miércoles, 18 de junio de 2014

PODER PARA LA VIDA ABUNDANTE.CAP.6

                                             

                                                                           La Biblia es la Palabra de Dios


CAPÍTULO 6

QUE EL HOMBRE SEA PERFECTO


Después de establecer cómo llegó a existir la Palabra de Dios, el siguiente paso en nuestro proceso de construcción es encontrar cuál es la función de Su Palabra. Observemos otra vez    2 Timoteo 3:16:

Toda la Escritura es inspirada por Dios [respirada de Dios], y útil para enseñar, para redargüir [reprender demostrando el error], para corregir, para [lo cual es] instruir en justicia.

Toda la Escritura desde Génesis hasta Apocalipsis es útil. ¿Para qué es útil? Es “…útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. Toda la Escritura es útil en tres áreas: (1) enseñar, lo cual es cómo creer correctamente; (2) redargüir, lo cual es reprender en los lugares donde no estamos creyendo correctamente, demostrando el error; y (3) corregir, lo cual es ponernos de vuelta en la creencia correcta. Toda la Palabra de Dios hará precisamente eso. Nos enseñará cómo creer correctamente, nos redargüirá en los lugares donde estemos creyendo equivocadamente, y nos corregirá de modo que podamos de nuevo creer correctamente. Estos tres son todos “instruir en justicia”.

Muchas veces viene un crítico de la Biblia y dice: “Bueno, la Biblia no es verdad. Yo pienso que hay demasiadas contradicciones; la Biblia realmente es sólo otro libro entre tantos”. Este no es el testimonio de la Palabra de Dios. El testimonio de la Palabra de Dios es que toda la Escritura es respirada de Dios y es útil para enseñar, lo cual es cómo creer correctamente, cómo creer positivamente. Si nosotros vamos a hacer conexión con los recursos para la vida en abundancia, tenemos que saber cómo creer correctamente. A aquella gente que dice que la Biblia tiene muchos errores en ella, me gustaría decirles que la verdadera Palabra de Dios es precisa desde Génesis hasta Apocalipsis. Los errores se han introducido porque el hombre ha propagado esos errores. Los hombres han introducido sus opiniones y deseos en la Palabra. Cuando los hombres vienen y dicen que ellos no creen en la Biblia, debemos recordar que la Biblia nunca fue escrita para el incrédulo, para el agnóstico o para el infiel; la Biblia no fue escrita para los rechazadores de Dios y los negadores de Dios. La Biblia fue escrita para hombres y mujeres que quieren encontrar respuestas. La Palabra de Dios es dada a los hombres y mujeres que quieren hacer conexión para la vida más abundante. Por esto es que el crítico que viene de afuera de la Palabra de Dios no tiene tierra firme en que pararse para juzgar a la Palabra porque la Palabra ya lo ha juzgado a él.

La Biblia fue escrita de modo que usted como creyente no tenga que ser llevado por doquiera de todo viento de doctrina, o teoría, o ideología. Esta Palabra de Dios no cambia. Los hombres cambian; las ideologías cambian, las opiniones cambian; pero esta Palabra de Dios vive y permanece para siempre. Ella permanece, ella se mantiene firme. Veamos esto en Juan 5:39: “Escudriñad las Escrituras…” No dice: escudriñad Shakespeare, o Kant, o Platón, o Aristóteles, o los escritos de V. P. Wierwille, o los escritos de una denominación. No, lo que dice es: “Escudriñad las Escrituras…”porque toda la Escritura es respirada de Dios. No todo lo que Wierwille escriba será necesariamente respirado de Dios; no lo que Calvino dijo, ni Lutero, ni Wesley, ni Graham, ni Roberts; sino las Escrituras-ellas son respiradas de Dios.

Juan 5:39:
Escudriñad las Escrituras, porque…en ellas tenéis la vida eterna; y ellas [las Escrituras] son las que dan testimonio de mí.

Las Escrituras nos dicen la verdad sobre el Señor Jesucristo, y sobre Dios; esto es doctrina-es creencia correcta.

Juan 17:8:
porque la Palabra que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

Jesús les dio las palabras que Dios le había dado a él, las Escrituras, la Palabra de Dios. Juan 17:14 dice: “Yo les he dado tu palabra…” Sin la Palabra de Dios, la cual es creencia correcta, usted y yo nunca podríamos caminar en la grandeza del poder de Dios.

Juan 17:17:
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

La Palabra es verdad. Este es el testimonio que la Palabra da de sí misma. Tarde o temprano tenemos que venir al testimonio de la Palabra misma y dejarla que hable. Nunca bajamos la Palabra de Dios a nuestro nivel; siempre nos levantamos al nivel de la Palabra de Dios. Nunca venga a la Palabra de Dios con su escepticismo, su duda, su opinión. Usted viene a la Palabra de Dios y deja que hable por sí misma y entonces usted re-evalúa y readapta su vida a la integridad y la precisión dela Palabra de Dios.

¿Qué más hace la Escritura además de enseñar? También es útil para redargüir. La Escritura nos redarguye cuando no estamos creyendo correctamente. La Palabra nos dice donde estamos errados; nos amonesta nuestra creencia equivocada. Ningún hombre tiene derecho a redargüir a cualquier otro hombre. La Palabra de Dios es la que tiene que redargüir, porque lo que yo  pueda permitir en mi vida, puede que algún otro no lo permita en su vida.

Romanos 14:22:
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el hombre que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Yo he experimentado la censura de  la gente cuando a ellos no les gustaban las corbatas que yo usaba, para citar un ejemplo. Me movía entonces entre círculos que enseñaban que si usted ofendía a alguien con sus acciones, tenía que dejar de hacerlas. De modo que me deshice de la corbata vieja sólo para darme cuenta que la nueva corbata ofendía a alguien más. Traté toda forma posible de agradar a la gente porque la gente me reprobaba por usar esto o por usar aquello. He llegado al punto en mi vida en que sólo me interesa lo que Dios piensa y no lo que piensa la gente. Tomo mi reprensión no de lo que dice la gente, sino de lo que dice la Palabra. Estas Escrituras son respiradas de Dios y estas Escrituras son útiles para creer correctamente. Donde nosotros estamos creyendo y actuando equivocadamente, la Palabra nos redarguye.

Después de enseñar y redargüir, ¿cuál es la tercera cosa que hace la Escritura? No sólo nos enseña creencia correcta y nos redarguye cuando no estamos creyendo correctamente, sino que nos corrige. La Palabra de Dios es útil para corregirnos, para traernos de vuelta a creer correctamente una vez más. Los padres de familia deberían de utilizar esta técnica para educar a sus hijos. La mayoría de nosotros como padres decimos: “no hagas eso”. Muy pocas veces añadimos la corrección y les decimos lo que deben de hacer. Pero eso es exactamente lo que hace la Palabra. Nos dice dónde estamos creyendo equivocadamente; pero entonces da la corrección y nos dice cómo podemos volver a creer correctamente.

Hay muchos ejemplos de corrección en la Biblia. Tomemos a David, por ejemplo. David estaba fuera de orden. Él encontró a la hermosa Betsabé  y luego hizo matar a su esposo en el frente de batalla de modo que él, David, pudiera tener a Betsabé por esposa. Pocas personas sabían de la secuencia de eventos que llevaron al matrimonio de David, pero nadie tenía derecho a decir cosas alguna porque David era rey y toda mujer en el reino era técnicamente la propiedad del rey o pertenecía al rey. Sin embargo, sucedió que había un pequeño profeta cuyo nombre era Natán con quien Dios tuvo una conversación. Una vez Dios le dijo a Natán: “Natán, anda y dile a David que ha pecado”. Y Natán dijo: “Oh, Señor, que no sea yo. Yo no quiero ir donde David porque el viejo David es diestro en cortar cabezas”. Pero el Señor insistió: “Anda y dile de un hombre que tenía muchas ovejas y su vecino sólo tenía una ovejita y esa ovejita era tan preciosa para él que la llevaba a la mesa con él y la llevaba a la cama con él; la criaba en su seno. Cuéntale esa historia. Cuéntale cómo el hombre rico tuvo una vez una visita. Y en vez de tomar una de sus propias ovejas para alimentar a su visitante, el hombre rico fue donde su vecino y tomó a su única oveja y la mató”.

Entonces Natán fue a ver a David y dijo: “Rey David, algo terrible ha pasado en este reino. Un hombre rico tenía una visita y, ¿sabe lo que hizo este hombre? Fue donde su vecino y tomó es única ovejita que era tan preciosa, lo único que tenía el pobre vecino, y la trajo a su casa y la mató”. Natán le contó a David la historia completa. David se puso muy furioso y le dijo a Natán: “Dime quién es el hombre. Dame su nombre y le haré cortar la cabeza”. Natán miró a David a los ojos y le dijo: “Tú eres el hombre”.

¿Cómo le hubiera gustado a usted ser Natán? Si Natán hubiera ido allá con cualquier otra historia, ¿sabe lo que le hubiera sucedido? David lo hubiera hecho decapitar. Pero Dios le dijo a Natán qué decir de  modo que David se atrapara a sí mismo. En el momento en que David dijo: “Dime quién es”, Natán dijo: “Tú eres el hombre”. En ese momento David reconoció la verdad de que lo que Natán le traía de parte de Dios y David dijo: “Bueno, lo siento”. Él se volvió a Dios y le pidió que lo perdonase. Entonces dice en la Palabra de Dios que David fue un hombre según el corazón de Dios. Él no era un hombre según el corazón de Dios mientras estaba haciendo payasadas con Betsabé y haciendo matar a Urías; no, pero cuando volvió a estar en alineamiento, David fue un hombre según el corazón de Dios. Cuando usamos correctamente la Palabra y caminamos en su poder, entonces somos hombres y mujeres según el corazón de Dios.

Así que toda la Escritura es respirada de Dios, y útil para enseñar-creencia correcta, para redargüir-reprobarnos cuando estamos creyendo equivocadamente, y para corregirnos-volvernos a poner en línea con Dios. Esto es instrucción en justicia. ¿No es ése un versículo tremendo cuando lo examinamos de cerca para ver la grandeza de la Palabra de Dios?

Después de exponer en un versículo conciso la función dela Escritura respirada de Dios-enseñar, redargüir y corregir lo cual es instruir en justicia-Dios sigue con la próxima línea en 2 Timoteo 3 dando el propósito de la Palabra respirada de Dios.

2 Timoteo 3:17:
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

El propósito, como lo dice, es “que el hombre de Dios…” Veamos quién es un hombre de Dios. La palabra “hombre” en este uso significa “uno que es portavoz por Dios, uno que habla por Dios”.

Deuteronomio 33:1:
Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese.

Moisés era un hombre de Dios porque habló por Dios. Deuteronomio 18:15 dice:

Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.

Moisés era este hombre de Dios. Él era un profeta, uno que habla por Dios. La grandeza de esto es que cada vez que un creyente habla la precisión de la Palabra de Dios, él es como un hombre de Dios. Cuando usted habla la precisión de la Palabra de Dios, usted es como un hombre de Dios. Cuando nosotros hablamos Su Palabra, hablamos como si Dios mismo hablase.

El propósito de Dios es “que el hombre de Dios (el que habla por Dios) sea perfecto…”Alguien puede venir y decir: “Bueno, usted no puede ser perfecto”. La Palabra de Dios dice que nosotros debemos serlo.

La palabra griega para “perfecto” sólo se usa esta vez en la Biblia lo cual la hace especialmente interesante en investigación y precisión bíblicas. La palabra “perfecto” es la palabra griega artios usada como adjetivo. Artios es definida y se usa en dos formas. Uno de sus usos es para describir a un barco cuando está equipado para su viaje, teniendo a bordo todo lo que se necesita para hacer un viaje exitoso. Siempre que el barco esté tan perfectamente equipado que no le falte nada, entonces la palabra que se usa en griego es artios. El otro uso de artios concierne a las articulaciones móviles. La forma en que la cabeza del fémur calza en la cavidad del hueso ilíaco, en la cadera, por ejemplo, se conoce como artios. Si uno tuviera la más mínima partícula extraña en esa articulación de la cadera, el dolor sería agudísimo.

La Palabra de Dios declara que el propósito de la Palabra de Dios es que el hombre de Dios sea perfecto, sin ningún cuerpo extraño que cause una mancha.

El propósito es que el hombre de Dios sea tan perfecto que él tenga todo lo que se pueda necesitar en cualquier situación, sin que le falte nada. Él está completamente preparado para un viaje exitoso.

El propósito de la Palabra de Dios es que el hombre de Dios sea perfecto, no por afuera, sino por adentro. Uno no puede tener perfección por afuera a menos que primero tenga perfección por adentro. El propósito de la Palabra de Dios es que el hombre de Dios sea perfecto por adentro como punto de partida.

“A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado…”En este punto, la traducción ha fallado en comunicar el impacto de este versículo. La palabra “preparado” viene de la misma raíz griega que la palabra “perfecto”. La palabra griega para “perfecto” es artios;  la palabra griega para “preparado” en 2 Timoteo 3:17 es exartizo. Exartizo” es un verbo, mientras que “artios” es un adjetivo. Literalmente dice: “A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente perfeccionado…” No solamente debe de ser el hombre de Dios perfecto, sino entera y entera y enteramente perfeccionado.

En dos cortos versículos de la Escritura, la Palabra nos dice su propia función y propósito.

2 Timoteo 3.16, 17:
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.

a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

¡Qué revelación fundamental para nuestro estudio y entendimiento de la Palabra de Dios!


























































1 comentario:

  1. El libro del Poder para la Vida Abundante se compone de una tabla de materias de cinco partes, haciendo un total de 25 capítulos, a medida que se vayan transcribiendo, todo Dios Mediante, se irán poniendo disponibles digitalmente.

    "La Palabra del Señor no está presa"

    Hechos 19:20:
    Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.

    ¿Qué crecía? No la opinión del hombre. La Palabra del Señor crecía y la Palabra del Señor prevalecía. Cuando esa Palabra de Dios prevalece, empiezan a ocurrir cosas en nuestras vidas, en nuestra comunidad y en nuestra sociedad. Pero mientras el crecimiento de la Palabra de Dios sea impedido, mientras la gente no entienda la plenitud de la Palabra de Dios, nunca podrá prevalecer. Dios quiso que Su Palabra prevaleciese. Dios nos dio Su Palabra para que nosotros podamos guiar a la gente de las tinieblas a la luz gloriosa del evangelio de redención y salvación para hacer conocer Su voluntad. 

    Cita del libro "Poder para la Vida Abundante" V.P. Wierwille Pág. 119

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