lunes, 11 de agosto de 2014

RECIBIENDO EL ESPIRITU SANTO HOY Cap. 1 de V.P.Wierwille (contiene prefacio, la Introducción y tabla de materias)


  
Recibiendo
el espíritu santo
hoy


 Victor Paul Wierwille
  
Un estudio de cómo recibir el espíritu santo, pneuna hagion,
“poder desde lo alto”, y las
Varias manifestaciones y operaciones de ese espíritu





Originalmente publicado en 1957
como Receiving the holy spirit today
Por The Way International, Inc.
Traducido en 1981 por The Way International



American Christian Press
The Way International
New Knoxville, Ohio 45871
EE. UU.





Dedicado a los

Que

Han anhelado…pero han dudado

Han esperado…pero han temido

Han tenido hambre…pero no han sido satisfechos

Que

Desean recibir hoy

El don proveniente del Espíritu Santo

En toda su plenitud.
  

Recibiendo el espíritu santo hoy
Por Victor Paul Wierwille


A fines de los años ‘60 y comienzo de los ‘70 la curiosidad y el interés sobre el don proveniente del Espíritu Santo han aumentado considerablemente a través del mundo. El hablar en lenguas, una de las nueve manifestaciones del don de espíritu santo, ha causado bastante furor en la iglesia organizada y ha sido objeto de creciente publicidad a través de los medios de comunicación.

Mientras que ciertos grupos y ciertos individuos están evidenciando el hablar en lenguas y tal vez ciertas otras manifestaciones, poco es el conocimiento concreto sobre el don de espíritu santo que está disponible a aquellos que están buscando recibir, o a aquellos que se están preguntando sobre la significación exacta de lo que están manifestando.

Recibiendo el espíritu santo hoy está dedicado a los que “han anhelado – pero han dudado; han esperado – pero han temido; han tenido hambre – pero no han sido satisfechos”. Los sinceros en su búsqueda han encontrado la respuesta a sus necesidades y sus oraciones en este libro.

Recibiendo el espíritu santo hoy es un manual que explica cómo recibir. También es un estudio bíblico profundizado del campo del Espíritu Santo.

-¿Qué es el don de espíritu santo?
-¿Quién está capacitado para recibir el espíritu santo?
-¿Cómo recibe uno el espíritu santo?
-¿Qué es hablar en lenguas – y cuál es su propósito?
-Miedos comunes sobre recibir el don de espíritu santo.
-Un estudio de los cinco casos en Hechos donde grupos e individuos recibieron y manifestaron el espíritu santo.
-Un estudio de 1 Corintios 12, 13 y 14.

Recibiendo espíritu santo hoy es comprensivo, pero está escrito con simplicidad; ha sido investigado cuidadosamente, pero se explica de una forma realista. Este libro es una necesidad para todo cristiano que quiera hacer conexión con el Espíritu Santo – y que sin embargo no lo quiera hacer en las tinieblas, el miedo y la frustración que causa la falta de enseñanza de la Palabra de Dios.

Toda las Escrituras en este libro se citan de la Versión de la Biblia Reina-Valera 1960. Todas las inserciones explicativas del autor dentro de un versículo se ponen en corchetes. Todas las palabras griegas están en cursivas y están en letras del abecedario español.




Recibiendo el espíritu santo hoy

Prefacio
Introducción

PRIMERA SECCIÓN
Capitulo

1. El Don proveniente del Espíritu Santo

2. Miedos comunes que impiden el recibir
el don proveniente del Espíritu Santo

3. ¿Quién está capacitado para recibir
el espíritu santo, pneuma hagion?

4. ¿Qué es el hablar en lenguas?

5. Cómo recibir el espíritu santo, pneuma hagion


SEGUNDA SECCIÓN

6. Un Estudio de Hechos 1 y 2

7. Un Estudio de Hechos 8

8. Un Estudio de Hechos 9

9. Un Estudio de Hechos 10

10. Un Estudio de Hechos 19


TERCERA SECCIÓN

11. Un Estudio de 1 Corintios 12

12. Un Estudio de 1 Corintios 13

13. Un Estudio de 1 Corintios 14

14. Algunas preguntas contestadas


APÉNDICES
Introducción a los apéndices

Apéndice

I. La palabra recibir

II. El Uso y las usanzas de las palabras pneuma y pneuma hagion

III. Todo uso y usanzas de las palabras pneuma y pneuma hagion en el
Nuevo Testamento



Prefacio

Cuando yo servía mi primera congregación, un misionero coreano me pregunto: “¿Por qué no busca usted la mayor de todas las cosas en la vida que enseñaría a los creyentes cristianos el cómo de una vida verdaderamente victoriosa?” Este reto fue el principio de una búsqueda que me llevó a través de muchas horas de examinar diferentes traducciones, varios textos griegos y “originales” arameos, buscando la fuente del poder que era manifestado en los comienzos de la Iglesia.

Finalmente me di cuenta de que la experiencia a la que se referían las Escrituras como “recibir el Espíritu Santo” estaba y está realmente disponible a todo creyente renacido hoy en día. Creí para recibir el don de espíritu santo y yo también manifesté.

Desde que recibí en manifestación el espíritu santo he tenido el deseo de poner por escrito los anhelos y temores que sentía concerniente a recibirlo. El compartir mi búsqueda con creyentes que hoy buscan ser investidos de poder desde lo alto puede ayudar a guiarlos a la respuesta a los deseos de su corazón.

Yo sabía por medio de la Biblia que lo que Dios mandó el día de Pentecostés todavía estaba disponible. Tenía que ser, pues Dios no cambia. Sabía que el recibir el poder desde lo alto en el día de Pentecostés había significado mayor habilidad para los apóstoles y discípulos años atrás, y que yo necesitaba y deseaba la misma bendición. Yo sabía que si la iglesia algún día necesitaba el espíritu santo en manifestación lo necesitaba ahora.

Durante mi entrenamiento académico en un colegio, una universidad, cuatro seminarios, por medio de los comentarios que estudié y de mis años de búsqueda e investigación entre los varios grupos religiosos que se daban por adherentes a la disponibilidad del espíritu santo, aparecieron muchas cosas contradictorias a la exactitud de la Palabra de Dios escrita. Yo sabía que sus enseñanzas eran sinceras, pero la sinceridad no es garantía de la verdad.

La Palabra de Dios es Verdad. Oré que yo pudiera poner a un lado todo lo que había oído y pensado por mí mismo, y empecé de nuevo con la Biblia como mi manual y libro de texto.  No quería omitir, negar o cambiar ningún pasaje, pues siendo la Palabra de Dios la voluntad de Dios, la Escritura tiene que encajar como anillo al dedo.

Si usted es un creyente cristiano, le exhorto sinceramente a estudiar este libro. No permita que sus enseñanzas y sentimientos pasados lo desanimen de continuar para recibir lo mejor de Dios. Si usted necesita poder y habilidad para encarar los lazos de esta vida, puede que usted encuentre su respuesta mientras lee este libro. Es mi oración que usted sea edificado, exhortado y consolado.

Para aquellos que estén examinando las Escrituras deseando saber las razones por qué, cómo, qué, o dónde, les sugiero que hagan un estudio cuidadoso tanto de la Introducción como de los apéndices de este volumen. Para aquellos que simplemente desean recibir, lean los capítulos 1 al 5 y disfruten Su gran presencia y poder.

2 Timoteo 2:15:
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

A sus ayudantes y colegas todo escritor les tiene una deuda profunda. Esta sexta edición ha sido leída y estudiada cuidadosamente por hombres y mujeres de habilidad bíblica y espiritual. A todos ellos les estoy muy agradecido.



Introducción

Unas palabras de explicación se necesitan para aquellos que no han sido presentados a la idea de que un mayor entendimiento del significado de las Sagradas Escrituras puede obtenerse a través de la comparación de las versiones en español con los manuscritos griegos de los cuales las versiones en español fueron traducidas.

Yo creo que la Palabra de Dios es Verdad, así que debemos buscar la Palabra como fue dada originalmente por inspiración divina más allá de la Versión Reina-Valera o de cualquier otra versión. Esto lo puede hacer cada creyente. Aun si el creyente no tiene conocimiento del griego o del arameo, él es capaz de cotejar la exactitud de la Palabra cuando se le dan las palabras griegas o arameas en letras de nuestro abecedario como yo he hecho en este libro. Creo que ustedes estarán conmovidos con el entendimiento más profundo de las Escrituras que puede ser suyo a través de este tipo de comparación.

En lo que se refiere al estudio del sustantivo griego pneuma, traducido “espíritu”, se nos presenta una dificultad. En los manuscritos griegos la palabra pneuma nunca está en mayúscula. Algunos sustantivos no afectan el sentido de un pasaje por estar en mayúsculas o minúsculas, pero esto no es cierto con la palabra pneuma. “Espíritu” con E mayúscula y “espíritu” con e minúscula son dos cosas diferentes. Por lo tanto, cuando la palabra pneuma es traducida “Espíritu” con E mayúscula es una interpretación y no una traducción, y como tal no tiene mayor autoridad que la persona o traductor que la hizo.

Los editores de ediciones impresas del Nuevo testamento griego difieren entre sí en cuanto al uso de las mayúsculas para la palabra pneuma. En otras palabras, ¿cuándo debe traducirse pneuma “Espíritu” con E mayúscula y cuándo “espíritu” con e minúscula? Recibimos poca o ninguna ayuda de la Versión Reina-Valera o de los manuscritos griegos; y no podemos recibir ayuda alguna de los textos griegos impresos ni del texto arameo Peshitta.

En nuestra Versión Reina-Valera la palabra pneuma se usa 386 veces. Se traduce con E mayúscula, Espíritu-147 veces; e, espíritu-143 veces; espirituales-1 vez; aliento-1 vez; viento-1 vez; demonios- 1 vez; y con la palabra hagion, santo, se traduce Espíritu Santo 92 veces.

Si, sin embargo, notamos las diferentes formas de la palabra pneuma utilizadas en el Nuevo Testamento y las variaciones de uso de esta palabra en su contexto en las Escrituras, obtendremos un mejor entendimiento de las variaciones de significado de la palabra pneuma. Es sólo entonces que obtenemos un entendimiento más exacto del significado de pneuma.

Ya que Dios quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir y tiene un significado para todo lo que dice, no podemos traducir cada uso de las palabras griegas pneuma hagion como “el Espíritu Santo” insertando el articulo “el” a voluntad cuando no existe en los manuscritos ni en los textos griegos. Los traductores de cada edición en español no sólo han añadido el articulo “el” sino que también se han tomado la libertad de añadir una E o una S mayúscula a su antojo.

El plan de este libro es dar a cada lector las palabras griegas en transliteración. En esta forma el lector puede ver por sí mismo en letras españolas las palabras exactas que aparecen en cada versículo de la Escritura en los textos y antiguos manuscritos griegos. Para información más detallada acerca de la exactitud inherente e inequívoca de la Palabra de Dios en cada uno de los 386 versículos donde la palabra pneuma está usada en el Nuevo Testamento, refiérase al Apéndice III.

Cuando consideramos la palabras griegas pneuma hagion sin el artículo “el” como se ve en cincuenta pasajes en los textos griegos del Nuevo Testamento, descubrimos que estas palabras nunca  son usadas en el sentido de “el Espíritu Santo”, que es Dios, el Donador. De tal forma pneuma hagion, cuando se refiere a aquello que vino el día de Pentecostés, debe ser traducido siempre con e minúscula y s minúscula. Pneuma hagion según se usa en el Nuevo Testamento refiriéndose a aquello que se recibió en manifestación el día de Pentecostés siempre se refiere a lo que el Donador, el Espíritu Santo, Dios, dio. Un versículo de Juan 3 ilustrará esto claramente.

Juan 3:6:
…lo que es nacido del Espíritu,
[el pneuma, Espíritu, Dios], espíritu [pneuma] es.

El Donador es Dios, el Espíritu. Su don es espíritu. La negligencia en reconocer la diferencia entre el Donador y Su don ha causado gran confusión en el campo de estudio del Espíritu Santo como también en el entendimiento del nuevo nacimiento.

El don proveniente de El Espíritu Santo, el Donador, es pneuma hagion, espíritu santo, poder desde lo alto, habilidades espirituales. Este poder es espíritu en contraste a los sentidos. Espíritu es sagrado al contrario de la carne que es llamada por Dios profana. Dios es Espíritu Santo y Dios sólo puede dar aquello que Él es; por lo tanto, el don proveniente del Donador es necesariamente espíritu santo.

El don es espíritu santo, pneuma hagion, que es una habilidad espiritual inherente, dunamis, poder desde lo alto. Este don es “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” con toda su plenitud.

Pneuma hagion, según se usa en el Nuevo Testamento comenzando en el día de Pentecostés, se refiere a aquello que es recibido en el momento de salvación y a la recepción interna de las nueve evidencias o manifestaciones, llamadas “dones” erróneamente.

La palabra griega dunamis traducida “poder” no es poder manifestado, sino poder inherente recibido, habilidad espiritual dada al creyente. Exousia, la palabra griega de la cual obtenemos la palabra “ejercer”, es nuestra autoridad y derecho dados por Dios como hijos renacidos de El para ejercer dunamis, que es poner nuestro poder inherente en operación. Este poder, sin embargo, será manifestado sólo hasta el grado que nuestras mentes estén renovadas y que actuemos según lo que ha sido recibido. Piensen de dunamis, poder, como la energía potencial recibida cuando recibimos el espíritu santo, pneuma hagion. Es energía por adentro pero sin hacer ningún trabajo. Por lo tanto no es de ningún uso práctico – como los caballos de fuerza en un carro cuando el automóvil está detenido. Hay otra palabra, energēmata, que se traduce “operaciones". Energēmata es como la energía cinética, que es dunamis en uso u operación. Las Escrituras dan nueve operaciones, energēmata, que son las operaciones de esta energía potencial, dunamis, como poder. Cuando un creyente ejerce exousia, su total autoridad como hijo de Dios, esta energía potencial, dunamis, es puesta a trabajar y entonces es manifestada en el mundo exterior de los sentidos. Así pues, el espíritu santo, pneuma hagion, “poder desde lo alto”, es puesto en operación por la voluntad del hombre que produce las manifestaciones del espíritu, siendo éstas vigorizadas por el Espíritu Santo, que es Dios.

Juan 14 fue dicho antes de Pentecostés y habla sobre el espíritu.

Juan 14:17:
…porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

En el tiempo de los acontecimientos de Juan 14 este pneuma hagion que estaba prometido no había sido dado todavía. Justo antes de su ascensión, Jesús instruyó a los apóstoles a no irse de Jerusalén, sino esperar allí hasta que el don de espíritu santo hubiera sido vertido.

Hechos 1:4,5:
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.


De tal forma, sabemos que el recibir de pneuma hagion es lo mismo o es igual a “la promesa del Padre”. Más instrucción es dada en Lucas.

Lucas 24:49:
…yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos
[vestidos o ataviados] de poder [dunamis, habilidad espiritual] desde lo alto.

Por lo tanto, pneuma hagion, “la promesa del Padre”, es “poder desde lo alto”, y el recibirlo es ser bautizado con el espíritu santo, pneuma hagion.

Ya estamos claros en cuanto a exactamente qué vino el día de Pentecostés y en cuanto al significado absoluto de pneuma hagion como “poder desde lo alto”, que es poder espiritual inherente, dunamis. Fue el don proveniente del Donador lo que vino en Pentecostés, pneuma hagion, y debería ser entendido siempre como tal y traducido con e y s minúscula.

Debemos recordar constantemente que Pentecostés fue la primera vez en la historia de la civilización que se hizo posible para cualquiera el ser renacido. Jesucristo vino para hacer disponible el nuevo nacimiento. Este no estaría disponible hasta que Cristo no cumpliera su misión. Si esto no fuera cierto, Cristo vivió, murió y resucitó en vano, pues en ese caso todos hubieran podido renacer sin el sacrificio de Cristo. Es seguro que no podemos tener algo antes de que esté disponible y el nuevo nacimiento no estuvo disponible hasta Pentecostés. Pentecostés empezó la Iglesia del Cuerpo y aquellos que renacieron por gracia fueron los primeros miembros de la nueva comunión. Sin embargo, lo que ellos habían recibido no fue completamente revelado hasta algunos años más tarde cuando el “misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos”, fue revelado a Pablo. (Romanos 16:25,26; Efesios 3:5,9; 5:32; Colosenses 1:25-27; 1 Corintios 2:1-10).

En Hechos leemos acerca del poder del espíritu  santo.

Hechos: 1:8:
…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo
[el hagion pneuma, PODER DESDE LO ALTO, el don]…

La palabra “recibir” también ha causado gran cantidad de confusión en el campo del Espíritu Santo. Un problema de semántica ha surgido a causa de los diferentes significados y las distintas usanzas de palabras. La palabra “recibir” puede ser usada en el sentido de recibir algo espiritualmente como también recibir algo en manifestación en el mundo de los sentidos.

Hay dos palabras griegas traducidas “recibir” que deben ser definidas y entendidas con exactitud. Estas palabras griegas son dechomai y lambanō. Cotejando cada uso en el Nuevo Testamento, los siguientes son los significados exactos: dechomai es un recibir subjetivo indicando que por la decisión propia de una persona algo espiritual ha ocurrido; lambanō es un recibir objetivo indicando que por la decisión de una persona ella manifiesta exteriormente aquello que ha sido recibido interiormente. En otras palabras, recibir espiritualmente es dechomai, y recibir en manifestación en el mundo de los sentidos es lambanō. De tal manera, uno puede recibir algo espiritualmente, dechomai, sin recibirlo en manifestación, lambanō, en el mundo de los sentidos.

 En Hechos 8:14 y 15 ambas palabras griegas para “recibir” son usadas.

Hechos 8:14,15: 
Cuando los apóstoles…oyeron que Samaria había recibido [dechomai–espiritualmente] la palabra de Dios [en otras palabras, estaban espiritualmente salvos, pues creían de acuerdo con los versículos 12 y 13], enviaron allá a Pedro y a Juan;

los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen [lambanō – manifestaran en el mundo de los sentidos] el Espíritu Santo [pneuma hagion];

Así pues, podemos ver que el conocimiento de la palabra exacta es necesario para entender el significado de la palabra “recibir”. Es posible recibir algo espiritualmente sin nunca recibirlo en manifestación; sin embargo, uno debe recibir [dechomai] espiritualmente antes de poder recibir en evidencia o manifestación [lambanō] en el mundo de los sentidos. La palabra “recibir” en los versículos 17 y 19 de Hechos 8 es lambanō.*

Es de muchísima importancia estar agudamente consciente de que el Espíritu, el Donador, es Dios y que su don es poder desde lo alto.

Hechos 2:4:
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo [pneuma hagion, el don, poder desde lo alto], y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu [el pneuma, el Donador] les daba que hablasen.

El Espíritu Santo, Dios, no fue con lo que fueron llenos, sino por quien fueron llenos, lo que hizo posible que ellos hablaran en lenguas. Lo que ellos hablaron fue según el Espíritu, el Donador, Dios, se los dio – no a sus mentes sino a su pneuma, espíritu, que fue Su don. Una vez dado por Dios y recibido por el hombre, el don se convierte en la responsabilidad del recipiente, de este modo es el espíritu del creyente.

La Palabra de Dios se refiere al espíritu santo, pneuma hagion, que fue recibido espiritualmente y recibido en manifestación en el mundo de los sentidos el día de Pentecostés, en varios diferentes términos: “la promesa del Padre”, “el poder desde lo alto”, ser bautizado con el Espíritu Santo, “el don de Dios”. Este libro expone a sus lectores el estudio y la explicación de este don.
 _____________________________________
*Ver Apéndice I, página 275, para todas las referencias de escrituras en el Nuevo Testamento donde lambanō o dechomai son usadas.


PRIMERA SECCION



Esta sección está principalmente diseñada para ayudar a recibir el don proveniente del Espíritu Santo al que lo busca. Muchos han anhelado recibirlo, y he tratado de presentar este tema de la recepción de este magnífico poder para que todos los que sinceramente deseen recibir el espíritu santo lo pueden hacer.

Confío en que la sencillez de este estudio será su mejor recomendación. Conociendo los enredos de doctrinas religiosas sobre el Espíritu Santo, he sido librado de aquellas confusiones, saliendo de ellas con la convicción y la certeza de que la verdad, toda la verdad, es básicamente fácil de entender. Las vestimentas oscuras de la teología encubren la sencillez de la Palabra. Sin embargo, les aseguro que este estudio no ha sido simplificado demasiado, porque aquello inclinaría hacia el error. Al cumplir con la exhortación bíblica de hacernos como niños, podemos recibir en manifestación la plenitud del poder proveniente del Espíritu Santo.




CAPÍTULO 1
El Don proveniente del Espíritu Santo

¿Ha recibido usted el espíritu santo, el poder desde lo alto? Muchos cristianos creen que pneuma hagion, espíritu santo, se recibe automáticamente en el momento de salvación. Ellos creen que cuando una persona confiesa a Jesucristo como su señor y salvador personal, esa persona recibe vida eterna que es pneuma hagion, espíritu santo. Esta no es toda la verdad. Aparentemente hay algo más después de la salvación para que el cristiano reciba en manifestación, lambanō.

Cuando les hablaba a los apóstoles, Cristo hizo una distinción entre el espíritu estando con ellos y estando en ellos. Juan 14:17, hablando antes de Pentecostés, dice del pneuma “…porque mora con vosotros [tiempo presente activo] y estará en vosotros [tiempo futuro]”. Como el pneuma, el espíritu del nuevo nacimiento, y como pneuma hagion, el poder desde lo alto, el espíritu entró en los apóstoles en Pentecostés.

Sin la intervención del Espíritu Santo nadie puede ser salvo. Después de la conversión o salvación, sin embargo, la Palabra de Dios claramente enseña que hay un acto de recibir en manifestación el espíritu santo. El propósito primordial de recibir el espíritu santo en manifestación es darnos poder para la vida abundante. Como dice Hechos 1:8: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo [el hagion pneuma]”.

El acto de recibir en manifestación pneuma hagion después de ser salvos está expuesto claramente en Hechos.

Hechos 8:14-19:
Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan;

los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo [pneuma hagion];


porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.

Entonces les imponían las manos, y recibían
[lambanō] el Espíritu Santo [pneuma hagion].

Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo [el pneuma el hagion], les ofreció dinero,

diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba
[lambano]el Espíritu Santo [pneuma hagion].

La gente de Samaria a quien Felipe le había predicado el evangelio estaba salva, y sin embargo ni uno recibió en manifestación el poder desde lo alto, pneuma hagion. Pero cuando Pedro y Juan les impusieron las manos los samaritanos recibieron en manifestación.

En la situación en Samaria tenemos evidencia clara y concisa de que aquellos que estaban salvos necesitaban recibir en evidencia en el mundo de los sentidos el espíritu santo, pneuma hagion. Había disponible algo más de lo que ellos habían recibido en el momento de su salvación. Esta bendición espiritual añadida era su derecho legal de acuerdo con el mandato dado en el día de Pentecostés.*

Al hablar a los efesios, Pablo estaba interesado solamente en un asunto: “¿Recibisteis [lambanō] el Espíritu Santo [pneuma hagion] cuando creísteis?”


Hechos 19:1-6: 
Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos,

les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo [pneuma hagion] cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo [pneuma hagion].

Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.


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*Hechos 2:38,39: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón [remisión] de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”.


Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.

Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.

Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo [el pneuma hagion]; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

Pablo contaba con que los creyentes recibieran el espíritu santo en manifestación. Primero fueron instruidos por Apolos sobre Jesucristo, y cuando creyeron, fueron salvos. Más tarde Pablo les impuso las manos y recibieron en manifestación pneuma hagion, espíritu santo, el poder desde lo alto, y hablaron en lenguas y profetizaron.

Es una verdad comúnmente aceptada entre personas que creen en la Biblia que la era de la Iglesia empezó en Pentecostés. Pedro predicó el primer sermón en los anales de la Iglesia el día de Pentecostés y a la conclusión del mensaje la gente respondió diciendo: “¿qué haremos?”

Hechos 2:38: 
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis [lambano] el don del Espíritu Santo [pneuma hagion].

Este procedimiento, dado por Pedro bajo la dirección del Espíritu Santo, es la orden para la era de la Iglesia del Cuerpo. La explicación es evidente por sí misma si tomamos la Palabra como está escrita sin sacarla de su contexto.

De acuerdo con Hechos 1:4 y 5, Jesús ordenó a sus apóstoles a recibir el espíritu santo, pneuma hagion. En Mateo 28:19 y 20, Jesús instruyó a sus discípulos a ir y enseñar “todas las cosas que os he mandado”. El les ordenó que esperasen hasta que hubieran sido investidos con el espíritu santo, poder desde lo alto, que vendría en Pentecostés. Después de esto, después de Pentecostés, debían ir y enseñar a otros. Los creyentes desde ese momento (Pentecostés) en adelante no han de esperar a que el espíritu santo sea dado, sino que han de recibir el espíritu santo que fue dado en Pentecostés. Esta promesa es para todos y a todos los creyentes. Hechos 2.39 dice: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos lo que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”. De nuevo tenemos una orden directa en Efesios 5:18 que amonesta: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu [pneuma]”.

Cuando la Palabra de Dios da una orden directa, nosotros que somos de Cristo debemos creer y obedecer. Tenemos también la enseñanza clara de Pablo sobre este tema. Pablo dice por revelación en 1 Corintios 14:5: “Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas…” 1 Corintios 14:13 dice: “…el que habla en lengua extraña, pida en oración [crea] poder interpretarla”. Pablo establece en 1 Corintios 14:37 que si algún hombre se cree profeta, o espiritual, “reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor”.

En la Escritura también se dan otras razones por las cuales debemos recibir el espíritu santo: para tener poder para servicio cristiano, poder para vida cristiana y poder para testificar eficazmente.

Hay poder potencial en el agua de las Cataratas del Niágara, pero es poder desenfrenado a menos que el gran dínamo lo convierta en energía utilizable. Si usamos nuestras habilidades espirituales dadas por Dios, entonces seremos testigos eficaces de Su poder desde lo alto, al ser Su habilidad liberada por nosotros.

Juan 16:13-15:
Pero cuando venga el Espíritu [el pneuma] de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

El me glorificará; porque tomará [lambanō] de lo mío, y os lo hará saber.

Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará [lambanō]  de lo mío, y os lo hará saber.

El Espíritu Santo dará revelación a aquellos llenos con pneuma hagion, y de ese modo guiará a toda la verdad, no a la verdad a medias, pues es la verdad total la que libera a los hombres.

La declaración de Jesús a los apóstoles de que el Espíritu Santo “os hará saber las cosas que han de venir” ciertamente incluye abrir la Palabra por revelación divina. La declaración: “El me glorificará”, quiere decir que El nos hará capaces de ver más claramente a Cristo glorificado; y si renovamos nuestras mentes seremos más como él, seremos formados a semejanza del salvador como nos revela Gálatas 4:19. 1 Juan también establece esta verdad.

1 Juan 3:2:
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Nosotros algún día, en la venida gloriosa del señor, seremos como él. Hasta que ese día llegue en la plenitud de los tiempos, tenemos el bendito privilegio de recibir pneuma hagion en manifestación. Este poder desde lo alto está en nosotros con el propósito de que podamos ser forjados a la semejanza de nuestro bienaventurado señor y salvador y redentor cada vez más, día tras día.

Romanos 8:11: Y si el Espíritu [el pneuma] de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu [pneuma] que mora en vosotros.


Aquellos que han recibido el espíritu santo saben que esto es cierto ahora, y que será cierto a mayor escala en el momento de su venida.

La única forma en que podemos obtener la victoria sobre los deseos carnales del cuerpo y la carne está expresada en Romanos.

Romanos 8:13: 
Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu [pneuma] hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Después de recibir el espíritu santo tenemos el poder desde lo alto dentro de nosotros para ayudarnos en nuestra debilidad y en nuestra flaqueza. El espíritu santo nos ayuda en nuestras oraciones haciéndonos capaces de orar eficazmente y haciendo posible oraciones respondidas.

Romanos 8:26,27:Y de igual manera el Espíritu [el pneuma] nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu [el pneuma] mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu [el pneuma], porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Con toda esta evidencia obtenida de la Palabra de Dios y con las bendiciones que acompañan el recibir el poder desde lo alto, ninguna persona salva debería rehusar el manifestar el mismo espíritu santo que los apóstoles y discípulos recibieron. Conmueve mi alma el tener esta maravillosa bendición adicional y alabo Su nombre ya que creyendo extendí la mano y recibí.

1 comentario:

  1. Compuesto por 14 capítulos y 3 apéndices más que aún están por subir al blog.

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