Capítulo diez
Completos en
él
Colosenses 2:9,10:
Porque en él [Cristo] habita corporalmente toda la plenitud de
la Deidad,
y vosotros estáis completos en
él…
Si estamos completos en Cristo, entonces estamos verdaderamente completos.
Pocos cristianos han utilizado el poder de Dios en ellos porque no llegan a
renovar sus mentes a la verdad absoluta de la Palabra de Dios de que ellos
están completos. Para vivir la vida en abundancia y ser “más que vencedores por
medio de aquel que nos amó”, tenemos que confesar y actuar según indica la
Palabra de Dios. Cuando nuestra confesión no está alineada con la Palabra de
Dios, vivimos una vida de inferior calidad, no logramos manifestar la vida más
abundante, y no indicamos que somos más que vencedores”. Cuando creemos muy poco, manifestamos menos
de lo que legalmente y legítimamente nos pertenece como hijos de Dios.
Cuando yo confieso que no soy lo que su Palabra declara que soy, no es
que Dios sea menos en mí, sino que yo soy menos en Él. Literalmente esto me
hace un mentiroso. Estoy entonces
confesando que Dios no tiene razón, y que Él no ha hecho por mí lo que Él dice
que ha hecho. No lo quiera Dios que hagamos esto pues Dios es Verdad y todos
los hombres son mentirosos (Romanos 3:4
De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como
está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres
juzgado). Si la Palabra declara que estamos completos en él entonces
estamos completos --pues somos lo que la Palabra de Dios dice que somos,
tenemos lo que dice que tenemos, seremos lo que dice que seremos, y tendremos
lo que dice que tendremos.
Nuestro significado español usual de la palabra “completo” no transmite
el énfasis apropiado en esta frase de la Escritura: “y vosotros estáis completos en él…” El arameo ilumina esta expresión con mayor
claridad.
En arameo hay cuatro formas gramaticales diferentes para mostrar la
intensidad de un verbo. El español no tiene forma verbal alguna que corresponda
a esta forma aramea. Aun en arameo son
muy pocos los verbos que experimentan estas cuatro conjugaciones.
La primera conjugación es gal en hebreo, peal en arameo
estranguelo o una forma simple en español.
La segunda conjugación se llama piel en hebreo, pael en
arameo estranguelo o una forma intensiva en español. La tercera conjugación se llama hiphil
en hebreo, aphel en arameo estranguelo o una forma extensiva en español.
Para mostrar cierta comparación con el español, usaremos el verbo pasivo “estar
completo”. La forma intensiva mostraría
en estar completo más intenso --“estar completamente completo”. La forma extensiva indica aun mayor
intensidad-- “completamente y absolutamente completo”.
Si en Colosenses 2:10 Dios hubiera puesto el verbo “completo” en este
último uso (extensivo) --a saber, que estamos “completamente y absolutamente
completos en él”--esto sería maravilloso; pero éste no es el caso. Dios va aun
más allá de esta forma extensiva para mostrarnos cuán completos estamos en
él. Los manuscritos arameos en Colosenses
2:10 usan una cuarta conjugación muy rara.
Esta cuarta conjugación se llama hithpael en hebreo, shaphel
en arameo estranguelo, o lo que sería la forma extra--extensiva en
español. Se encuentra sólo pocas veces
en la Biblia. Esta conjugación, muy raramente usada, es difícil de traducir. Pero he aquí un ensayo de traducción de
Colosenses 2:10 como es dado en arameo en la forma eshtaphal (shaphel
pasivo, que corresponde al hithpael hebreo): “!Estamos completamente,
completamente, absolutamente completos en él!” Tal forma de estar completos es
incompresible a la finita mente humana. En el mejor de los casos, podemos saber
con seguridad que no carecemos de nada.
Las siguientes son algunas de las cosas que componen nuestro estar
completos:
Colosenses 1:12,13:
Con gozo dando gracias al Padre
que nos hizo aptos para participar
de la herencia de los santos en
luz;
el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas,
y trasladado al reino de [por] su
amado Hijo.
Colosenses 1:21,22:
Y a vosotros también, que erais
en otro tiempo extraños
y enemigos en vuestra mente,
haciendo malas obras,
ahora os ha reconciliado en su
cuerpo de carne,
por medio de la muerte, para
presentaros santos
y sin mancha e irreprensibles
delante de él.
Efesios 1:7:
En quien tenemos redención por su
sangre,
el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia,
1 Corintios 1:30:
Mas por él [Dios] estáis vosotros en Cristo Jesús,
el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría,
justificación, santificación y
redención;
Colosenses 2:10-12:
Y vosotros estáis completos en
él, que es la cabeza de todo principado
y potestad. En él también
fuisteis circuncidados
con circuncisión no hecha a mano,
al echar de vosotros el cuerpo
pecaminoso carnal,
en la circuncisión de Cristo; sepultados
con él en el bautismo,
en el cual fuisteis también
resucitados con él,
mediante la fe en el poder de
Dios que le levantó de los muertos.
Romanos 8:37:
Antes, en todas estas cosas somos
más que vencedores
por medio de aquel que nos amó.
Romanos 6:4:
Porque somos sepultados
juntamente con él para muerte por el bautismo,
a fin de que como Cristo resucitó
de los muertos por la gloria del Padre,
así también nosotros andemos en
vida nueva.
Como hijos de Dios renacidos, estamos completos en él. El próximo
paso es manifestar este estar completos. La operación del don de espíritu santo
en cada creyente renacido es la clave para liberar poder potencial y demostrar
el estar completo. El don del espíritu santo tiene nueve manifestaciones que
están presentadas en 1 Corintios 12.
1 Corintios 12:7-11:
Pero a cada uno le es dada la
manifestación del Espíritu para provecho.
Porque a éste es dada por el
Espíritu palabra de sabiduría;
a otro, palabra de ciencia según
el mismo Espíritu;
a otro, fe por el mismo Espíritu;
y a otro,
dones de sanidades por el mismo
Espíritu.
A otro, el hacer milagros; a
otro, profecía; a otro,
discernimiento de espíritus; a
otro, diversos géneros
de lenguas; y a otro,
interpretación de lenguas.
Pero todas estas cosas las hace
uno y el mismo
Espíritu, repartiendo a cada uno
en particular [su propio]
como él [el hombre] quiere.
Cuando operamos estas manifestaciones comenzamos a evidenciar parte de
nuestro poder dado por Dios. Yendo un paso más adelante, las manifestaciones
del espíritu producen como resultado fruto del espíritu.
Gálatas 5:22-23
Mas el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad,
fe,
mansedumbre, templanza…
El fruto resulta de la operación de las manifestaciones del espíritu. Los
cristianos no pueden mostrar el fruto del espíritu sin operar las
manifestaciones del espíritu al igual que no pueden manifestar el espíritu sin
tener el espíritu. El fruto del espíritu, del cual Gálatas 5:22,23 habla, no
es el fruto de las obras del hombre. El fruto que se evidencia a sí mismo al
operar las manifestaciones del espíritu es el único “fruto del espíritu”. Primero operamos las manifestaciones, las
herramientas, y así cultivamos el fruto en evidencia. Esta verdad es
extraordinaria cuando consideramos que por años hemos leído “fruto del
espíritu” pero hemos actuado consistentemente como si debiera decir “el fruto
de las obras del hombre”.
¡Que verdaderamente maravilloso es darse cuenta de que como hijos de
Dios tenemos las manifestaciones del espíritu y que por la operación de estas
manifestaciones es evidenciado el fruto del espíritu! El fruto del espíritu es
manifestado en el mundo de los sentidos sólo según renovamos nuestras mentes a
actuar por el poder del espíritu dentro de nosotros.
Las manifestaciones del espíritu y el evidenciar el fruto del espíritu
muestran parte de nuestro estar completos. El alcance total de estar “completos
en él”, sin embargo, podrá saberse solamente cuando lo veamos cara a cara.
Colosenses 3:1-4:
Si, pues, habéis resucitado con
Cristo,
buscad las cosas de arriba, donde
está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra
vida está escondida con Cristo en Dios.
Cuando Cristo, vuestra vida, se
manifieste,
entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria.
Sin duda cuando seamos “manifestados con él en gloria” seremos capaces
de apreciar cabalmente que estamos completamente, completamente, absolutamente
completos en él. ¡Que vigorizante espiritualmente es saber y darnos cuenta de
que nosotros como cristianos somos lo que Dios dice que somos y que tenemos lo
que Él dice que tenemos!
Nuevamente, ¿cuáles son algunas de las cosas que tenemos que componen
nuestro estar completos? Tenemos una herencia con los santos, habiendo sido
librados de la potestad de las tinieblas y trasladados al Reino de Dios; hemos
sido reconciliados con Dios, ante el cual somos santos, sin mancha e
irreprensibles; tenemos redención y perdón de pecados; Cristo nos ha sido hecho
sabiduría, justificación, santificación y redención, somos más que vencedores;
podemos andar en vida nueva; tenemos el don de espíritu santo y por tanto
podemos operar las manifestaciones del espíritu y producir el fruto del
espíritu.
¿Está empezando a entender usted ahora que está, como dice Colosenses
2:10, completamente, completamente, absolutamente completo en él? Cuán
motivados deberíamos estar para andar con vida nueva, sabiendo cuán grande es
Dios y cuán bueno Él es con nosotros a causa de las obras de Cristo Jesús, Su
Hijo.
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