivar un sentimiento de mayor comodidad acerca de su propia enfermedad, diciendo: “Bueno, Pablo tenía un ‘aguijón’ en la carne así que supongo que puedo soportar mi enfermedad”. Qué falso consuelo; qué injusticia para Dios, la Biblia y el Apóstol Pablo.
     
Pablo fue “afligido” no con una enfermedad, sino con gente obstruyendo su ministerio; y la Palabra de Dios dice que aquellos que anden piadosamente padecerán persecución.**
Sí, yo sé lo que un “aguijón” en la carne es, así como lo sabía el Apóstol Pablo, y como lo pueden haber sabido Martín Lutero, John Wesley y otros incluyéndolo a usted, mi lector. Los “aguijones” en la carne son gente, gente que abofetea el ministerio de los elegidos de Dios. Pero cuando “soy débil [en mi mismo], entonces soy fuerte” en Él.  Gracias a Dios por Su gran poder y bondad, pues en Él somos triunfadores constantes y en nada somos vencidos. Porque “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, sí, aun triunfar sobre los aguijones en mi carne”.

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*Hypocatastasis--Semejanza por implicación.  Un sustantivo es mencionado, el otro implicado.  Es el grado superlativo de la semejanza.

** 2 Timoteo 3:12: “y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”.





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