Capítulo Siete
¿Qué es la adoración verdadera?
Estoy
seguro de que al observar los diferentes grupos religiosos, las diferentes
iglesias y diferentes denominaciones usted se ha preguntado muchísimas veces:
¿qué exactamente es la adoración? Mientras que algunas iglesias tienen altares,
tienen velas, incienso, agua bendita, otras denominaciones no tienen símbolo
alguno. Seguramente usted ha notado tantas variaciones que ha llegado a
preguntarse: "Si así es como ellos adoran, ¿por qué este otro grupo adora
de manera tan diferente?" Puede que cada grupo tenga un granito de verdad,
pero tal diversidad de ritos religiosos entre los creyentes cristianos no
pueden estar todos en armonía con la Palabra de Dios.
¿Qué
es la adoración verdadera? Es críticamente importante entender los versículos
hablados por Jesús en Juan 4.
Juan 4:22-24:
Vosotros adoráis lo que no sabéis;
nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
Mas la hora viene, y ahora es, cuando
los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Dios es Espíritu; y los que le adoran,
en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Jesucristo
dijo: "Vosotros adoráis lo que no sabéis..." Yo creo que eso se
aplica a la mayoría de la gente. Todos adoran. La cuestión es: ¿estamos
adorando correctamente? ¿Sabemos que, cómo o por qué adoramos?
Acerca
de la adoración, Jesucristo dijo que "la hora viene... cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu [La palabra "en"
es la misma palabra griega traducida "por medio de", "por medio
de espíritu".] y en verdad". ¿Cómo adorar al Padre? No por medio de
velas, ni por medio de altares, ni por medio de la lectura bíblica, ni por
medio de cantos, sino que usted le adorará, a El por medio del
espíritu. "... En espíritu y en verdad... “es la figura literaria hendíadis:
o sea, la utilización de dos sustantivos a pesar de que el sentido es sólo uno.
"Espíritu" es un sustantivo y "verdad" también lo es. Así
que se usa el doble sustantivo para duplicar el énfasis de que es
"espiritualmente verdadero" o "verdaderamente espiritual".
El Padre busca al verdadero adorador que le adore así--en espíritu y en verdad.
Si podemos averiguar lo que es adorar a Dios por medio del espíritu, entonces
sabremos cómo adorarle a El verdaderamente.
La
cuestión no es qué piensa tal o cual persona, sino, ¿que dice la Palabra de
Dios? Se le han introducido tantas ideas al cristianismo que a menudo es
difícil, incluso para los eruditos bíblicos, distinguir entre aquello que es
genuino y lo que es falsificado. En otras palabras es difícil separar el
verdadero cristianismo de la religión. La religión es lo que el hombre ha
introducido. Hay mucha religión en lo que se llama "cristianismo",
mas el verdadero cristianismo no contiene ni una pizca de religión. A menos que
usted sepa cuál es la diferencia que hay entre la religión y el cristianismo,
su confusión será grande. En pocas palabras, el cristianismo es lo que Dios
hizo en Cristo Jesús cuando le levantó de los muertos. El cristianismo es
Cristo en usted, la esperanza de gloria.
La
Biblia enseña que Dios es Espíritu y que hemos de adorarle en espíritu y en
verdad. Jesús declaró esta verdad cuando
le habló a la mujer samaritana. En Juan 4:20 la mujer le dijo a Jesús:
“Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el
lugar donde se debe adorar”. Jesús le respondió en el versículo 21: “Mujer,
créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al
Padre”. ¿Cómo entonces se le adorará a
El?
Filipenses 3:3:
Porque nosotros somos la circuncisión,
los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no
teniendo confianza en la carne.
Esto
es la adoración verdadera. Los llamados de Dios somos aquellos que “en espíritu
servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús...”
Nos
gloriamos en Cristo Jesús, no en Jesucristo. Hay una gran diferencia. No nos
gloriamos en Jesús, el humillado, sino en el Cristo glorificado. Nuestro
gloriarnos no está en aquel Jesús a quien se le escupió, se le golpeó, se le
persiguió o se le ridiculizó. Nos gloriamos en que él fue más que vencedor, en
que venció y ascendió a los cielos, en que está sentado a la diestra de Dios, y
en que en el día de Pentecostés envió "... esto que vosotros veis y
oís", como lo declara: Hechos 2:33. Gloríese acerca de Cristo Jesús, aquél
que fue humillado pero que ha sido resucitado y ha ascendido a la gloria.
Adorar
es gloriarse en Cristo Jesús por lo que él hizo, no por lo que nosotros
hacemos, ya que la carne es débil. No juzgue al hombre por la carne. No ponga
su confianza, su seguridad, su dependencia ni su creencia en la carne. La carne
es tan débil que Juan 6:63 dice:...la carne, para nada aprovecha...” Cuando
ponemos nuestra confianza en la carne, es posible que valoremos a un hombre
como mejor que otros basados en las apariencias, mas Dios mira en nuestros
corazones. Cuando nosotros renacimos del Espíritu de Dios, ¿de quién somos
hijos? ¡De Dios! Ante los ojos de Dios somos igualmente preciosos.
Hay
muchas cosas que se están llevando a cabo so pretexto de ser cristianismo que
no son nada más que tener "confianza en la carne". Pero nosotros
verdaderamente tenemos nuestra confianza en lo que Dios hizo en Cristo Jesús.
Cristo Jesús nos hizo presentables para adorar a Dios.
Colosenses 1:12:
con gozo dando gracias al Padre que nos
hizo aptos [adecuados] para participar [compartir plenamente] de la herencia de
los santos en luz.
Mateo
15 presenta un relato acerca de la adoración, pero una vez más, no es adoración
verdadera.
Mateo 15:6b-9:
…Así habéis invalidado el mandamiento de
Dios por vuestra tradición.
Hipócritas, bien profetizó de vosotros
Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra; Mas su
corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran, enseñando como
doctrinas, mandamientos de hombres.
¿Parecía
genuina su adoración? ¿Llevaban a cabo su rito religioso? A juzgar por la
carne, nosotros les hubiéramos dado nuestra aprobación. Pero, ¿qué dijo el
Señor? "... pues en vano me honran..." ¿Por qué adoraban en vano?
Porque
ellos estaban “...Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”.
En
Marcos hay otro ejemplo de adoración vana.
Marcos 7:5-9:
Le preguntaron, pues, los fariseos y los
escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los
ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?
Respondiendo él, les dijo: Hipócritas,
bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me
honra, Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran, Enseñando como
doctrinas mandamientos de hombres.
Porque dejando el mandamiento de Dios,
os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de
los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
Les decía también: Bien [con pleno
conocimiento] invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
¿Qué
clase de adoración es ésta? Adoración vana. Simplemente llevar a cabo las
tradiciones de los hombres es una acción hueca.
Romanos 1:25:
Ya que cambiaron [la gente] la verdad de
Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al
Creador...
Ellos
adoraron al hombre más de lo que adoraron a Dios. La adoración vana ha estado
ocurriendo por mucho tiempo. Los hijos de Israel se alejaron de Dios y adoraron
en vano. En Hechos 7 y Apocalipsis 9 se encuentran relatos acerca de cómo los
hijos de Israel rechazaron la predicación de su hombre de Dios, Moisés, y
empezaron a adorar a espíritus diabólicos.
Hechos 7:40-47:
cuando dijeron a Aarón [los hijos de
Israel dijeron a Aarón]: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a
este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya
acontecido.
Entonces hicieron un becerro, y
ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron.
Y Dios se apartó, y los entregó a que
rindiesen culto al ejército del cielo [espíritus diabólicos]; como está escrito
en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el
desierto por cuarenta años, casa de Israel?
Antes bien llevasteis el tabernáculo de
Moloc, Y la estrella de vuestro dios Renfán, Figuras que os hicisteis para
adorarlas...
Tuvieron nuestros padres el tabernáculo
del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés
que lo hiciese conforme al modelo que había visto.
El cual, recibido a su vez por nuestros
padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los
gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta
los días de David.
Este halló gracia delante de Dios, y
pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob.
Mas Salomón le edificó casa.
Apocalipsis 9:20:
Y los otros hombres que no fueron
muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus
manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata,
de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar.
Adorar
al Diablo y a los espíritus diabólicos y todo lo que esté relacionado con ellos
es adorar en vano. Satanás trató de engañar incluso a Jesús mismo para que
adorara en vano.
Mateo 4:8,9:
Otra vez le llevó [a Jesús] el diablo a
un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
y le dijo: Todo esto te daré, si
postrado me adorares.
La
victoria más grande para el Diablo hubiera sido conseguir que Jesús le adorase
a él. Como seres humanos tenemos dos, y solamente dos, alternativas de
adoración: el Dios verdadero y el Diablo. Si nosotros adoramos en espíritu al
Dios verdadero, nos gloriamos en Cristo Jesús, no tenemos confianza en la
carne. Si lo que nos rodea se ve negro y la sociedad parece ponerse cada vez peor,
no se ponga nervioso, sino adore a Dios en espíritu y en verdad. Aquellos que
adoran cualquier otra cosa que no es el Dios verdadero acabarán mal.
Apocalipsis 19:20:
Y la bestia fue apresada, y con ella el
falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había
engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su
imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con
azufre.
Esta
destrucción se puede evitar fácilmente; debemos adorar a Dios.
Apocalipsis 22:9:
Pero él me dijo: Mira, no lo hagas;
porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que
guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
¿Cómo
vamos a adorar a Dios por medio del espíritu si no somos renacidos del Espíritu
de Dios? Es imposible. Si somos renacidos del Espíritu de Dios, llenos del
poder del espíritu santo, podemos adorar al Dios verdadero en espíritu y en
verdad. Y para adorar por medio del espíritu debemos operar una manifestación
del don, espíritu santo. La manifestación de espíritu santo que produce
adoración verdadera es el hablar en lenguas.
Cuando
adoramos a Dios por medio del hablar en lenguas, eso es hablar a Dios.
1 Corintios 14:2:
Porque el que habla en lenguas no habla
a los hombres, sino a Dios...
Hablar
en lenguas es hablar las maravillas de Dios.
Hechos 2:11:
cretenses y árabes, les oímos hablar en
nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Hablar
en lenguas es magnificar a Dios.
Hechos 10:46;
Porque los oían que hablaban en lenguas,
y que magnificaban a Dios.
Hablar
en lenguas es oración perfecta.
Romanos 8:26:
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda
en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros...
Hablar
en lenguas es dar gracias bien.
I Corintios 14:17:
Porque tú, a la verdad, bien das
gracias...
Hablar
en lenguas es adorar “en [por medio de] espíritu y en verdad”. Hablar en
lenguas es adoración verdadera. Dios, quien es Espíritu, está comunicándose con
Su don de espíritu santo que es Su nueva creación en mí. En otras
palabras, la adoración verdadera es el
Espíritu de Dios hablándole a mi espíritu,
lo cual se evidencia por medio del
hablar en lenguas. Cuán hermosa y sencilla es la
adoración, y sin embargo, cuánto se ha malentendido.
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