jueves, 3 de julio de 2014

LA BIBLIA ME LO DICE CAP. 8 V.P. Wierwille


Capitulo ocho

Usted es justo ahora

Muchos creyentes renacidos están espiritualmente vencidos en esta vida debido a la conciencia de pecado. Ellos han sido salvos, pero Satanás viene a sus mentes y les dice que no son lo suficientemente buenos para la salvación por la gran cantidad de años que ha vivido en pecado. Este antagonismo y derrota espiritual viene cuando una persona no se da cuenta de lo que le ha sido dado por Jesucristo. Cuando una persona se hace cristiana, legalmente es hecha justa en Cristo.
      
¿Qué es la justicia?  La justicia es la justificación dada por Dios mediante la cual una persona está ante Dios sin ninguna conciencia de  pecado, culpa o defecto Romanos 8:33 dice: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica”. La justicia es algo que Dios imparte; es algo que Dios le dio cuando usted fue renacido, cuando usted confesó con su boca al señor Jesús y creyó que Dios le levantó de los muertos (Romanos 10:9-10 “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.)

Aunque los creyentes reciben la justicia cuando ellos renacen, muchas personas por falta de enseñanzas piensan todavía que son indignas de recibir la bondad de Dios.  Esta creencia satánica continúa penetrando más y más en el subconsciente de sus mentes. Si el ser digno de Dios, dependiera de mi propia fuerza, yo sería un gran fracaso. Sé que soy débil en mi mismo, pero Cristo me ha hecho digno. Por lo tanto, no importa cómo yo me sienta o lo que mi mente endeble me diga, soy fuerte y en él soy digno.
        
Desde que el hombre fue creado, él ha tratado de elaborar su propia justicia y ha tratado de hacer la clase de obra que le haría a sí mismo parecer bueno a los ojos de Dios. El clamor básico del corazón del hombre es ser justo delante de Dios; tantos cristianos hacen toda clase de obras para obtener justicia, tal como confesar sus pecados, enseñar clases dominicales y guardar los diez mandamientos. Y sin embargo estas buenas obras no hacen a una persona justa. La justicia se obtiene de Dios por medio de la fe de Jesucristo.

Filipenses 3:9:
Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley,
sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe [creencia].

 Sus lágrimas, su afán y todas sus oraciones —sus buenas obras— no le serán de provecho. La justicia no es por la cruz que usted lleva, sino por la cruz que Jesucristo llevó por usted. La justicia de Dios es dada a todo creyente, no por obras, sino por la gracia de Dios que es favor divino.  

2 Corintios 5:21:
Al que no conoció pecado [Jesús], por nosotros lo hizo [Dios] pecado,
para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

 Dios hizo a Jesucristo pecado por nosotros. Jesús, que no conoció pecado, llevó nuestros pecados sobre sí mismo para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Cristo Jesús. Todo lo que Adán perdió en la caída, Jesucristo lo obtuvo nuevamente para el creyente cuando murió sobre la cruz (1 Pedro 2:24: “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”). Jesucristo, que no conoció pecado, por nosotros fue hecho pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios.
       
Hoy ya no es cuestión del problema del pecado. El problema del pecado fue resulto en Jesucristo. Lo que queda es el problema del pecador. Un pecador cuando acepta Jesucristo como señor debe renovar su mente para creer la Palabra que él es justo, y como un hijo de Dios él no tendrá más que preocuparse, temer o sentirse indigno.  El simplemente tendrá confianza de que es digno por medio de Cristo Jesús.
        
Muchas  denominaciones han enseñado erróneamente que una persona puede ser justa un minuto e injusta al minuto siguiente; y que sí esa persona no se vuelve justa otra vez antes de su muerte, perderá el cielo y terminará en el infierno. Esto no es verdad. Cuando Dios nos hizo justos en Cristo Jesús hace más de mil novecientos años, nada tuvimos que ver con el asunto. Cuando el Espíritu de Dios en Cristo es nacido dentro de nosotros, somos en ese momento y para siempre justos. Nosotros recibimos la naturaleza de Dios la cual nos hace justos en ese mismo momento.

Romanos 3:22-25
La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,
para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús,

a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,
para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto,
en su paciencia, los pecados pasados.

Usted no puede y yo no puedo ganar esta justicia. Dios en Cristo Jesús fue hecho justicia para usted hace más de mil novecientos años. Así que, ¿por qué dice todavía: “soy una persona injusta” si usted es renacido?

1 Corintios 1:30
Mas por él [Dios] estáis vosotros en Cristo Jesús,
el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención.
      
Usted no es una persona injusta si es nacido de Dios pues ha sido hecho justo; le ha sido dada sabiduría; ha sido santificado y ha sido redimido. Esto es lo que llamo un evangelio de liberación. Ni usted ni yo por nuestros propios esfuerzo podemos lograr esto; esto nos ha sido “hecho”, hecho para nosotros.

Romanos 5:8
Mas Dios muestra [introdujo favorablemente] su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
       
Cristo murió por nosotros, no cuando éramos lo suficientemente buenos, sino cuando éramos lo bastante malos para necesitar de él. Y al hacernos justos, Jesucristo también nos eximió de tribulación futura.

Romanos 5:9
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre,
por él [Cristo] seremos salvos de la ira.
      
Cuánto amo enseñar este evangelio de liberación y justicia. Cuando sepa que es justo en él, crea. Cuando usted cree la Palabra de Dios, sabe que su vida está en él; entonces ningún miedo, preocupación y culpa puede frustrarle y derrotarle. Para un creyente no hay necesidad, no hay pobreza, no hay enfermedad, no hay derrota porque éstas fueron superadas por medio de Jesucristo. Usted  puede ser liberado hoy de su servidumbre con sólo creer la Palabra de Dios. Debe tener confianza en Dios.

1 Juan 3:20-21
Pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón
es Dios, y él sabe todas las cosas.
Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios.

En tanto el corazón del hombre, su ser más intimo, lo esté condenando o acusando por cualquier razón, no puede obtener respuestas a sus oraciones porque no tiene confianza hacia Dios. El no puede creer y aceptar las simples promesas de la Palabra de Dios. Aquellos que son justos en Cristo Jesús y que saben que son justos no tienen razón alguna para temer. Pueden tener confianza hacia Dios y por lo tanto pensar y vivir victoriosamente.







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