sábado, 2 de agosto de 2014

LA IGLESIA NUEVA Y DINÁMICA Cap. 11 de V.P.Wierwille

Capítulo Once
Llenos hasta desbordar

Inmediatamente antes de su ascensión, según lo relata el capítulo 20 de Juan, Jesucristo instruyó a sus discípulos acerca de una nueva dimensión que ellos tendrían en su glorioso andar a partir del día de Pentecostés.

Juan 20:22:
Y habiendo dicho esto, sopló [en griego dice "sopló hacia adentro": inhaló] y les dijo: Recibid el Espíritu Santo [el texto griego usa las palabras lambanö pneuma hagion,* "manifestad espíritu santo”].

En la primera hora de oración en el día de Pentecostés, cuando los apóstoles "inhalaron", ellos confesaron con su boca que Jesús es el señor creyendo que Dios le había levantado de entre los muertos, y así renacieron del Espíritu de Dios y espiritualmente fueron llenos a capacidad máxima. La palabra "recibid", lambanö, en Juan 20:22, indica que en el día de Pentecostés los apóstoles manifestaron el don que acababan de recibir espiritualmente en toda su desbordante plenitud.

Nacer del Espíritu --renacer o nacer de lo alto-- es estar espiritualmente lleno a capacidad máxima (plëroö), mientras que la plenitud en manifestación de ese nacimiento es estar lleno hasta desbordarse (plëthö). La salvación da plëroö, una plenitud a capacidad máxima: manifestar el espíritu santo da plëthö, plenitud desbordante. Este estudio se enfoca esencialmente en plëroö y plëthö, que describen todas las facetas de conocimiento que nos están disponibles en cuanto al nuevo nacimiento.

Plëthö es una forma más reciente de la palabra pimplëmi, un derivado de pleos. Tanto plëroö como plëthö son derivados de la palabra raíz básica pleos, que quiere decir "lleno". pimplëmi quería decir "lleno a capacidad máxima y desbordar". En la literatura griega, se usa pimplëmi en el caso de un río que desborda sus riveras. También se usa para describir la luna llena cuando está desbordando en toda su brillantez. Plëroö significa "llenar solamente a capacidad normal" como un río lleno con su caudal natural o normal; plëthö significa "llenar hasta desbordarse en abundancia".

Lucas 1:57:
Cuando a Elizabeth se le cumplió [pimplëmi, plëthö] el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo.

Elizabeth estaba plëthö pues ella dio a luz el niño--el alumbramiento es el desbordarse.
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*El Donador es pneuma hagion, Espíritu Santo; el don es pneuma hagion, espíritu santo. Para un estudio detallado de los usos de estas dos palabras griegas en la Biblia, así como de las palabras griegas lambanö y dechomai, lea Victor Paul Wierwille, Recibiendo el espíritu santo hoy, segunda edición (New Knoxville, Ohio: American Christían Press, 1981) págs. 1-11 y 273-370


Colosenses 2:9:
Porque en él [Cristo] habita corporalmente toda la plenitud [plëröma, proveniente de plëroö, lleno a capacidad] de la Deidad.

Cristo estaba lleno a capacidad con la plenitud de la Deidad. La plenitud de Dios  desbordándose de Jesucristo hizo posible que Jesús dijera: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre". Jesucristo declaró al Padre; dio a conocer a Dios. Jesús estaba rebozando con la presencia, el poder y la Palabra de Dios, y así declaró a Dios.

Hay una ilustración que enseña muy bellamente el nuevo nacimiento y las manifestaciones. Supóngase que tenemos un vaso que representa al hombre natural; el líquido dentro del vaso representa espíritu. Cuando el espíritu entra (al confesar el hombre con su boca que Jesús es el señor y creyendo que Dios le levantó de los muertos), este hombre de cuerpo y alma es lleno (plëroö) a capacidad normal en todo su ser. Esto es el llenar del nuevo nacimiento indicado en Juan 20:22 por "inhaló". Luego "Recibid [lambanö, recibid al punto de manifestarlo]" es estar lleno (plëthö), que es la plenitud desbordante. Bíblicamente el llenar con el nuevo nacimiento (plëroö) ha de asociarse siempre con el desbordar (plëthö) en manifestación.

En el día de la ascensión Jesús le habló a los doce apóstoles.

Hechos 1:5:
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con [en] el Espíritu Santo [espíritu santo el don] dentro de no muchos días.

Ese "bautizados con espíritu santo" es el llenar del nuevo nacimiento, plëroö, lleno a capacidad.

Hechos 1:8:
pero recibiréis [lambanö; desbordaréis, plëthö, manifestaréis] poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y [entonces] me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

El desbordamiento ocurre con la operación de las manifestaciones del espíritu.

Juan 7:38,39:
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir [lambanö, recibir en manifestación] los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

La palabra "interior" en el versículo 38 quiere decir "la parte más íntima de una persona". La palabra "correrán" es rheusousin, que proviene de la palabra raíz rheö. La forma obsoleta de la palabra rheö significa "hablar". De esta misma raíz proviene la palabra rhëma que significa "aquello que es hablado". "De lo más profundo de su ser serán hablados ríos [no chorritos, sino "ríos"] de agua viva".

Esto se relaciona directamente con la plenitud (plëthö) del espíritu santo, como lo muestra el versículo 39. El día de Pentecostés fue cuando se dio el don, el nuevo nacimiento, fue cuando fueron llenos del espíritu, Cristo en vosotros.

Los históricos acontecimientos de Pentecostés, incluyendo el nuevo nacimiento con sus varios atributos desbordantes, están relatados en Hechos 2.

Hechos 2:1
Cuando llegó [sumplëroö] el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio [fuerte respirar]*  que soplaba, el cual [el inhalar de todos ellos] llenó [plëroö] toda la casa donde estaban sentados.

Y fueron todos llenos [plëthö] del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

La palabra "llenó" en el versículo 2 es plëroö, que significa "lleno a capacidad máxima". Al inhalar los discípulos, el sonido de su inhalar llenó a capacidad máxima, plëroö, el templo. Al inhalar los discípulos fueron llenos a capacidad máxima, plëroö, pues el versículo 4 dice que ellos fueron todos llenos, plëthö, y comenzaron a hablar en otras lenguas (el desbordar, hablar en lenguas, una de las nueve manifestaciones del espíritu).

Si lo permitiera el lenguaje, Dios podría haber tomado los cuatro primeros versículos de Hechos 2 y haberlos condensado en uno solo, porque el nuevo nacimiento y las manifestaciones han de ser como una sola cosa. El llenar de los apóstoles en el versículo 2 es plëroö, el llenar inherente del nuevo nacimiento; el llenar en el versículo 4 es plëthö, la manifestación externa o el desbordamiento del llenar inherente. Las manifestaciones del espíritu son el poder desbordante en la vida del creyente, que a su vez produce el "fruto del espíritu" de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.

A partir de Pentecostés los creyentes habían de desbordar inmediatamente al ser renacidos por el Espíritu de Dios. No sólo habían de estar llenos a capacidad normal, natural, (plëroö), sino que también habían de desbordar, (plëthö). El Apóstol Pedro es un ejemplo de esto.

Hechos 4:8:
Entonces Pedro, lleno [plëthö] del Espíritu Santo [el don de espíritu santo]...

Pedro estaba lleno hasta desbordarse (lo demuestra el uso de la palabra plëthö en vez de plëroö) operando todas las nueve manifestaciones. Por ello Pedro tenía conocimiento de todos los asuntos relatados en Hechos 4 que son una continuación de lo relatado en Hechos 3.
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*Pnoës no es "un viento" sino "un respirar”.
Después de documentar en el versículo 8 que Pedro estaba lleno del espíritu santo, el capítulo cuatro de Hechos continúa contándonos de las cosas que les sucedieron a Pedro y a Juan.

Hechos 4:31:
Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos [plëthö] del Espíritu Santo...

La gente congregada estaba llena hasta desbordar. Debido a las manifestaciones del espíritu, a saber, hablar en lenguas, interpretación de lenguas y profecía, esa reunión de oración fue genuinamente poderosa y edificante para los creyentes, quienes fueron todos exhortados y consolados. No dice en Hechos 4:31 que los creyentes fueron "llenos nuevamente". Nunca hay una rotura por donde se escape el espíritu o una necesidad de "llenar nuevamente". El creyente está siempre lleno (plëroö) a capacidad normal; mas el estar lleno al punto de desbordar (plëthö) comienza cuando el creyente inicia las manifestaciones.

Hechos 8 contiene el primer relato en la historia de la Iglesia cristiana acerca de nuevos cristianos que renacieron sin manifestar inmediatamente el espíritu santo. Puesto que este grupo de samaritanos no manifestó, se mandó a buscar a Jerusalén a Pedro y a Juan. Hechos 8 cuenta de lo que hicieron estos dos apóstoles para remediar la situación.

Hechos 8:15:
los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen [lambanö, manifestasen] el Espíritu Santo [espíritu santo, el don].

Los creyentes en Samaria estaban llenos (plëroö) mas no estaban llenos (plëthö) al punto de estar manifestando el espíritu santo.

Hechos 8:16:
porque aún no había descendido [el don, espíritu santo] sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.

Ser bautizado en el nombre de Jesús no tiene nada que ver con agua pero tiene todo que ver con estar lleno (plëroö), con tener a Cristo en usted la esperanza de gloria, que es el nuevo nacimiento.

Aunque los samaritanos habían recibido el nuevo nacimiento, ellos todavía no habían sido llenos hasta desbordar. El uso de la frase "aún no había descendido sobre ninguno de ellos" significa, gramatical y bíblicamente, que el espíritu no estaba desbordando en manifestación.

Hechos 8:17:
Entonces les imponían [Pedro y Juan] las manos, y recibían [lambanö, manifestaban pneuma hagion] el Espíritu Santo [el don, espíritu santo].

Con esto el don comenzó a desbordarse, a rebosar.
En Hechos 9, en el relato del joven Saulo (cuyo nombre en griego es Pablo), hay otro ejemplo en que la "plenitud de la salvación" sucede antes del "desbordamiento de la manifestación".

Hechos 9:17:
Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él [Pablo] las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno [plëthö, desbordar] del Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo, el don].

Pablo confesó al señor Jesús como su salvador en el camino a Damasco pero él no desbordó, él no recibió, lambanö, en manifestación. Cuando Ananías vino a la casa de Judas para ministrarle a Pablo, él le dijo a Pablo: "Hermano Saulo", indicando así que Pablo era un hermano espiritual. El propósito de Ananías al visitar a Pablo era "para que recibas la vista y seas lleno [plëthö] del Espíritu Santo". Pablo había renacido (dechomai, plëroö, lleno a capacidad máxima), pero no fue sino hasta que Ananías le ministró que estuvo lleno con abundancia desbordante (lambanö, plëthö). Pablo, no obstante, pronto rebosó con las manifestaciones del espíritu, pues en 1 Corintios 14:18 se dice de Pablo: “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros”.

Hechos 10 informa de la ocasión en que Pedro le ministró por primera vez a una casa gentil--la casa de Cornelio en Cesarea.

Hechos 10:44-46:
Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo, el don] cayó sobre todos los que oían el discurso.  

Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo [pneuma hagion].

Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.

El desbordamiento, que indica la operación de las manifestaciones, está puesto en evidencia por la palabra "derramase". El último versículo citado nos informa específicamente que el desbordamiento fue manifestado por medio del hablar en lenguas: "Porque los oían que hablaban en lenguas".

Hechos contiene la defensa que hizo Pedro por haber ido a la casa de Cornelio y presentar a Cristo y su evangelio por primera vez a los gentiles.

Hechos 11:15:
Y cuando comencé [Pedro] a hablar, cayó el Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo, el don] sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

Según Hechos 19, Pablo tuvo en Éfeso la misma experiencia que tuvieron Juan y Pedro en Samaria. El encontró discípulos que eran renacidos, que espiritualmente estaban llenos a capacidad máxima (plëroö), pero que no habían desbordado (plëthö)

Hechos 19:6:
Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo, el don]; y hablaban en lenguas...

Nuevamente ésta es una plenitud hasta desbordar experimentada por gente en la Iglesia que ha renacido del Espíritu de Dios.

Efesios 5 contiene un interesante uso de la palabra plëroö. Nuevamente se refiere a cuán profundamente hemos de estar llenos de tranquilidad.

Efesios 5:18:
No os embriaguéis con vino... antes bien sed llenos [plëroö] del Espíritu.

Este versículo nos indica que "llenos del Espíritu" es el nuevo nacimiento, Cristo en usted la esperanza de gloria. Sea lleno a capacidad máxima, plëroö, en lo más profundo de su ser, que es Cristo en usted.

Veamos cómo se usa la palabra griega plëthö, lleno hasta desbordar, en otras pocas escrituras que no tratan directamente con el nuevo nacimiento.

Lucas 1:41:
Y aconteció que cuando oyó Elizabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elizabet fue llena [plëthö, desbordó] del Espíritu Santo [pneuma hagion, espíritu santo].

Como lo revelan los versículos que siguen en Lucas 1, Elizabet estaba "llena hasta desbordar", lo cual se sabe por haber dado ella una palabra de profecía.

También nos habla Lucas 1 del esposo de Elizabet, el padre de Juan el Bautista.

Lucas 1:67:
Y Zacarías su padre fue lleno [plëthö, desbordó] del Espíritu Santo [pneuma hagion], y [él] profetizó...

Zacarías estaba lleno hasta desbordar. El profetizó.

Lucas 5 relata que en el lago Genesaret Jesús le dijo a Simón que echara sus redes "para pescar".

Lucas 5:7:
Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron [plëthö, desbordaron] ambas barcas, de tal manera que se hundían.
Tenían tantos pescados en las barcas que éstas estaban llenas hasta desbordar y se hundían.

Obviamente no puede haber desbordamiento sino hasta que el recipiente esté lleno a capacidad máxima. En Hechos 6:3 notamos que cuando siete hombres fueron elegidos de entre los discípulos, la Palabra dice: "Buscad, pues; hermanos, de entre vosotros a siete hermanos de buen testimonio, llenos [plërës, forma adjetival de plëroö] del Espíritu Santo [pneuma hagion]”. Ellos eran hombres llenos a capacidad máxima. Hechos 7:55 dice: "Pero Esteban, lleno [plërës] del Espíritu Santo", lleno a capacidad máxima.

Hechos 5 da también un relato de los apóstoles enseñando en Jerusalén.

Hechos 5:28:
diciendo...Y ahora habéis [los apóstoles] llenado [plëroö] a Jerusalén de vuestra doctrina...

La doctrina de los apóstoles había penetrado Jerusalén al punto de que la ciudad estaba "llena a su capacidad máxima" con la Palabra.

Colosenses 1 contiene una maravillosa oración por los creyentes--que estén llenos a capacidad máxima.

Colosenses 1:9:
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos [vuestro amor en el espíritu], no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos [plëroö] del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual.

Sea lleno a capacidad máxima. Esta es nuestra oración por usted y por toda la gente de Dios. Yo deseo que su oración por mí también sea que podamos ser llenos a capacidad máxima "del conocimiento de su voluntad" y luego desbordar con esa abundancia.

La única forma en que podemos tener un conocimiento de la voluntad de Dios es conociendo la Palabra de Dios. Ser llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual es lo primero, lo esencial, para todo creyente. Entonces el desbordamiento será una bendición poderosa. Es así como las enseñanzas de los apóstoles penetraron toda Jerusalén. La ciudad entera fue llena a capacidad máxima con la Palabra de Dios porque el conocimiento de la Palabra de Dios vivía en los apóstoles, y ellos desbordaron (plëthö) al hablar esa Palabra de Dios con denuedo, operando las manifestaciones del espíritu, especialmente el hablar en lenguas.


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