Capítulo Dieciséis
Cuándo Judas
se ahorcó
El tema de cuándo Judas se ahorcó es
digno de investigación debido a la enseñanza común de que Judas se ahorcó antes
de la crucifixión de Jesús. La Palabra de Dios enseña que Judas Iscariote no
sólo estaba vivo en el tiempo de crucifixión, sino que vio al Cristo resucitado
y fue también un testigo ocular de la ascensión de Cristo.
Para entender la exactitud de la Palabra de Dios en cuanto a las
actividades de Judas después de su traición a Jesús, comencemos nuestra
investigación en 1 Corintios.
1 Corintios 15:3-5:
…Que Cristo murió por nuestros
pecados, conforme a las Escrituras;
y que fue [Cristo] sepultado, y que resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras;
y que apareció a Cefas [Pedro], y después a los doce.
Si el Cristo resucitado apareció a los doce como dice el versículo 5,
entonces Judas tuvo que estar vivo durante las apariciones de Jesús.
Procediendo a buscar en la Palabra con respecto a todas las apariciones
de Cristo, consideremos los historiales relatados en los evangelios de Lucas y
Juan. Necesitamos establecer en primer lugar que los relatos en estos dos
evangelios son idénticos. Es en esta ocasión, que fue la primera aparición de
Jesús a los apóstoles, que Jesús mostró a sus apóstoles sus llagas. Es
inconcebible que Jesús, después de haberles mostrado una vez sus manos, su
costado y sus pies, considerara necesario otra ocasión volvérselos a mostrar.
El día y el momento en aquel día cuando este singlar acontecimiento tuvo lugar
está claramente expuesto. El momento de esta aparición es el primer día de la
semana, después de la resurrección, hacia el atardecer.
Juan 20:19:
Cuando llegó la noche de aquel
mismo día, el primero de la semana…
Lucas 24:1 y 29
El primer día de la semana…
…porque se hace tarde, y el día
ya ha declinado…
Lucas 24:33-36:
Y levantándose en la misma hora,
volvieron a Jerusalén,
y hallaron a los once reunidos, y
a los que estaban con ellos.
Mientras ellos aún hablaban de
estas cosas,
Jesús se puso en medio de ellos,
y les dijo: Paz a vosotros.
Había once de los apóstoles reunidos, y los que estaban con ellos,
cuando Jesús se puso en medio de ellos.
Juan 20:24 da el mismo relato, sólo que esta vez el historial declara en
nombre del discípulo ausente.
Juan 20:24:
Pero Tomás, uno de los doce,
llamado Dídimo,
no estaba con ellos cuando Jesús
vino.
Tomás estaba ausente; los otros once apóstoles se reunieron cuando Jesús
vino; así pues Judas Iscariote tuvo que haber estado vivo y presente.
Juan 20:26 nos dice que “ocho días después, estaban otra vez sus
discípulos dentro…” Estos eran los mismos apóstoles que estuvieron reunidos en
la primera aparición de Lucas 24.
Lucas 24:33:
…a los once [sin Tomás] reunidos, y a los que estaban con ellos.
El momento en que Jesús fue visto por los doce, entonces, se expone
específicamente en Juan 20.
Juan 20:26
…estaban otra vez sus discípulos
dentro, y con ellos Tomás
[once y Tomás hacen en total doce]. Llegó
Jesús,
estando las puertas cerradas, y
se puso en medio
y les dijo: Paz a vosotros.
Jesús vino y se puso en medio de los doce, confirmando la información de
1 Corintios.
1 Corintios 15:5:
…apareció a Cefas, y después a
los doce.
Mateo 27 relata los sucesos en la vida de Judas después de que traicionó
a Jesús.
Mateo 27:5:
Y arrojando [Judas Iscariote]
las piezas de plata
en el templo, salió, y fue y se
ahorcó.
Este relato no dice que estas cosas acontecieron en rápida sucesión.
Simplemente resume la vida de Judas. Qué maravillosa es la Palabra de Dios y
qué clara una vez que la entendemos.
Otro relato también confirma que Judas estaba vivo después de la
resurrección.
Hechos 1:1-2:
En el primer tratado, oh Teófilo,
hablé acerca
de todas las cosas que Jesús
comenzó a hacer y a enseñar,
hasta el día en que fue recibido
arriba,
después de haber dado
mandamientos por
el Espíritu Santo a los apóstoles
que había escogido.
Lucas 6:13 dice que Jesús, había escogido doce, no once, y Hechos 1:2
dice que dio “mandamientos…a los apóstoles que había escogido [los doce]”.
Hechos 1:3:
a quienes también, después de
haber padecido,
se presentó vivo con muchas
pruebas indubitables,
apareciéndoseles durante cuarenta
días…
“A quienes” se refiere de nuevo a los apóstoles (del versículo 2) que
había escogido. A los doce apóstoles, después de haber padecido, él se presentó
vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles --a los doce apóstoles--
durante cuarenta días.
Para dividir la Palabra con exactitud en el resto de Hechos 1, es
importante establecer que once de los apóstoles eran galileos, pero que el llamado
Judas Iscariote era del pueblo de Kerioth en Judea del sur. “Iscariote” se
considera comúnmente ser proveniente del hebreo Ish Kerioth, esto es “un hombre de Kerioth”.
Este relato de Judas de Kerioth se encuentra en dos de los códices más
antiguos. Solamente necesitamos Hechos
2:7 para probar que los otros once apóstoles eran galileos. En el día de
pentecostés la multitud en el templo dijo: “…no son galileos todos estos que
hablan?” refiriéndose a los once
apóstoles (sin Judas Iscariote) más Matías. Siempre que se hace cualquier referencia a hombres de
Galilea o galileos, Judas no está incluido pues él era de Judea.
Ahora, debemos continuar trazando los pronombres en el primer capítulo
de Hechos muy cuidadosamente.
Hechos 1:4:
Y estando juntos, les
[refiriéndose de vuelta al versículo dos,
los apóstoles que había escogido los cuales eran doce]
mandó que no se fueran [doce
apóstoles] de Jerusalén,
sino que esperasen la promesa del
Padre…
En el versículo 5, “vosotros” se
refiere a los doce apóstoles.
Versículos 5 y 6:
Porque Juan ciertamente bautizó
con agua, mas vosotros
seréis bautizados con el Espíritu
Santo dentro de no muchos días.
Entonces los que se habían
reunido [los doce] le preguntaron,
diciendo: Señor, ¿restaurarás el
reino a Israel en este tiempo?
En el versículo 7 “les” se refiere a los doce apóstoles, a la vez que el
“vosotros” del versículo 8 se refiere a los doce apóstoles.
Los versículos 9 a 11 continúan el relato.
Y habiendo dicho [Jesús] estas cosas, viéndolo ellos
[los doce apóstoles], fue alzado,
y le recibió una nube
que le ocultó de sus ojos [de
los doce apóstoles].
Y estando ellos [los doce
apóstoles] con los ojos puestos en el
cielo,
entre tanto que él se iba, he
aquí se pusieron junto a ellos
[los doce apóstoles] dos varones
con vestiduras blancas,
los cuales también les dijeron:
Varones galileos,
¿por qué estáis mirando al cielo?...
En el versículo once los “dos varones” dirigieron sus comentarios a los
“varones galileos”, los once apóstoles —sin
incluir a Judas, que era de Judea. Note
el tiempo del versículo diez, cuando los dos varones se pusieron junto a
ellos (los doce), y del versículo once, cuando los dos varones hablaron a los
varones galileos (los once).
Judas Iscariote salió de la escena en este momento. Entre los versículos
diez y once hay un período de tiempo que permite esta salida, así que el
versículo once bien podría empezar otro párrafo. Note que el versículo once
dice: “los cuales también les dijeron”.
Aquí hay un serio error porque la palabra “les” no figura en el texto
griego. Esta palabra tiene que ser
tachada porque si dijera “les”, el pronombre “les” se referiría a los doce
hombres (al igual que el versículo diez) y esto sería inexacto pues los “dos
varones” hablaron sólo a once apóstoles galileos: “los cuales también dijeron:
Varones galileos…” Este cambio, de usar
pronombres hasta el versículo diez y luego decir “Varones galileos…” en el versículo once, ciertamente no es
accidente alguno. Que maravillosamente exacta es la Palabra de Dios.
Hechos 1:12:
Entonces volvieron [los once] a
Jerusalén desde
el monte que se llama del Olivar…
Ellos, los “varones galileos”
(sin Judas, el de Judea) volvieron a Jerusalén.
Versículo 13:
Y entrados [los varones
galileos], subieron [once apóstoles]
al aposento alto, donde moraban…
Once varones galileos son entonces nombrados uno por uno. De Judas
Iscariote nunca se tiene más noticias. Pedro cuenta lo que le sucedió a Judas
en el versículo 18
Hechos 1:18:
Este [Judas Iscariote], pues, con el salario de su iniquidad
adquirió un campo, y cayendo de
cabeza,
se reventó por la mitad, y todas
sus entrañas se derramaron.
La elección de un remplazo para Judas siguió en corto plazo. Encajaba
muy bien que esto ocurriera tan cerca de la ascensión, y sin embargo antes de
Pentecostés.Un reemplazo no fue elegido antes porque Judas estaba vivo todavía.
Ahora tenemos la historia completa de Judas Iscariote quien traicionó al
Hijo de Dios y luego recobró aparente comunión con los otros once después de la
crucifixión pues él estaba con ellos durante las varias apariciones de Cristo. Finalmente
Judas se encontraba en la escena de la ascensión. Después salió y se ahorcó.
La frase “se ahorcó” implica para la mente occidental que él tomó su
propia vida suspendiéndose a sí mismo del cuello. Este sin embargo no es el
caso según las costumbres orientales. Leemos acerca del Rey Saúl que se echó
sobre su propia espada. Este era el
método de ahorcarse para el personal de gobierno o militar. Judas no estaba en
esta categoría. Siendo un hombre común, él se echó sobre una estaca. Las
palabras “ahorcar” y “colgar” se usan para este tipo de suicidio porque las
victimas se suspenden sobre objetos puntiagudos. Por tal acción el abdomen era
perforado y las entrañas se derramaban, como describe.
Para notar la supuesta discrepancia relacionada con la muerte de Judas
como está relatado en Mateo 27:3-10 y en Hechos 1:15-20, observemos la Palabra
de Dios exactamente y veamos por nosotros mismo que no hay discrepancia alguna
en estos relatos.
Hechos 1:15-18:
En aquellos días [los días
entre la ascensión
y el día de Pentecostés] Pedro se
levantó
en medio de los hermanos (y los
reunidos
eran como ciento veinte en
número), y dijo.
Observe que éste no es el día de Pentecostés, sino que esto es en los
días antes de Pentecostés. Cuánto tiempo antes de Pentecostés no lo sabemos,
pero sí sabemos que fue después de la ascensión y antes del día de
Pentecostés. En esta ocasión antes de pentecostés, los reunidos eran como
ciento veinte en números.
Fue en este momento que Pedro se levantó entre los discípulos y dirigió
la reunión para elegir a alguien que remplazara a Judas Iscariote, que se había
ahorcado después de la ascensión.
Versículos 16-18:
[Pedro dijo:] Varones hermanos,
era necesario que
se cumpliese la Escritura en que
el Espíritu Santo
habló antes por boca de David
acerca de Judas,
que fue guía de los que
prendieron a Jesús,
y era contado con nosotros, y
tenía parte en este ministerio.
Este, pues, con el salario de su
iniquidad adquirió
un campo, y cayendo de cabeza, se
reventó por la mitad,
y todas sus entrañas se
derramaron.
La palabra “adquirió” es la palabra “proveyó”. Es la misma palabra usada
en Mateo 10:9 donde dice: “No os proveáis de oro…” Judas adquirió o proveyó para sí mismo”…con
el salario de su iniquidad…un campo…” La
palabra “campo” en este versículo es la palabra griega chörion que
quiere decir “propiedad”. Judas proveyó
para sí mismo una propiedad que él adquirió
“…con el salario de su iniquidad”.
La mayoría de la gente cree que el salario de su iniquidad eran las
treinta piezas de plata, lo cual no puede ser cierto porque él las arrojo en el
templo (Mateo 27:5: “Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue
y se ahorcó”).
En Juan 12:6 se nos dice que
Judas “era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella”.
Judas era el tesorero o el guardián del dinero de los apóstoles. También se nos instruye que él era “ladrón”. Judas
robó dinero de la bolsa, y con este dinero robado, el cual es llamado el
“salario de su iniquidad”, proveyó para sí mismo una propiedad.
Después de la ascensión, como hemos trazado anteriormente en este
estudio, Judas volvió a su propiedad adquirida, la cual él había adquirido con
dinero robado de la bolsa, “…y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y
todas sus entrañas se derramaron”. Declara sencillamente que él se ahorcó en su
propiedad en algún momento después de la ascensión y antes de Pentecostés
porque los “como ciento veinte” eligieron a alguien para remplazar a Judas,
como notamos en el versículo quince, “en aquellos días” antes del día de
Pentecostés.
Hechos 1:19:
Y fue notorio a todos los
habitantes de Jerusalén,
de tal manera que aquel campo se
llama
en su propia lengua, Acéldama,
que
quiere decir, Campo de sangre.
Note muy cuidadosamente que en este versículo la propiedad que Judas
adquirió o proveyó para sí mismo se llama Acéldama, campo de sangre. No
pude haberse llamado “campo de sangre”. No pudo haberse llamado “campo de
sangre” cuando la adquirió o la proveyó
para sí mismo, pero se le llamó así más tarde porque él se ahorcó en su
propiedad.
Mateo 27 da el siguiente relato de Judas.
Mateo 27:3-5:
Entonces Judas, el que le había
entregado, viendo
que era condenado, devolvió
arrepentido
las treinta piezas de plata a los
principales sacerdotes y a los ancianos,
diciendo: Yo he pecado entregando
sangre inocente.
Mas ellos dijeron: ¿Qué nos
importa a nosotros? !Allá tú!
Y arrojando las piezas de plata
en el templo, salió, y fue y se ahorcó.
La gente ha inferido del versículo cinco que tan pronto como Judas hubo
arrojado las treinta piezas de plata en el templo, él fue inmediatamente y se
ahorcó. Esto no puede ser cierto como hemos visto de nuestro estudio de la
Palabra de Dios. El versículo cinco es simplemente un resumen de lo que ocurrió
más tarde; simplemente condensa el tiempo.
El versículo seis de Mateo 27 nos da cierta información interesante en
relación a lo que los principales sacerdotes hicieron con las treinta piezas de
plata que Judas devolvió y arrojo al templo.
Mateo 27:6:
Los principales sacerdotes,
tomando las piezas de plata,
dijeron: No es lícito echarlas en
el tesoro de las ofrendas,
porque es precio de sangre.
Los principales sacerdotes dijeron que estas treinta piezas de plata
eran “precio de sangre”, el precio de sangre que los principales sacerdotes
habían pagado a Judas para traicionar al Señor Jesucristo y entregarlo a ellos.
Después de que Judas hubo hecho esto,
los sacerdotes se encargaron de que Jesús fuera crucificado.
Mateo 27:7:
Y después de consultar [Los
principales sacerdotes
se reunieron en una discusión para decidir qué hacer
con las treinta piezas de plata ya que era lícito que
ellos las devolvieran al tesoro de las ofrendas
porque eran el precio de sangre.], compraron
[adquirieron en el mercado al aire libre donde
las ventas de propiedades y campos se hacían]
con ellas [las treinta piezas
de plata] el campo del alfarero,
para sepultura de los
extranjeros.
La palabra “campo” en Mateo 27:7 no es la misma palabra chörion
de la palabra “campo” de Hechos 1:18, la cual hemos discutido. La palabra
“campo” en Mateo es la Palabra griega agros que quiere decir un área
mayor que el chörion, propiedad, adquirida por Judas.
Los principales sacerdotes, después de la debida consideración y
consejo, decidieron intencionalmente ir al mercado al aire libre y allí comprar
un campo de un alfarero. Ellos no compraron la propiedad en la cual Judas se
ahorcó pues esa era la propiedad de Judas mismo. Los principales sacerdotes
tomaron las treinta piezas de plata y deliberadamente adquirieron un campo para
sepultar extranjeros--que quiere decir la gente pobre, los criminales y
aquellos que no tenían algún otro lugar para ser sepultados. Este campo se
llamaba “el campo del alfarero”.
Mateo 27:8:
Por lo cual aquel campo se llama
hasta el día de hoy:
Campo de sangre.
Cuando los principales sacerdotes fueron al mercado para comprar el
campo del alfarero, ellos no fueron a comprar un campo llamado “campo de
sangre”; pero fue llamado así por la gente más tarde porque los sacerdotes lo
habían adquirido con las treinta piezas de plata. La palabra “campo” en este
versículo, otra vez, es la palabra agros en el griego, y la palabra
“sangre” es la palabra haimatos en el griego. Este es un campo
completamente distinto del referido en Hechos. En este último era una
propiedad, y la propiedad fue “la propiedad de sangre” usando la palabra Acéldama,
mientras que en Mateo es llamado “campo de sangre”, a saber, agros haimatos.
Así pues, no hay contradicción alguna entre los relatos de Hechos y
Mateo. En realidad, un estudio muy cuidadoso de estos hechos hace al relato
detallado y real. Nuestros corazones se
llenan de emoción cuando vemos la gran exactitud de la maravillosa Palabra de
Dios.
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