Tercera Parte
LA BASE DE PODER DE UN CRISTIANO
En un
capítulo previo titulado "¿Qué es la adoración verdadera?" estudiamos
brevemente lo que la Tercera Parte, "La Base del poder de un
cristiano", examina más detalladamente. Al tener una base de poder, los
cristianos no tenemos que conformarnos con lo que "la suerte" nos
depare en la vida; nosotros podemos hacer nuestros los deseos de nuestros corazones
ejerciendo el poder potencial que Dios ha dado.
Pero
antes de que podamos manifestar externamente ese poder, tenemos que activarlo.
Y la clave para transformar nuestro poder potencial en poder activo yace en
nuestra adoración, específicamente en nuestro hablar en lenguas.
El primer
capítulo en esta Parte nos explica y nos muestra de la Biblia misma lo que es
el hablar en lenguas. Después de la explicación viene un capítulo práctico:
"Cómo hablar en lenguas". Luego se da un entendimiento completo del
poder del hablar en lenguas en el magnífico estudio: "Llenos hasta
desbordar". Ese capítulo es un estudio bíblico de dos palabras griegas: plëroö
y plëthö. En forma apasionante, la Palabra de Dios nos dice que no
solamente estamos llenos hasta el borde con el poder de Dios, sino que estamos
llenos hasta desbordarnos. Ahora es el momento de hacer conexión con
este poder, con esta fuerza y abundancia que puede rebozar a cada faceta de
nuestras vidas.
Capítulo Nueve
El Hablar en lenguas
Nadie
puede ir más allá de lo que se le ha enseñado, y un maestro solamente puede
enseñar lo que sabe. Si usted desea ayudar a otra persona, primero usted mismo
tiene que recibir ayuda; de otro modo sería como un ciego que guía a otro
ciego, y ambos van tropezando. Una de las áreas menos entendidas en la Biblia
es la relacionada con el Espíritu Santo, tanto el Donador como el don de
espíritu santo. Acabemos con nuestra ceguera. Estudiemos la Palabra de Dios
para entender Su voluntad.
Primero
que nada aclaremos que Dios es Espíritu Santo. Cuando una persona renace, Dios
le da un don a Su nuevo hijo. Y puesto que Dios es Espíritu Santo, El solamente
puede dar lo que El es: espíritu santo. Para ayudar a distinguir entre Dios el
Donador y Su don, el Donador, Espíritu Santo, se escribe siempre con
mayúsculas, mientras que Su don, espíritu santo, se escribe siempre con
minúsculas.
Una
persona recibe el espíritu santo cuando confiesa que Jesús es el señor y cree
que Dios le levantó de los muertos, tal como enseña Romanos 10:9-10. El don de
espíritu santo tiene 9 partes o manifestaciones en 1 Corintios 12 enumera estas
manifestaciones: 1) palabra de sabiduría; 2); palabra de ciencia; 3) fe; 4) dones
de sanidades; 5) milagros; 6) profecía; 7) discernimiento de espíritus; 8) lenguas;
9) interpretación de lenguas. En este estudio queremos examinar específicamente
la manifestación de hablar en lenguas--cuándo se habla en lenguas y por qué
se habla en lenguas.
Un
creyente que opere la manifestación del espíritu llamada lenguas será edificado
espiritualmente, será fortalecido espiritualmente. Hay dos situaciones en que
él puede operar esta manifestación: en público y en privado. 1) La mayor parte
del hablar en lenguas de un creyente es en su propia vida privada. Como tal, el
hablar en lenguas en privado será una oración o alabanza al Padre y, por lo
tanto, nunca se interpreta. Se habla de esta oración o alabanza como de
"orar en el espíritu". 2)
Un creyente puede hablar en lenguas públicamente en una reunión de creyentes. Cuando
una persona habla en lenguas públicamente, siempre tiene que interpretar. Sin
embargo, un mensaje público nunca es una oración; es una comunicación
proveniente de Dios dicha para la gente presente. Al hablar en lenguas tanto en
público como en privado se le llama hablarle a Dios.
Cuando
usted ora silenciosamente en el espíritu, usted está hablando en lenguas.
Cuando en una reunión de creyentes usted habla en el espíritu en voz alta,
también está hablando en lenguas. Estos usos diferentes del hablar en lenguas
se deben mantener separados el uno del otro. Tenemos que aprender cómo operar
el hablar en lenguas, y manifestarlo con exactitud según la Palabra.
Consideremos
el hablar en lenguas dentro de la Iglesia. En la Palabra de Dios la "Iglesia"
se refiere a los hijos de Dios renacidos, los que están llenos con el poder
proveniente del Espíritu Santo y que operan las manifestaciones del espíritu.
En la Iglesia el hablar en lenguas con interpretación por un creyente es
un mensaje proveniente de Dios o en nombre de Dios dirigido al cuerpo de
creyentes para edificación del grupo por medio de exhortación y consolación.
"Exhortar" significa "alentar a un esfuerzo más digno".
"Consolar" es "brindar una serenidad apacible, una tranquilidad
y aquiescencia a la grandiosidad de las cosas que Dios quiere comunicar".
El hablar en lenguas con su interpretación edifica a la Iglesia por medio de
exhortarles y/o consolarles.
Esta
edificación del cuerpo de creyentes por medio del hablar en lenguas con
interpretación es un mensaje directo proveniente de Dios, como si Dios mismo
estuviera en la reunión de creyentes. Dios le está hablando a Su gente. Al
hablar en lenguas e interpretar en una reunión de creyentes hoy, recibimos el
mensaje proveniente de Dios dirigido a esa reunión en particular. Lo que El
quiera para nosotros mañana, lo averiguaremos mañana. Nosotros no sabemos ahora
cuál es el mensaje específico para el futuro, pero sí sabemos cuál es el
mensaje para este día en particular si tenemos oídos para oír.
El
hablar en lenguas en privado y el hablar en lenguas con interpretación en
público tienen dos maneras de edificar claramente diferentes. El mensaje
privado es una oración que edifica el espíritu del que habla. El mensaje
público es una comunicación que edifica las mentes de las
personas presentes, incluso la del que habla. Ahora bien, ¿es edificada en su
espíritu la persona que habla en lenguas e interpreta en una reunión de
creyentes? No. El hablar en lenguas en una reunión de creyentes por uno que
también interpreta, no edifica a ese creyente en el espíritu, pues el mensaje
hablado es de Dios a la gente, y la interpretación, en el idioma de la mayoría
de la gente presente, es para la edificación del cuerpo de creyentes. Un
mensaje público con su interpretación no nutre el espíritu del que habla, sino
que más bien, edifica las mentes de las personas reunidas.
La
Palabra de Dios enseña explícitamente que cuando una persona habla en lenguas
en una reunión de creyentes, él tiene que interpretar para edificar las mentes
del Cuerpo. Sin embargo, hay hijos de Dios que hablan en lenguas en una reunión
de creyentes pero que no tienen suficiente creencia o conocimiento como para
inspirarles a que interpreten. Ellos son lo que yo llamo "creyentes
incrédulos". Ellos saben que pueden hablar en lenguas en sus vidas
privadas y algunos de ellos incluso hablan en reuniones de creyentes, pero no
creen para interpretar.
Si
estos "creyentes incrédulos", que no creen para interpretar, hablaran
en lenguas en la Iglesia, bajo tales circunstancias, su espíritu sería
edificado. Su hablar no sería un mensaje de Dios a la gente, porque si lo
fuera, tendría que ser interpretado.
Para
entender esto, usted tiene que entender acerca de la presciencia de Dios. ¿Sabe
Dios antes de que yo hable en lenguas en una reunión de creyentes si voy a
interpretar o no? Como Dios sabe que yo voy a interpretar cuando hable en
lenguas, El da un mensaje a la gente; y viceversa, si Dios sabe que yo voy a
hablar en lenguas pero que no voy a interpretar, El inspira una oración que,
repito, edifica el espíritu del que habla.
En el
cuerpo de creyentes, el hablar en lenguas con interpretación es siempre un
mensaje proveniente de Dios o en nombre de Dios dirigido a la gente, y su
interpretación edificará al cuerpo de creyentes en sus mentes renovadas por
medio de exhortación y consolación. No solamente son alentadas y consoladas las
mentes de los creyentes, sino que 1 Corintios 14:22 dice que el mensaje dado es
también una señal para los incrédulos. Estos incrédulos no son los incrédulos
que no son salvos, sino más bien los creyentes incrédulos. La palabra
"incrédulo" es una forma de apistia.* El creyente incrédulo
necesita esta señal de oír a alguien hablar en lenguas para saber que hay poder
en los creyentes, que los creyentes sí hablan en lenguas y que los creyentes sí
interpretan.
Tanto
al orar privadamente a Dios en el espíritu como al dar un mensaje en lenguas
con interpretación en una reunión de creyentes se le llama hablar en lenguas.
La razón por la cual se confunden los dos usos es porque la gente siempre está
buscando la manera de romper la Palabra de Dios. ¿Por qué no buscar la forma de
ver cómo la Palabra encaja en vez de hacerla pedazos? Deberíamos creer en la
integridad de la Palabra y permitir que la Palabra hable. Luego armonizamos
nuestras vidas y nuestra creencia según lo que dice en la Palabra. Investigamos
la Palabra para ver cómo toda la Palabra encaja con precisión.
En la
Iglesia, el hablar en lenguas lo tienen que hacer creyentes que crean para
interpretar, o no se estará usando con el propósito específico que Dios quiso.
Aquellos cristianos que hablan en lenguas pero que no creen para interpretar en
una reunión de creyentes simplemente están diciendo una oración. Estas personas
no han de hablar en voz alta en la Iglesia sino que han de orar
silenciosamente en lenguas para sí mismos y para Dios.
1 Corintios 14:2:
Porque el que habla en lenguas no, habla
a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu
habla misterios.
El
hablar es en una lengua desconocida para el que habla. Como sabemos,
"lenguas" quiere decir "idioma desconocido". "Porque
el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le
entiende... "La palabra "le" no figura en los textos griegos y
se debe descartar porque hace inexacta a la Biblia. Hablando de cuando los
apóstoles recibieron el don proveniente del Espíritu Santo en el día de
Pentecostés, Hechos 2:4-11 dice que los apóstoles hablaron en lenguas según el
Espíritu les daba que hablasen. Los inconversos que les oyeron hablar
entendieron las lenguas que estos doce apóstoles hablaron por inspiración.
Ellos dijeron que estos apóstoles estaban hablando "las maravillas de
Dios". Por lo tanto sabemos que el hablar en lenguas fue entendido en
Pentecostés--no por los hombres que hablaban, sino por aquellos que les oyeron
hablar.
El contenido
de lo que usted habla en lenguas es asunto de Dios, pero el hecho
de hablar es responsabilidad suya. En el día de Pentecostés, como
siempre, lo que la persona habló era un idioma desconocido para él, pero no
necesariamente para los oyentes. En Pentecostés un grupo de oyentes entendió lo
que Pedro decía, otro entendió a Mateo, otro entendió a Juan, y así
sucesivamente con los otros apóstoles. Existe la posibilidad de que un oyente
entienda la lengua, porque es Dios el que da lo que se ha de hablar. El
Espíritu Santo, Dios, lo da, pero es usted quien por su propia voluntad tiene
que hablar.
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*Apistia.-- la incredulidad de uno que
ha tenido alguna instrucción y enseñanza, pero no lo suficiente como para creer
plenamente.
Apeitheia.-- la incredulidad de uno que ha
sido plenamente instruido y enseñado, pero que rehúsa creer.
1 Corintios 14:2:
Porque el que habla en lenguas no habla
a los hombres, sino a [¿a quién?] Dios…
Otro
aspecto en esta escritura es que los que hablan, hablan a Dios. Esto no anula
la verdad de que el mensaje total --lenguas con interpretación-- va a ser un
mensaje proveniente de Dios o en nombre de Dios dirigido a la gente. Puede que
algunos digan que es el hombre hablándole solamente a Dios. Permítame hacerle
una pregunta: cuando usted dice que le habló al Presidente por teléfono, ¿qué
quiere decir? Usted quiere decir que cuando le habló a él, él también le habló
a usted. Usted no fue el único que habló. Esta verdad aquí en la Palabra es la
misma: usted le habla a Dios y El le habla a usted. Esa es la esencia.
Ahora
bien, un punto que se debe estudiar y entender es que el hablar en lenguas en
la vida privada de oración de uno, edifica al que habla.
I Corintios 14:4:
El que habla en lenguas... a sí mismo se
edifica...
En
una reunión de creyentes soy yo el que hablo en lenguas; mas a medida que
hablo, Dios da qué hablar. Luego yo doy la interpretación proveniente de Dios,
la cual edificará las mentes de los creyentes.
Hay
dos maneras básicas en que usted puede edificar su mente: 1) Estudie la Palabra
y permita que more en abundancia en su mente. 2) Participe en una reunión de creyentes
donde se interpreta el hablar en lenguas, pues la interpretación le dará a su
mente conocimiento que exhortará y consolará.
Cuando
se da un mensaje en lenguas con su interpretación, ¿es edificado mi espíritu?
No. Pero mi mente, al igual que las mentes de las otras personas presentes, es
edificada. La mente del cristiano tiene que ser edificada, porque la mente --el
pensamiento-- es lo que hace a una persona lo que es. La Biblia dice en
Proverbios 23:7: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él...”
Cuando
un hombre de cuerpo, alma y espíritu habla en lenguas en su vida privada de
oración o en una reunión de creyentes y no cree para interpretar, su hablar en
lenguas será oración o alabanza a Dios, y edificará el espíritu del hombre que
habla. Es por eso que el versículo 4 de 1Corintios 14 estipula: “El que habla
en lengua... a sí mismo se edifica...” Cuando nosotros hablamos en lenguas sin
interpretación, edificamos el espíritu que está en nosotros, llamado el hombre
interior.
Ahora,
el problema con el cual nos encontramos es que algunos dicen que el espíritu
del Cristo en usted es perfecto, por lo tanto, ¿cómo puede este hablar en
lenguas, edificar el espíritu? ¿Por qué necesita ser edificado el espíritu de
un cristiano? El espíritu es igual que
un bebé, el cual, aunque perfecto, de todos modos necesita ser alimentado. Lo
mismo sucede con su espíritu, usted lo alimenta mediante el hablar en lenguas.
La
ley fundamental involucrada en todo este asunto es que Dios es Espíritu y solamente
puede hablarle a lo que es espíritu. Casi todos los grupos confunden la carne y
el espíritu porque no mantienen claros sus principios bíblicos. Yo sé que el
espíritu es perfecto. Pero los cristianos mismos se estancan espiritualmente.
No mantienen su frescura porque muchos de ellos no edifican sus espíritus
mediante el hablar en lenguas. En su vida privada de oración, su espíritu es
edificado, crece mediante el hablar en lenguas --no mediante la interpretación,
no mediante la profecía.
La
interpretación y la profecía edifican el cuerpo de creyentes, no en sus
espíritus sino en sus mentes.
1 Corintios 14:5:
Así que, quisiera que todos vosotros
hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis...
Es
aquí donde generalmente la gente deja de leer para decir que el hablar en
lenguas en la Iglesia no es muy importante. Ellos preferirían que un creyente
profetizase. La mayoría de la gente que expone este argumento, a su vez, nunca
profetiza. ¿Ve usted el engaño sutil de Satanás? El quiere empequeñecer la
Palabra, hacer pedazos la Palabra. No hay nada que iguale el hablar en lenguas
en su vida privada. Esto le edificará espiritualmente, mientras que hablar con
denuedo en lenguas con su interpretación en una reunión de creyentes edifica el
cuerpo de creyentes.
I Corintios 14:5:
Así que, quisiera que todos vosotros
hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis [en la Iglesia]; porque mayor
es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete
para que la iglesia reciba edificación.
Cuando
el creyente habla en lenguas e interpreta, la Iglesia recibe edificación. ¿En
el espíritu? No. ¿Dónde? En la mente. La interpretación es siempre en el idioma
de la mayoría de la gente presente. Es por esto que en 1 Corintios 14:3 “Pero
el que profetiza habla a los hombres...” ¿Por qué? Porque profecía es en el
idioma de la mayoría de la gente presente. Así que, si la congregación fuera
alemana, la profecía tendría que ser en alemán.
I Corintios 14:3:
Pero el que profetiza habla a los
hombres para edificación, exhortación y consolación.
Por
lo tanto, cuando usted habla en lenguas con interpretación o profetiza, usted y
los otros creyentes presentes son edificados por medio de exhortación y
consolación. ¿Quién es el que tiene que estar bendecido en su vida privada?
Usted, el creyente individual. Sin embargo, en una reunión de creyentes, cada
uno tiene que ser edificado.
I Corintios 14:12:
Así también vosotros; pues que anheláis
dones [cosas o asuntos] espirituales, procurad abundar en ellos para
edificación de la Iglesia.
La
palabra "dones" no figura en los textos griegos y debe ser
descartada. La palabra "espirituales" es la palabra pneumatikos
que significa "cosas del espíritu". Debemos anhelar las cosas del
espíritu, ya sea privadamente para nosotros mismos espiritualmente, o públicamente para las mentes de todo el
cuerpo de creyentes. ¡Hágase todo para edificación!
Capítulo Diez
Cómo hablar en lenguas
Ahora
que usted sabe por qué se habla en lenguas y cuándo se
habla en lenguas, sé que le gustaría recibir en manifestación el poder de la
plenitud del Espíritu Santo. Sé que a usted le gustaría hablar las maravillas
de Dios y magnificar a Dios. Para hacer esto hay una cosa que usted tiene que
hacer y esa es: creer la Palabra de Dios. Sin duda usted cree la Palabra de
Dios pues lo que El ha prometido, no solamente desea hacerlo, sino que es capaz
de hacerlo. Yo le puedo asegurar, por la integridad de la Palabra de Dios, que
cuando usted hable en lenguas estará hablando las maravillas de Dios y
magnificando a Dios.*
Antes
de hacer conexión con cualquiera de los recursos de Dios usted tiene que saber,
primero que nada, "qué está disponible". Usted sabe que hablar en
lenguas está disponible porque la Palabra de Dios dice que todos los creyentes
renacidos tienen el espíritu santo dentro de ellos, el cual es la habilidad de
hablar en lenguas. Luego usted tiene que saber cómo recibirlo, lo cual se
expone a continuación.
Permítame
revelarle las claves y muy pronto usted también estará hablando las maravillas
de Dios. Hechos 2:4 dice: “y fueron todos llenos del Espíritu Santo”. Todos fueron llenos, nadie fue pasado por
alto. Nadie es pasado por alto si ha oído la Palabra y si la cree y luego actúa
según ella. Dios es siempre fiel y en consecuencia nadie puede ser pasado por
alto. Haga exactamente lo que yo le diga hasta el más mínimo detalle.
En 1
Tesalonicenses 2:13 Pablo le agradeció a Dios de que “cuando recibisteis la
Palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de
hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios”. Usted también tiene que
seguir la verdad de Dios según se declara en la Palabra de Dios. Pero si usted
piensa que es solamente Victor Paul Wierwille quien escribe o le habla, nunca
recibirá. Si usted tiene la certeza de que lo que yo le estoy diciendo son las
palabras que el Espíritu Santo ha hablado y está hablándole a usted por intermedio
mío, entonces usted también manifestará la grandeza del poder de Dios. Si usted
hace literalmente lo que yo le pido que haga, entonces podrá manifestar
la plenitud de la abundancia de Dios, el maravilloso poder de Dios.
Recuerde
que Hechos 2:4 dice: “y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron
[ellos] a hablar...” Ellos mismos fueron los que hablaron.
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*Hechos 2:11 cretenses y árabes, les oímos
hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Hechos 10:46: “Porque los oían que hablaban
en lenguas y que magnificaban a Dios”.
¿Alguna
vez ha analizado usted la mecánica del hablar? Usted, con sus propios órganos
vocales tiene que producir el habla. La misma mecánica que se utiliza para
hablar español o cualquier otro idioma conocido es la que se utiliza en el
hablar en lenguas. Por ejemplo, si yo digo: "Yo amo al Señor
Jesucristo", ¿qué fue lo que hice mecánicamente? Moví los labios, moví la
lengua, moví la garganta, yo hice los sonidos y yo tuve que pensar. Todo esto
está involucrado en la mecánica del hablar.
Diga
en voz alta: " Yo amo al Señor Jesucristo". ¿Qué fue lo que hizo?
Movió los labios, la garganta y la lengua para hablar. Usted formuló las
palabras; usted las impulsó hacia afuera.
La
única diferencia entre hablar en lenguas y hablar en español es que cuando yo
digo: "Yo amo al Señor Jesucristo", tengo que pensar. Cuando hablo en
lenguas no pienso las palabras que hablo. Dios da las palabras a mi espíritu, y
yo las formulo en mis labios. Yo no pienso las palabras, pero ellas están allí
cuando muevo los labios, la garganta, la lengua.
Crea
como para estar muy a gusto y tranquilo. Usted tiene que mover los labios, la
garganta, la lengua; usted impulsa el aire a través de las cuerdas vocales para
producir los sonidos. Usted tiene que formular las palabras, pero las palabras
que usted habla, como en Hechos 2:4, son según el Espíritu le da que hable. El contenido
de lo que usted habla es asunto de Dios, pero el hecho de hablar
es asunto suyo. Yo produzco los sonidos, pero las palabras que yo hablo le son
dadas a mi espíritu. Dios da lo que se ha de hablar, y son palabras que
magnifican Su Nombre, que hablan de las maravillas de Dios. Esta es la grandeza
de la manifestación de hablar en lenguas.
Si
usted entiende la mecánica de hablar en español o en cualquier otro idioma que
conozca, entonces usted entiende la mecánica de hablar en lenguas. Si usted es
renacido del Espíritu de Dios, el poder está en usted, pero es usted el que
tiene que hablar--no Dios--usted lo hace. No tendrá ninguna dificultad con
Dios; la única dificultad que usted podría tener sería en su propia mente y en
su entendimiento de lo que tiene que hacer. Usted, no el Espíritu, mueve los
labios; usted mueve la lengua; mueve la garganta; usted le da sonido a las
palabras por el poder de Dios que hay en usted. Así pues usted está declarando
las estupendas maravillas de Dios. ¡Qué sencillo y bello que es!
Hechos
2 es la orden del día para la Iglesia.
Hechos 2:38:
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón [remisión] de los
pecados; y recibiréis [lambanö,* manifestaréis] el don del Espíritu
Santo [pneuma hagion].
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*Hay dos palabras griegas para
"recibir" que se usan con relación a recibir el espíritu santo. Dechomai
quiere decir “recibir el poder y la habilidad inherentes”. Lambanö
quiere decir “recibir al grado de manifestar exteriormente”
Esto
es para la Era de la Iglesia en la cual usted y yo vivimos. Cuando usted
confiesa con su boca que Jesús es el señor y cree que Dios le levantó de los
muertos, usted tiene la remisión de pecados.*
La
Palabra dice: "recibiréis". Usted ha de manifestar en el mundo de los
sentidos la prueba de que ha recibido espiritualmente. Al manifestar, usted
habla las maravillas de Dios; usted magnifica a Dios.
Juan
7 nos dice una gran verdad que usted y yo necesitamos entender cuando
manifestamos el poder del Espíritu Santo.
Juan 7:37,38:
...Jesús se puso en pie y alzó la voz,
diciendo: si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
La
palabra "interior" indica la profundidad del alma de un hombre.
"De lo más profundo de ese hombre correrán ríos [no pequeños riachuelos]
de agua viva". Cuando usted recibe en manifestación el poder proveniente
del Espíritu Santo, usted no recibe más sustancia espiritual; usted simplemente
recibe en evidencia, en manifestación en el mundo de los sentidos, lo que usted
ya tiene espiritualmente en su interior. Manifestar el espíritu santo no quiere
decir que se le ha dado a usted algo nuevo; usted simplemente está
manifestándole a sus sentidos lo que tiene adentro. El don ya está en usted.
Dios le dio la habilidad de hablar en lenguas cuando usted renació. La acción
de hablar en lenguas es su responsabilidad; usted ya tiene el potencial. Si
usted no habla en lenguas, no es porque Dios no le haya dado la habilidad. Dios
prometió por medio de Su hijo: "de su interior correrán ríos de agua
viva".
Esto
es lo que Jesucristo habló y lo que dijo a los apóstoles antes de ascender. De
su interior, de lo más profundo de su ser, correrían ríos de agua viva. Así que
cuando usted comience a hablar en lenguas, formule las palabras, hable las
palabras y deje que broten burbujeantes, deje que fluyan libremente, no gota a
gota. Cuando usted comience a hablar en lenguas, deje que fluya con un sonido
tras otro. Eso es lo que dice la Palabra y eso es lo que quiere decir.
Lucas 11:11:
¿Qué padre de vosotros, si su hijo le
pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una
serpiente?
Suponga
que usted tiene un hijo que tenga hambre y usted tiene pan en la casa; si él se
lo pidiera, ¿le daría usted una piedra? Estoy seguro que no.
_____________________________________________________
*Romanos 10:9: “que si confesares con tu boca
que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo”.
Lucas 11:12,13:
¿O si le pide un huevo, le dará un
escorpión?
Pues si vosotros [como padres], siendo
malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre
celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
La
palabra "pidan" es la misma palabra que "exijan". ¿Sabe
usted por qué puede exigir el pago de un cheque? Porque el dinero que lo
respalda ya se ha depositado en el banco. Todo lo que tiene que hacer es
presentarse a la ventanilla de pagos y pedir el dinero de ese cheque. ¿Cuánto
más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan [se lo
exijan]? ¿Por qué podemos exigir el espíritu santo? Porque ya se nos ha dado.
Quiero
hacerles notar una cosa más. Los más grandes cargamentos en la vida entran al
puerto cuando los mares están serenos. Cuando los mares están agitados, los
barcos esperan mar adentro; pero cuando los mares se aquietan, los grandes
barcos de carga vuelven al puerto. Los más grandes cargamentos de nuestra vida espiritual
se reciben cuando nuestros mares interiores están tranquilos. Una de las cosas
que la Palabra de Dios ha hecho para mí es darme paz interior para poder
recibir la abundancia del poder de la plenitud de Dios.
Gálatas 3:5:
Aquel, pues, que os suministra el
Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o
por el oír con fe?
¿Cómo
ministro yo el espíritu santo a la gente? ¿Lo hago por el oír con fe? ¡Sí! No
hago esto por las obras de la ley.
Estoy
ministrándole el espíritu santo a usted, estoy enseñándole a usted exactamente
qué hacer. Después de que haya leído todas las instrucciones. Quiero que cierre
los ojos y se siente tranquilamente. Recuerde que cuando le haya ministrado el
espíritu santo a usted, quiero que mueva los labios, la garganta, la lengua.
Haga usted los sonidos.
Siéntese
tranquilamente y haga exactamente lo que yo le digo. Recuerde que la Palabra de
Dios dice en Job 29:23: “Y abrían su boca como a la lluvia tardía”. Para beber
usted tiene que abrir la boca. En Juan 20:22, antes de la ascensión, Jesús le
dio instrucciones a los apóstoles de inhalar. El abrió su boca e inhaló.* Dentro
de poco quiero que usted abra su boca e inhale.
Mientras
esté sentado, siga esta instrucción. Abra
su boca e inhale. Usted no va a recibir nada más espiritualmente; ahora
usted va a manifestar la presencia del espíritu. Simplemente inhale. Abra su
boca. Mientras inhale, agradézcale a Dios por haberle llenado con la plenitud
del poder de Su espíritu santo. No le suplique; agradézcaselo.
_____________________________________________________
*Vea la explicación de Juan 20:22 en la
página 58.
Cuando
comience a hablar en lenguas, mueva los labios, la garganta, la lengua. Hable.
Cuando haya terminado un sonido, hable otro. No preste atención alguna a lo que
está pensando. Formule las palabras; mueva los labios, la garganta, la lengua;
dígalo. Usted está magnificando a Dios no importa cómo le suenen las palabras a
sus oídos. La tarea suya es hablar en lenguas; la tarea de Dios es dar lo que
se habla.
Siga
moviendo los labios, la garganta y la lengua. Formule otro sonido. Usted tiene
que formular sonidos diferentes con los labios. Dios se los ha dado a su
espíritu. Ellos están en su espíritu y vienen brotando a su lengua; usted tiene
que hablarlos. Usted está hablando las maravillas de Dios; usted está
magnificando a Dios; usted está hablando en lenguas. La manifestación externa
es su prueba en el mundo de los sentidos de que tiene a Cristo adentro. Hágalo
con denuedo. Deje que fluya; deje que entre en efervescencia. "De su
interior correrán ríos de agua viva". Siga hablando. Dios está dándole las
palabras a su espíritu; su espíritu las está llevando hasta su garganta y usted
las está impulsando hacia afuera.
"Padre,
en el nombre de Jesucristo y por el poder de Dios que está en mí, yo ministro
ahora la plenitud de tu espíritu santo en manifestación en la vida de este
creyente". Inhale profundamente y ahora comience a hablar en lenguas como
yo le acabo de instruir.
¿No
es Dios maravilloso?
Si
usted puede hablar una palabra, puede hablar diez mil; porque si puede hablar
una palabra, usted tiene el poder, la habilidad dada por Dios, de hablar más.
Cada vez que hable recuerde que usted se está edificando a sí mismo
espiritualmente. Usted está hablando las maravillas de Dios; está magnificando
a Dios. Ahora usted tiene la prueba en el mundo de los sentidos de que tiene a
Cristo adentro, que es coheredero con él.
Dentro
de poco quiero hable otra vez; que hable una vez más para que por la
experiencia pueda adquirir fluidez y confianza. Aprender otro idioma usando la
mente tomaría meses; pero el hablar en una lengua desconocida sucede
instantáneamente. Dios conoce las lenguas, así que El se las da a su espíritu y usted las
habla.
Cualquier
persona que sepa aunque sea un poquito acerca de idiomas sabe que "pi, pi,
pi, pa, pa, pa" no sería hablar en lenguas. Hablar en lenguas es hablar un
idioma desarrollado. Ahora una vez más quiero que usted hable en lenguas. Esté
tranquilo. Mueva los labios, la garganta y la lengua y comience a hablar otra
vez. Siga hablando. Usted está hablando las maravillas de Dios, magnificando a
Dios. Ahora usted le ha probado a sus sentidos que Cristo está en usted y que
usted tiene el poder del espíritu santo. Esta es la grandeza del maravilloso
poder de Dios a usted como creyente.