lunes, 30 de junio de 2014

LA BIBLIA ME LO DICE CAP.6 V.P. Wierwille

Tercera Parte (Cap. 6 al 10)

INTEGRIDAD FISICA Y ESPIRTUAL
    
La Biblia nos dice claramente que, como cristianos, Dios ha provisto ricamente para nosotros. Ya que Dios nos ha dado Su abundancia, con toda honradez debemos aceptar “El consejo del Señor”. Sólo El es sabio, no engañado y digno de seguir.
    
“Dios nos rescató” y nos separó de los incrédulos aun cuando ni siquiera sabíamos que necesitábamos ser rescatados. Dios, al creer nosotros en Su Hijo, nos arrebató de la influencia de Satanás y nos dio ciudadanía en Su Reino.
     
“Usted es justo ahora” nos asegura que Dios por medio de Jesucristo nos ha hecho aceptables ante Sus ojos. Nuestra  dignidad espiritual está establecida sin duda alguna.
     
“El Cuerpo partido y la sangre derramada” es una maravillosa verdad sobre el significado de la observancia de la comunión.  El cáliz y el pan de la comunión no sólo significan armonía espiritual con Dios, sino indica también integridad física. Esta verdad es tan poderosa y de tanta ayuda, y sin embargo es casi desconocida y no se practica.
    
“Completos en él” es una vista panorámica de nuestro estar completos en toda forma en Cristo. Dios por medio de Su Hijo Jesucristo ha provisto completamente todas nuestras necesidades. El nos ha equipado con su plenitud.


Capitulo seis

El consejo del Señor

A través de toda la Palabra de Dios, Dios promete Su bendición a aquellos que se adhieren a Su consejo. Aunque  la naturaleza del hombre es tratar de dirigir sus propios pasos sin el consejo de Dios, el hombre no puede hacerlo exitosamente. Muchas escrituras exponen esta verdad.

Jeremías 10:23
Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino
Ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.

Proverbios 16:9
El corazón del hombre piensa su camino;
Mas Jehová endereza sus pasos.

Proverbios 19:21
Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre;
Mas el consejo de Jehová permanecerá.
   
Un hombre piensa muchas cosas en su corazón, y sin embargo los planes del corazón de un hombre no pueden dirigir una vida exitosa. Es solamente el Señor, Jehová, quien verdaderamente puede guiar los pasos de un hombre, y es solamente el consejo del Señor, la Palabra de Dios, que permanecerá.
   
Estos hombres de Dios de tiempos pasados, como Jeremías y Salomón, ¡cómo penetraron hasta el centro mismo del corazón del hombre natural! Queremos dirigir nuestras propias vidas, pero sin embargo nuestra voluntad tiene que estar sujeta a la voluntad de Dios si hemos de ser agradables a Dios. El hombre natural y hasta el cristiano no practicante son provocados a indignación al aprender esta verdad, pues es muy humillante.  Es lo último que la mente natural desea, pues cada hombre está en lo cierto a sus propios ojos y cada hombre piensa que tiene el mejor plan para su propia vida.  Pero la Palabra de verdad dice que los cristianos necesitan humillarse a sí mismos ante el Señor Todopoderoso y aceptar Su consejo. La vieja naturaleza, aun en un hijo de Dios, no es vencida fácilmente. Solo el Señor nos puede traer a enfrentarnos a la realidad de saber: “Estoy perdido, sálvame. Estoy vacío, lléname. Soy ignorante, enséñame. Estoy perplejo, aconséjame. Soy débil,  dame fuerzas. Estoy engañado, líbrame”.
   
La gran obra de Dios es dirigir el corazón, el ser interior. La obra del hombre en contraste, comienza donde Dios termina—el exterior del hombre, el ser exterior. El hombre siempre comienza en el exterior esperando obrar hacia el corazón; él friega, pule y decora, tratando de reformar su usanza. El hombre limpia el exterior del jarro mientras que la suciedad permanece en el interior. Este es el camino de la religión al cual frecuentemente se le llama “cristianismo”.  Pero esto verdaderamente no es el cristianismo pues el cristianismo no es lo que el hombre hace; el cristianismo es lo que Dios ha hecho por medio de Cristo.
    
El objeto de la religión siempre será dirigir la carne por medio de reglas y reglamentos y de esa forma tratar de hacer de hacer que la carne produzca fruto espiritual.  Pero todos los esfuerzos del hombre son en vano porque es el corazón del hombre que tiene la culpa.

Mateo 11: 15, 19,20
No lo que entra en la boca contamina al hombre;
mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
Porque del corazón salen los malos pensamientos,
los homicidios, los adulterios, las fornicaciones,
los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Estas cosas son las que contaminan al hombre;
pero el comer con las manos sin lavar no contamina 
al hombre.
    
La religión está hecha de ordenanzas para la carne tales como “no manejes, ni gustes, ni aun toques” las cuales no son ni más ni menos que “…mandamientos y doctrinas de hombres”, según dicen Colosenses 2:21 y 22. ¡Cuán verdaderamente opuesta es la acción del Espíritu Santo! Todas las formas de piedad o santidad del hombre son simplemente los mandamientos y doctrinas de hombres que comienzan con la carne y continúan en corrupción de la carne terminando en muerte. Pero cuando la sabiduría de Cristo rige nuestro andar y el espíritu con el cual estamos llenos nos da energía, experimentamos una vida nueva.
    
La Palabra de Dios dirige al cristiano de mente renovada a seguir tras la obra de Cristo--una obra comenzada en gracia, la cual continúa en gracia en esta vida y termina con el regreso de Cristo en su gloria. Manifestaremos el poder proveniente del Espíritu Santo dependiendo de cuánto renovemos nuestra mente según la Palabra de Dios. O, en otras palabras, hemos de “vestirnos con la mente de Cristo”, pensar sus pensamientos, andar una vida perfecta y poderosa. Pero si andamos según las tendencias naturales del hombre en vez de según la mente de Cristo, continuamente tornaremos nuestros pensamientos hacia el hombre y dirigiremos nuestra atención hacia las aspiraciones y los logros del hombre. El propósito de la obra del hombre natural es glorificar al hombre; sólo la obra del espíritu glorifica a Dios y capacita al hombre para hacer la obra de Dios.
    
La única prueba verdadera que debemos aplicar a nuestras vidas es determinar si nuestro andar glorifica a Dios. Esta prueba nos dice si nuestro andar está bajo la dirección del Señor o si estamos actuando simplemente por nuestros sentidos egocéntricos, apartados del Espíritu de Dios por otro espíritu. La iglesia en Corinto fue específicamente puesta en guardia contra “otro espíritu”. 2 Corintios 11:4 nos dice enfáticamente que hay otro espíritu que está trabajando para dirigir erróneamente y engañar. Este espíritu proveniente de Satanás trataría de controlarnos y engañarnos hoy día, así como 2 Corintios 11:3 dice:  “…como la serpiente con astucia engaño a Eva”.
      
Cuando estamos bajo la influencia de “otro espíritu”, podemos parecer muy “religiosos” mientras que estamos totalmente fuera de armonía con Dios. Un espíritu es el de Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, y el otro espíritu es del dios de este mundo que es el Diablo. Debemos estar seguros que Dios el Señor está dirigiendo nuestros corazones para que hagamos la misma confesión que el salmista.

Salmos 73:22-25
Tan torpe era yo, que no entendía;
Era como una bestia delante de ti.
Con todo, yo siempre estuve contigo;
Me tomaste de la mano derecha.
Me has guiado según tu consejo,
Y después me recibirás en gloria.
¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
    
Nosotros como individuos debemos humildemente buscar y aceptar el consejo de Dios.  Dios bendice a aquellos que siguen Su voluntad. Hasta la gente que rodea a los seguidores de Dios son bendecidos. Acuérdese de cómo Dios el Señor hubiera perdonado un lugar aun tan malvado como Sodoma si solamente se hubieran hallado diez habitantes justos y temerosos de Dios en esa enorme ciudad. No seamos engañados para seguir tras los artificios del hombre, los cuales suenan convincentes pero no rinden frutos.  Debemos vivir la doctrina asentada en la Palabra de Dios, pues es el consejo del Señor, y es lo único que permanecerá.



domingo, 29 de junio de 2014

LA BIBLIA ME LO DICE CAP.5 V.P. Wierwille

Capítulo cinco
                                             

                                            
La ley de la creencia
      
Sé que la vida abundante está disponible hoy día para aquellos que entienden y aplican la ley de la creencia.
      
En lo que concierne a este asunto, quiero llamar su atención a Marcos 9. Esta es una historia bastante larga; pero si voy a enseñarle la ley de la creencia, usted tiene que poner la verdad de este pasaje en su corazón y su vida.

Marcos 9:14-27
Cuando llegó a donde estaban los discípulos,
vio una gran multitud alrededor de ellos,
y escribas que disputaban con ellos.
Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró,
y corriendo a él, le saludaron.
El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos?
Y respondiendo uno de la multitud, dijo:
Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
el cual, dondequiera que le toma, le sacude;
y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando;
y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
Y respondiendo él, les dijo: !Oh generación incrédula!
¿Hasta cuándo he de estar con vosotros?
¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús,
sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra
se revolcaba, echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?
Y él dijo: Desde niño.
Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua,
para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia
de nosotros, y ayúdanos.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
E inmediatamente el padre del muchacho
clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba,
reprendió al espíritu inmundo, diciéndole:
Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.
Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia,
salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían:
Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano,
le enderezó; y se levantó.
        
El hombre trajo a su hijo para obtener sanidad. El le informó a Jesús que sus discípulos no podían remediar la situación. Los discípulos deben haberse sentido estúpidos pues ésta era una demostración pública  y nadie en privado, mucho menos en público, quiere parecer un tonto. Estos eran los mismos discípulos que habían tenido antes gran victoria y éxito en sanar a los enfermos. Ahora habían llegado a un callejón sin salida. ¿Qué lo obstaculizó?
      
Jesús percibió el problema inmediatamente cuando el padre dijo: “si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos”. Jesús tomó ese “si” que el padre había dirigido primero a los discípulos y luego a Jesús, y lo devolvió al padre, donde debía estar. “Jesús le dijo: si puedes creer, al que cree todo le es posible”. A mucha gente le gusta echarle la culpa de su incredulidad e inhabilidad para recibir a cualquier otro. Los discípulos eran las víctimas de la inculpación en esta situación. Los discípulos estaban atrapados en la trampa de este hombre, pero Jesús no. A mucha gente le gustaría que otros creyeran por ellos; sencillamente no quieren aprender a creer por sí mismos.  Muchas veces la gente sencillamente no sabe cómo creer. Jesús entendió la situación claramente y le dijo al padre del muchacho “Si puedes creer. Yo sé que mis discípulos creen, y el hecho de que ellos no pudieran eliminar la causa no es su culpa. Podrían creer hasta el día del juicio final por tu hijo sin ningún resultado; pero si tú puedes creer, entonces algo sucederá”.
     
Dondequiera que fuera posible, Jesús siempre exigió creencia. Cuando estudiamos los milagros de sanidad, encontramos que Jesús exigía la creencia de los padres para la sanidad de los niños. Por ejemplo, en Mateo 15:22 vemos que la mujer cananea tenía gran creencia para la sanidad de su hija que estaba atormentada por un demonio.
    
En el caso de personas dementes, que son mentalmente incapaces, no era exigida la creencia. Los siguientes son ejemplos de tales casos: Marcos 1:23 y sigs. y Lucas 4:33 y sigs.; Mateo 8:16 y sigs.; Marcos 1:32 y sigs.; Lucas 4:41.; Mateo 8:28 y sigs.; Lucas 8:26 y sigs.; Marcos 5:1 y sigs.; Mateo 9:32; y Hechos 16:16.
    
En el caso de levantar a un muerto, como está indicado en Marcos 5:35 y sigs, y Lucas 8:49 y sigs, leemos que Jesús le dijo al padre del niño muerto: “No temas, cree solamente”.  Cuando Jesús levanto a Lázaro de entre los muertos, el pasaje no dice que nadie haya creído excepto Jesús. En Hechos 9:36 y sigs, donde Pedro levantó a Dorcas de entre los muertos, él sacó a todo el mundo del cuarto y luego oró y le mandó que se levantase.
   
En todo pasaje bíblico la creencia es siempre exigida de parte de todo el que tiene necesidad, con las excepciones arriba mencionadas: ciertos tipos de desórdenes mentales, gente muerta y niños.
    
Hay poder en la creencia. En este mundo hay poder al cual usted y yo como creyentes renacidos tenemos fácil acceso. Este poder nos capacitará para sobreponernos a nuestros defectos y a nuestras dificultades, trayendo liberación victoria a nuestras vidas. Este poder proviene de Dios. El está presente en todas partes, lo que quiere decir que El está con usted ahora mismo. La clave envuelta es conocer y recibir Su poder, que es sobre lo que basa toda la vida abundante. La ley de la creencia trae resultados fenomenales para todos aquellos que aplican y practican los principios.
    
Usted puede creer correctamente o erróneamente. La creencia trabaja de ambas formas, y usted se trae sobre sí mismo todo lo que cree. Mateo 9 y Job 3 muestran los tipos de creencia y sus resultados.

Mateo 9:20-22
Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años,
se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo:
Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado.
Y la mujer fue salva desde aquella hora.

Job 3:25
Porque el temor que me espantaba me ha venido,
Y me ha acontecido lo que yo temía.

El miedo, la preocupación y la ansiedad son tipos de creencia. Si usted se preocupa, tiene miedo y está ansioso, recibirá el fruto de su creencia negativa que es la derrota.
    
La ley de la creencia es igualmente efectiva tanto para el pecador como para el santo; sin embargo, el creyente, debido al espíritu proveniente de Dios dentro de él, puede producir más abundantemente. Si usted duda  su recuperación de la enfermedad, seguramente reducirá y  retardará su propio progreso. ¡La creencia correcta es saber constantemente que el poder y la presencia de Dios están en usted y con usted en toda situación! Como usted piense del problema con el cual está confrontado en este mismo momento determinará el resultado. Si duda su éxito, usted ha determinado, por su propia creencia, su resultado sin éxito. Aplique el método positivo de la ley de la creencia a cada situación en la vida, a cada problema que le salga al paso, pues  “…si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
    
Decir una oración formal nunca lo libertará ni traerá resultados positivos a su vida. Usted no puede esperar, pensar o adivinar en este juego de la vida. Usted simplemente cree que Dios está en usted y que El está siempre con usted, aun hasta el fin de esta época.

1 Juan 4:4
…mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
    
La maldad del mundo nunca puede obligarle a usted a hacer un mal o algo impropio a menos que usted lo permita a través de su propia debilidad de carácter o falta de creencia.
   
Una vez que comience a practicar la ley de la creencia —creencia correcta, creyendo a Dios— encontrará que las cosas malas que han estado gobernando su vida pronto se desvanecerán. Dios siempre es el vencedor sobre el mal; pero depende de usted creerle a Dios y hacer de Su voluntad la suya propia.
    
En todas las Epístolas del Nuevo Testamento, nunca encontrará que los creyentes cristianos sean instados a tener fe: ellos ya tiene fe como creyentes, y son animados a creer a Dios y expresar lo que ellos ya tienen.

Romanos 12:3
…conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
      
La palabra “creer” es un verbo que connota acción. Por lo tanto, creer la Palabra de Dios, tomar la Palabra de Dios literalmente y actuar según ella, trae resultados. Esta es la ley de  la creencia y ésta es la acción que traerá liberación y victoria a su vida en toda situación.“Si puedes creer, al que cree todo le es posible [disponible actualmente]”.








sábado, 28 de junio de 2014

PODER PARA LA VIDA ABUNDANTE CAP.10


                                                             

                                         CAPÍTULO 10
      LA PALABRA CORRECTAMENTE DIVIDIDA


Una y otra vez he oído la aseveración de que la Palabra de Dios causa problemas en una comunidad o en una iglesia o en nuestra sociedad. Después de oír eso frecuentemente y después de investigar en la Palabra por qué hay división y falta de acuerdo entre cristianos, escribí un estudio titulado: "¿Por qué la división?" La división no viene de la Palabra de Dios; viene de la incredulidad de aquellos que se rehusan a creer en la integridad y la precisión de la Palabra de Dios.

El tema de este capítulo es la precisión de la Palabra de Dios y la responsabilidad de un obrero hacia esa Palabra. 2 Timoteo 2:15 es nuestro punto de partida al estudiar este tópico. 

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

El único gran requisito de todo estudiante bíblico es usar bien la Palabra de Verdad. La Biblia, la Palabra de Dios en su forma originalmente  revelada, es la Palabra de Verdad. Pero cuando se la usa mal, la verdadera Palabra no existe. Tenemos la Palabra de Verdad solamente en la medida en que usemos bien la Palabra de Dios. Todas las personas, en un momento u otro, usan la Palabra. El asunto no es si usamos o no la Palabra; el asunto es si la usamos bien.

Cualquiera puede tomar la Palabra de Dios y hacerla querer decir lo que él  quiere, sacándola de su contexto, o añadiendo u omitiendo ciertas palabras. Hay un cuento de un hombre que dijo una vez que podía probar, de la Biblia, que no hay Dios. Él citó de Salmos 14:1: "No hay Dios".

Salmos 14:1: 

Dice el necio en su corazón: No hay Dios...

¿Dice el versículo que no hay Dios? Sí lo dice.

Dice: "No hay Dios". Luego uno puede ir  a la Biblia y probar justamente lo que dijo el hombre. Él solamente se olvidó de incluir la primera parte del versículo: "Dice el necio en su corazón..."

Una persona puede probar cualquier cosa con la Biblia con solamente aislar un texto o con cambiarlo. Cualquiera puede justificar un punto de vista teológico manipulando la Escritura. 

2 Timoteo no nos dice que usemos la Palabra; nos dice que la usemos bien. 2 Timoteo 2:15 es el único lugar en la Biblia donde se encuentran las palabras "usa bien". De nuevo un uso singular en la Palabra de Dios indica que la expresión es particular y dinámicamente significativa. Las palabras españolas "usa bien" son la palabra griega orthotomounta. Orthos quiere decir "perfectamente correcto" o "perfectamente recto". Temno quiere decir "cortar" o "dividir". Juntando estas dos palabras en la palabra orthomounta, traducida "usa bien" en la Versión Reina-Valera, literalmente quiere decir "un corte perfectamente correcto". El profundamente exacto matiz de su significado aquí es que sólo hay una forma de cortar o dividir correctamente la Palabra; todas las otras formas son cortes equivocados. Lo que muchas personas enseñan-de que siempre y cuando usted sea sincero, todo será fantástico-no es lo que la Palabra enseña. 2 Timoteo 2:15 dice que debemos procurar con diligencia presentarnos a Dios aprobados dividiendo correctamente la Palabra. Hay solamente una forma de cortar perfectamente la Palabra.Todas las demás formas son cortes errados. Ahora, ¿entiende por qué tenemos separaciones, denominaciones y sectas en la, así llamada cristiandad? Ellas emanan de una división incorrecta de la Palabra. 

Las primeras palabras en 2 Timoteo 2:15 son: "Procura con diligencia". Para dividir correctamente la Palabra lo primero que uno tiene que hacer es poner esfuerzo, estudiar. No se le dice que estudie comentarios o escritores seculares; uno tiene que estudiar la Palabra. Si vamos a dividir correctamente la Palabra, tenemos que estudiar la Palabra y no lo que la gente dice sobre ella. 

Por años no hice más que leer alrededor de la Palabra de Dios. Solía leer dos o tres obras de teología semanalmente, mes tras mes y año tras año. Yo sabía lo que el profesor fulano decía, lo que el doctor mengano y lo que el reverendísimo zutano decían, pero no le podía citar a usted la Palabra. Yo no la había leído. Un día llegué a estar tan fastidiado y cansado de leer alrededor de la Palabra, que llevé más de 3.000 volúmenes de obras teológicas al basurero municipal. Decidí dejar de leer alrededor de la Palabra. En consecuencia, he pasado años estudiando la Palabra-su integridad, su significado, sus palabras. 

¿Por qué estudiamos? Porque Dios cuenta con que nosotros como obreros, sepamos lo que dice Su Palabra. 

1 Corintios 12:1:

No quiero hermanos, que ignoréis acerca de los  dones (asuntos) espirituales.

Puesto que Dios no quiere que ignoremos, sólo hay una cosa que El quiere que seamos-sabios.

Debemos procurar con diligencia presentarnos a Dios aprobados, no al hombre. Usted no procura con diligencia presentarse aprobado al principal financista de su comunidad, o a los líderes de su denominación. El que los hombres lo aprueben a usted o no, no es de importancia primaria; lo primero es presentarse aprobado ante Dios. Y la única forma en que usted se va a presentar aprobado ante Dios es estudiando y dividiendo correctamente la Palabra.

Romanos 16:10 

Saludad a Apeles, (quien es) aprobado en Cristo...

No dice que él era aprobado en la comunidad o por la sociedad o en la denominación, sino que era aprobado en, o por, Cristo.

Hechos 2:22:

Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios...

Nosotros estudiamos para presentarnos a Dios aprobados porque somos obreros que no tenemos que avergonzarnos de nuestra obra. Si yo fuera un carpintero y construyera una casa con uniones y ensamblajes que se abren, me presentaría reprobado por mi obra al venir el dueño a inspeccionar. Un obrero es aprobado o reprobado por la persona que lo emplea. Así que estudiamos la Palabra para poder presentarnos aprobados ante Dios, porque somos responsables ante El por nuestra obra. 

Mateo 12:36, 37:

Mas yo os  digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Romanos 14:12:

De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. 

La Palabra dice y establece que cada uno dará cuenta de sí mismo. Para tener la aprobación de Dios debemos estudiar la Palabra y estudiarla en la forma correcta. La forma correcta es el corte correcto de la Palabra de Verdad para tener la verdadera Palabra.

Jesucristo, el hijo unigénito de Dios, dividió correctamente la Palabra. De acuerdo con Lucas 24:44 Jesús dividió el Antiguo Testamento en la Ley, los Profetas y los Salmos. "Salmos" quiere decir "escritos" en uso bíblico. A mí se me había enseñado a dividir el Antiguo Testamento en los libros de la Ley, los libros históricos, los libros poéticos, los Profetas Mayores y los Profetas Menores. Yo los ponía en cinco categorías mientras que Jesucristo los puso en tres. ¿Quién piensa usted que estaba en lo correcto? Jesucristo dividió correctamente la Palabra.

Salmos 116:15 es otro versículo que frecuentemente es dividido incorrectamente. Este es un versículo que se oye frecuentemente en un funeral cuando un buen hombre de Dios ha muerto. 

Salmos 116:15:

Estimada es a los ojos de Jehová 
La muerte de sus santos

Nosotros decimos: "Estimada, buena a los ojos del Señor es la muerte de esta persona". ¡Hablando de división incorrecta de la Palabra! No es bueno a los ojos de Dios que Germán haya muerto, o que Juan o que María hayan muerto porque ellos no pueden ayudar a Dios para nada después de muertos. Unicamente cuando estaban vivos podían ayudar a Dios. La palabra "estimada" en el texto es "costosa".

Nosotros hablamos de un diamante  como de una piedra preciosa, lo estimamos porque es costoso y raro. Mientras más costoso sea, más estimado o precioso es. Eso es lo que se quiere decir con "estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos". No le cuesta nada a Dios cuando un incrédulo o un rechazador de Dios muere. De todas maneras ellos no han hecho nada por  Dios. Pero si un creyente muriese, sería costoso para Dios. Por eso es que el salmista dijo: "Costosa es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos".

La Palabra de Dios es la verdadera Palabra solamente cuando es dividida correctamente. Cuando se divide incorrectamente tenemos error en el lugar en particular donde se ha dividido incorrectamente. Para ilustrar: si divido correctamente la Palabra de Verdad en cuanto a la salvación, tendré la verdadera Palabra en cuanto a la salvación. Pero si divido incorrectamente la Palabra de Verdad en el tema del Espíritu Santo, entonces en ese lugar no tengo la verdadera Palabra. Naturalmente seré sincero tanto en la salvación como en el Espíritu Santo; pero la sinceridad no es en absoluto garantía de verdad. La sinceridad es maravillosa, pero no es sinónimo de verdad. A mí me gusta la gente sincera, pero también he sido engañado por ellos. La gente insincera nunca me ha podido engañar, pero la gente sincera sí lo ha hecho. 

Sinceridad o falta de sinceridad no es el factor determinante para la verdad. La Palabra de Dios es Verdad. Cuando la dividimos correctamente tenemos la verdadera Palabra; cuando la dividimos incorrectamente tenemos error. 

En el asunto de presentarse aprobado ante Dios, la gente está de nuevo en desacuerdo. La gente dice que nos presentamos aprobados a Dios si oramos en cierta forma, o si las flores están en el altar en la posición correcta. No le hace un pito de diferencia a Dios donde están situadas las flores en el altar. Puede que nos haga diferencia a nosotros, pero no le hace absolutamente ninguna diferencia a Dios. La Palabra de Dios dice que nosotros procuramos con diligencia presentarnos a Dios aprobados usando bien, dividiendo correctamente, la Palabra. Si dividimos correctamente la Palabra, nos presentamos aprobados a Dios; si la dividimos incorrectamente, no nos presentamos aprobados. Debemos llegar a la posición de usar la Palabra como única autoridad. Los creyentes cristianos nunca se pueden poner de acuerdo en los otros asuntos externos, superficiales y ritualísticos. Sólo pueden ser unidos cuando se presentan aprobados a Dios dividiendo correctamente la Palabra. 

He aquí un ejemplo que hace un comentario tristemente ridículo de cómo algunos supuestos cristianos tratan de presentarse aprobados ante Dios. Hace muchos años, haciendo investigaciones en los archivos de la escuela de la Divinidad de la Universidad de Chicago, me encontré con un recorte de periódico sobre una denominación que tenía dos fracciones. La causa del rompimiento fue la cuestión de si Dios había creado originalmente a Adán y Eva con o sin ombligo. ¡Increible! Un grupo decía que Adán y Eva no tenían ombligo mientras que la otra facción creía que Dios les había dado ombligo a ambos, Adán y Eva. Uno de los grupos construyó una iglesia nueva justamente al frente de la anterior y llamaron a su nueva denominación la "Primera Iglesia de los Ombliguistas". Los cristianos traen reprobación sobre sí mismos cuando se desvían en tales asuntos impertinentes. 

No le hace diferencia alguna a Dios si uno usa un vestido largo o un vestido corto; no le hace diferencia alguna a El si uso corbata o no. Podría enseñar la Palabra tan efectivamente con una corbata o sin ella. La grandeza no está en lo que usamos o cómo nos adornamos, sino en si dividimos correctamente la Palabra. Esta Palabra de Dios es la cosa más grande en el mundo entero y dividida correctamente nos da la verdadera Palabra; nos da eficacia, poder, exuberancia y la vida más abundante que Jesucristo hizo disponible. 


viernes, 27 de junio de 2014

LA BIBLIA ME LO DICE Cap.4 V.P. Wierwille

Segunda Parte

LO QUE CREEMOS
ES IGUAL
A LO QUE SOMOS


Segunda Parte
LO QUE CREEMOS= LO QUE SOMOS

       
La ley de la creencia es dinámicamente poderosa, y sin embargo tan simple. La ley es, en pocas palabras, que lo que creemos o esperamos es lo que obtenemos. Esto se aplica en todos los campos: físico, mental, material, espiritual. Por lo tanto, es esta ley la que básicamente controla la vida abundante. Sólo si creemos y esperamos abundancia realizaremos abundancia en nuestras vidas.
       
“La vida sincronizada” muestra que nuestras vidas son moldeadas por nuestra creencia--tanto por creencia positiva como negativa. Esta ley es explicada y probada aun más en “La ley de la creencia” para que lleguemos a darnos cuenta de nuestro propio pensamiento y luego ser capaces de controlarlo para manifestar la vida abundante que se promete en la Palabra de Dios.



 CAPÍTULO CUATRO
La vida sincronizada
       
Cualquier cosa que una persona cree se refleja directamente en lo que confiesa.  Lo que una persona confiesa en lo más profundo de su ser es lo que manifiesta en su vida. Si una persona pasa por la vida confesando que tiene gran necesidad, definitivamente tendrá gran necesidad. Si confiesa enfermedad, continuará estando enfermo y afligido debido a la ley de lo que uno cree en lo profundo de su alma con toda seguridad aparece en su vida.
      
La “vida sincronizada” se enuncia sencillamente en esta fórmula: confesión de creencia produce recibo de confesión. Si confiesa con su boca al mismo tiempo que confiesa en su corazón lo que la Palabra dice, usted tendrá poder. Sus oraciones serán respondidas según aplique estas claves en su vida por medio de su acción. De este modo, los recursos abundantes del cielo le son hechos disponibles. Pero, asimismo, si usted simultáneamente confiesa con su boca y con su corazón los negativos de este mundo, manifestará estos negativos que lo lisiarán.
      
Si usted confiesa a Cristo como el señor en su vida, su confesión es una realidad para usted. En su corazón usted sabe que él es señor porque usted creyó que Dios lo ha levantado de los muertos. Cuando usted confiesa que es una nueva criatura en Cristo, las cosas viejas pasan y todas son hechas nuevas de acuerdo con su confesión. Si usted confiesa que es un hijo de Dios y la Biblia dice que es un hijo, entonces usted es un hijo de Dios. Si su confesión es que usted es un heredero del Padre, entonces todo lo que el Padre tiene llega a ser suyo porque está confesando exactamente lo que la Palabra dice.
      
La Palabra declara que el Diablo fue derrotado y está derrotado. Estipula que él no tiene derecho legal alguno sobre el cristiano.  Si Satanás no tiene poder alguno sobre el cristiano, ¿por qué quiere confesar que él tiene poder sobre usted? Cada vez que usted hace una confesión negativa está contradiciendo la Palabra de Dios. Si el poder del Diablo está derrotado, y ciertamente lo está, entonces su poder no puede tocarle cuando usted cree la Palabra.  Pero, usted tiene que confesar que conoce el poder de Dios en su vida.  Tiene que confesar lo que Dios dice en su Palabra y luego la Palabra llega a ser una realidad en su vida. Cuando quiera  que usted se atreva a confesar que usted es lo que la Palabra dice que usted es, y actúe según lo que la Palabra enseña, encontrará que sus oraciones son respondidas.
      
Mientras yo no pueda coordinar mi boca y mi corazón en algún punto confirmado por la Palabra, no tengo poder alguno con Dios. Cuando confieso que Dios no responde a mi oración, que no le caigo bien, que tengo una enfermedad porque Dios me la dio, o que estoy atado por algún mal porque es la voluntad de Dios para mí que sea disciplinado así en la vida, o que tengo que sufrir para la gloria de Dios--entonces no estoy diciendo lo que la Palabra dice y evidenciaré en mi vida el resultado de mi confesión.
      
Salmos 18 contiene un bello símil que ilustra cómo coordinar nuestras mentes y nuestras acciones.

Salmos 18:33
Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis alturas.
    
Una cierva es uno de los animales más seguros sobre sus patas en el mundo. Cuando ella sube por el costado de una montaña con sus pequeños siguiéndola, toma sus patas traseras y las coloca exactamente en donde sus patas delanteras estuvieron primero para probar si hay piedras sueltas en la cuesta. Si no  probara ese declive rocoso con sus patas delanteras, las piedras sueltas le causarían un resbalón y caería en el barranco. De este seguir exacto depende la vida tanto de la cierva como de sus pequeños.
     
“Quien hace mis pies como de cierva”.  El los hace. Esto es, El lo hace para que yo pueda aprender a andar por la Palabra de modo que mis “pies traseros” sigan a mis “pies delanteros (representando la Palabra)”. Así pues, donde la Palabra haya colocado sus pies, allí también pondré yo mis pies.
      
Si usted se mantiene firme sobre la palabra de Dios y confiesa esa Palabra usted llega a ser lo que la Palabra de Dios dice. Esto es la vida sincronizada.
        
Romanos nos dice cuán queridos y cuán poderosos son los hijos de Dios.

Romanos 8:35-37
¿Quién nos separará del amor de Cristo?
¿Tribulación, o angustia, o persecución,
o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
          
No es sólo cuestión de que yo lo diga; Dios lo dijo. ¿Cree la Palabra de Dios? El dijo que usted es más que vencedor por medio de aquel que nos amó

Romanos 8:38-39
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte,
ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada
nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Esta es la Palabra de Dios declarada, confirmada. Cuando usted comienza a confesar esa Palabra, ésta llega a ser una realidad en su vida. Hasta ese momento usted será derrotado en todo aspecto por potestades y principados satánicos a causa de su confesión. Conozca la Palabra, confiese la Palabra y actúe según la Palabra. Eso es lo que se quiere decir por una vida sincronizada.
       
Determine ahora que usted nunca más volverá a hacer una confesión negativa.  Aprenda qué y cómo confesar. Confiese del corazón, con su boca, lo que ha sido confirmado por la Palabra. Confiese lo que la Biblia dice que usted es, no lo que usted piensa que es, no lo que su vecino dice que usted es, no lo que su mejor amigo pueda decir que usted es. Retenga lo que la Palabra dice.
       
Nosotros hemos sido rescatado de la potestad de las tinieblas: Satanás, la maldad y la injusticia.

Colosenses 1:13
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas,
y trasladado al reino de su amado Hijo.

La traducción literal de acuerdo al uso es: “el cual nos ha rescatado fuera de en medio del ejercicio o influencia operativa de las tinieblas (reino) y nos ha separado, trayéndonos como ciudadano a Su reino por medio de la obra de su amado Hijo”.
           
La próxima vez que la maldad o los negativos vengan a su mente, declare inmediatamente la Palabra y diga: “Yo confieso que he sido rescatado del poder de las tinieblas por mi señor y salvador Jesucristo”.  Continúe diciendo esto y pronto será una realidad en su vida. Si usted ha sido trasladado al Reino de Dios por medio de la obra de Su amado hijo, entonces no está en el reino del diablo. ¿Piensa usted que puede estar en el Reino de Dios y en el del Diablo al mismo tiempo?  El nos ha rescatado del poder del mal y estamos en el Reino de Dios.
         
Las personas piensan que tiene que luchar para llegar a ser buenas antes de que Dios los bendiga. Yo les aseguro que Dios nunca lo bendecirá debido a lo bueno que usted sea, sino más bien a causa de la creencia que usted tenga. ¿Cómo se deshace  usted de la oscuridad en un cuarto? La oscuridad desaparece tan pronto la luz entra. Así que cuando permitimos que la luz de la Palabra entre en nuestras vidas, la oscuridad se desvanece. No hay nada en la Palabra que diga algo sobre nuestros sentimientos, ella dice crea. Todo lo que Dios ha dado viene a usted por creencia sin respetar cuán bueno o cuán malo sea usted. Eso es amor. Eso es lo que Cristo vino a traer.
         
A medida que actuemos según las promesas de Dios, éstas llegan a ser reales para nosotros y son evidenciadas en nuestras vidas. Sincronice su creencia y su confesión según las promesas de la Palabra de Dios y manifestará una vida más que abundante en Cristo Jesús.



LA BIBLIA ME LO DICE Cap.3 V.P. Wierwille


                            
                CAPÍTULO TRES
 ¿Está usted limitando a Dios?

Jesucristo es en nombre más dulce que yo conozco, pues es en su nombre, y sólo en su nombre, que veo el potencial ilimitado en el hombre. Es en el nombre de Jesucristo que hombres y mujeres son salvos, renacidos, convertidos. Es en el nombre de Jesucristo que los enfermos son sanados para levantarse de nuevo y declarar la gloria del Señor.  Es en el nombre de Jesucristo que los espíritus malos son echados fuera y la gente es liberada para siempre en cuerpo y mente. A menos que conozcamos ese nombre de Jesucristo como una realidad viviente y vital en nuestras vidas, estamos definitivamente limitando a Dios.

El espíritu de Dios nace dentro de nosotros en el momento mismo en que aceptamos y creemos en el Señor Jesucristo y que Dios lo levanto de los muertos. Este es un milagro sobrenatural de Dios. Como creyentes no tenemos nada que ver con este nuevo nacimiento.  Dios es el hacedor de milagros. El es el que crea un nuevo espíritu dentro de nosotros y nos hace Sus hijos. De ahí en adelante, somos hijos de Dios, pertenecemos a la familia de Dios, somos niños de Dios, hijos de Dios y coherederos con Cristo Jesús.

Entonces ya no somos siervos que permanecen ignorantes en cuanto a su amo; sino que somos hijos, hijos de Dios. Como hijos de Dios, Satanás ya no tiene más derechos legales sobre nosotros a menos que le permitamos usurpar autoridad que él no posee legítimamente.  Nosotros  podemos limitar a Dios en nuestras vidas por no saber lo que es legalmente nuestro como hijos de Dios por Cristo Jesús.

Cuando Cristo murió en el Calvario, fue nuestro completo substituto, no sólo para el pecado sino también para las consecuencias del pecado. Nada fue dejado sin hacer en su substitución por nosotros. Cuando comenzamos a ver esta verdad y aceptamos la obra que Cristo llevó a cabo como una realidad finalizada, llegamos a ser hombres y mujeres llenos del espíritu muy deseoso de manifestar nuestros derechos filiales.
        
Cuando esta gran transformación tenga lugar y no limitemos a Dios. Entonces no hablaremos sobre preocupación, miedo, ansiedad, enfermedad y deseo. Olvidamos esos negativos pues somos hijos por medio de Jesucristo que los venció. Somos hombres y mujeres que rehusamos limitar el poder de Dios en nosotros porque deseamos traer al mundo el conocimiento del Cristo vivo. Cuando no limitemos a Dios, estaremos viviendo la Palabra y la Palabra estará viviendo en nosotros.

2 Corintios 9:8
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros
toda gracia, a fin de que, teniendo siempre
en todas las cosas todo lo suficiente,
abundéis para toda buena obra.

¿Hemos estado limitando a Dios en nuestras vidas? Debemos estar haciéndolo si no tenemos todo lo suficiente en todo.

Suficiencia es la voluntad de Dios para Sus hijos a fin de que Sus hijos puedan abundar para toda buena obra.   Que tengamos suficiencia es la voluntad de Dios para nosotros; y sin embargo,  ¿cuántos de nosotros hemos limitado a Dios al no permitirle llevar a cabo esta promesa en nuestras vidas?   Cuán lentos hemos sido en darnos cuenta de que Dios es nuestra habilidad, que El es la vida de nuestras vidas, que El es la fuerza de nuestras fuerzas, que El es nuestra suficiencia.
      
Frecuentemente limitamos a Dios en nosotros mismos por nuestra creencia equivocada. Nuestro propio razonamiento dice: “Simplemente no podemos tener todo lo suficiente. Eso no puede ser”. Y así confesamos lo negativo, cuando todo el tiempo Su espíritu dentro de nosotros está gritando: “Suficiencia en todo”. Hemos sido de tal manera enseñado a respetar el conocimiento que nos viene por nuestros cinco sentidos que no logramos reconocer el conocimiento que viene a nosotros del reino superior, el espiritual, donde la Palabra de Dios, y no la razón, ocupa el primer lugar. Ambos reinos o mundos están aquí: el mundo natural es un hecho, el mundo espiritual es verdad.
      
Hay cuatro reinos en este mundo, y uno se sobrepone al otro: el reino vegetal, el reino animal, el reino del hombre, y el Reino de Dios. Los primero tres componen el mundo natural; el Reino de Dios es el mundo sobrenatural o espiritual. El mundo natural y todas las cosas en él vienen a la mente a través o por medio de los sentidos naturales.

Las verdades del mundo espiritual absolutamente no dependen de los sentidos, sino más bien del espíritu proveniente de Dios en el hombre.
       
No podemos saber nada del mundo espiritual por medio de los sentidos. Por eso es que Pablo dijo por inspiración divina en 1 Corintios 2:14: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura…porque (los asuntos espirituales) se han de discernir espiritualmente”.
       
Las cosas espirituales del mundo espiritual pueden ser conocidas en este mundo únicamente por el Espíritu de Dios que mora en nosotros. Entonces, y sólo entonces, puede el Espíritu relatarnos verdades acerca del mundo espiritual y darlas a conocer a nuestros sentidos.

Entonces y sólo entonces, tenemos la habilidad dada por Dios dentro de nosotros, haciéndonos conocer cosas acerca del mundo espiritual.
       
Una vez y otra vez, después de que he explicado la diferencia entre el mundo natural y el espiritual, cómo uno se sobrepone al otro y que dos conjuntos de leyes enteramente diferentes están en existencia, la gente me ha dicho que ellos de allí en adelante fueron capaces de darle a Dios el lugar que El merecía. Entonces rehusaron limitar a Dios dentro de sí mismo.     
  
Poca gente se da cuenta de la gran verdad espiritual de la substitución de Cristo y la justicia del creyente. Un  hombre en quien la nueva creación vive es justo ante Dios, de acuerdo con la Palabra de Dios. El hombre renacido es justo, y ser justo quiere decir que podemos pararnos ante Dios en la justicia con la cual El nos vistió por nuestra aceptación de Cristo como nuestro substituto por el pecado y las consecuencias del pecado.
      
Permítame darle una definición de justicia que le ayudará a romper los poderes de las tinieblas en y sobre su vida. Justicia  es su habilidad dada por Dios para estar en la presencia del Padre sin un sentido de pecado, culpa o condenación. Esto quiere decir que usted como hijo de Dios puede pararse también en la presencia misma de Satanás sin miedo o derrota porque usted conoce sus derechos en Cristo y ha reclamado la suficiencia que Dios le ha dado.
        
Cuando reconocemos que Dios en Cristo vive en nosotros, esa clase de creencia nos hace victoriosos sobre Satanás en todos los aspectos. Entonces llegamos al punto en que confiamos en el poder o la habilidad de Dios en Cristo en nosotros. Reconocemos nuestro lugar en la vida y trabajamos sabiendo que Dios en Cristo en nosotros nos asegura el éxito.Vamos a nuestras tiendas con confianza natural—entramos en nuestros hogares, en nuestros negocios, sabiendo que Dios en Cristo en nosotros nos hace ganadores en toda situación.
      
Al señalar la abundancia que Dios nos ha dado, quiero que note Efesios 3:20. Es más,  quiero que lo aprenda tan bien que será una realidad viviente en usted día a día pues entonces usted sabrá que el poder de Dios está actuando en su vida

Efesios 3:20:
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
según el poder (o habilidad de Dios) que actúa en nosotros.
    
¿Cuánto le estamos permitiendo a Dios que actúe en nosotros? Esa es la pregunta principalísima. No es una cuestión de la habilidad o la voluntad de Dios. Simplemente es una cuestión de permitir que la grandeza ilimitada de Dios viva en nosotros y produzca en nosotros así el querer como el hacer, por Su buena voluntad. El hará todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, pero sólo al grado que manifestemos el poder potencial interno.

1 Juan 4:4
…Hijitos, vosotros sois de Dios… porque
mayor es el que está en vosotros,
que el que está en el mundo.
         
Así pues, yo sé que la “vida más abundante” de la cual se habla en Juan 10:10 está en mí.  El no está más conmigo para condenarme por mi pecado y mis defectos; sino que El está en mí para guiarme y llevarme a toda verdad y a una abundancia aun más allá de lo que yo me puedo imaginar.
       
Quiero que Dios pueda implementar la grandeza de Su amor y suficiencia en su vida. Pero El no puede exceder el deseo o la libertad de voluntad que usted tiene. Usted tiene que aceptar, por creencia, los positivos de Su Palabra y echar de su mente los negativos de este mundo. Dios ha escrito Su voluntad (Su testamento) de abundancia para usted, pero usted no puede recibir lo que Él ha hecho disponible hasta que crea su Palabra.
       

¿Ha estado usted limitando a Dios? ¿Por qué no libera el poder de Dios que está latente en usted, y cree a Dios para la abundancia que El ha prometido?

LA BIBLIA ME LO DICE Cap.2 V.P. Wierwille





CAPÍTULO DOS 
Como Evitar Ser Un Fracaso

La sencillez de la Palabra de Dios, la Biblia, es asombrosa. La mayoría de nosotros tenemos demasiada teología complicada y no tenemos suficiente creencia simple. Estamos encerrados en tantos negativos que aun los positivos están cubiertos bajo un manto de tinieblas. Hacemos a Dios demasiado difícil. Nadie quiere ser un fracaso. Dios no quiere ningún fracaso—entonces, ¿por qué ser uno? Usted no tiene que serlo, si no quiere. Este es el significado exacto de este estudio.

Recuerde la historia de la mujer que perdió una de las diez dracmas. Ella buscó diligentemente hasta que la encontró. Después que dio con ella, llamó a todas sus vecinas y tuvo una celebración, pues habiendo perdido una simple dracma de pocos centavos de valor, por fin la encontró. Todas las vecinas se regocijaron con ella. Imagínese usted un pueblecito en un sector de su país que se entusiasme por  unos pocos centavos--¡sin mencionar que todas las vecinas llegaran a estar tan animadas con esto!  ¿Cómo evito ser un fracaso esta mujer?

Lucas 15:8-10:
 ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma,
no enciende la lámpara, y barre la casa,
y busca con diligencia hasta encontrarla?
Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas,
diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado
la dracma que había perdido.
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios
por un pecador que se arrepiente.

Hay tres relatos interesantes en el capítulo quince de Lucas y los tres tratan todos con el mismo asunto principal. El primero es concerniente a un pastor que tenia cien ovejas, de las cuales sólo noventa y nueve estaban sanas y salvas. El tercer relato es el que la mayoría de las personas ha llamado erróneamente: “La historia del hijo pródigo”, y que más apropiadamente sería “La historia del padre que perdona”. El segundo es un relato de una mujer que evito ser un fracaso porque encontró una simple dracma. Puede que usted se ría pero es verdad—su esposo la hubiera echado de la casa si ella no hubiera encontrado la dracma perdida.  Así que ella hubiera sido un fracaso en lo que concierne  a todo el pueblo, incluyendo hombres y mujeres.
Las dracmas no son meramente diez piezas ordinarias de dinero o diez monedas con poco significado; son el regalo más precioso que la novia recibe de su novio en el momento de su matrimonio.

Cada dracma es aproximadamente de 2,5 centímetros de diámetro.   En un lado de la dracma está grabado el emblema por el cual se conoce esa familia en particular.  Si el timbre familiar fuera una oveja, bien alimentada, protegida y segura, esa imagen estaría grabada sobre un lado de todas las dracmas. Por el otro lado estaría estampado el año en que la dracma fue hecha.

El esposo le da este dote especial a su esposa en el día de su matrimonio. En cuanto a dólares y centavos, no es de mucho valor, pero el valor sentimental no tiene precio. El dinero no es substituto alguno para la dracma perdida.

Tanto ahora como durante el tiempo en que vivió Jesús, las mujeres en el oriente a menudo reciben valiosos regalos de joyería en el momento del matrimonio. Todas las joyas que una mujer recibe pasan a ser su propiedad y posesión con la excepción de las diez dracmas. Ella tiene todos los derechos legales sobre todas sus joyas; el esposo no tiene ninguno. El no puede quitarle sus joyas bajo ninguna circunstancia, con una excepción—la joya llamada “Las diez dracmas”.  Esta joya, en el caso de la muerte de su esposo, tiene que ser devuelta inmediatamente a la familia del esposo.

La joya llamada las diez dracmas  es usada por la esposa sólo en ocasiones muy especiales.  Debido a su amor por su esposo, ella se las podría poner mientras su esposo está trabajando, y contemplarse en el espejo, apreciativa del regalo y del amor de su esposo. Debido a que son tan preciosas para ella, raramente las usa, por temor de perder una.  El vigésimo quinto o quincuagésimo aniversario de bodas se prestaría para su uso. Solamente en ocasiones muy especiales.

Cuando la esposa usa la joya de las diez dracmas, usa cinco dracmas de un lado de la cabeza, hacia el frente de su cabeza, y las otra cinco en el otro lado de su cabeza.   Cada dracma tiene un pequeño enganche en la parte superior. Con estos enganches la esposa fija las dracmas en su pelo.  Así pues, usted puede entender cuán fácilmente una dracma, o un número de ellas, podría desengancharse y, sin darse cuenta, ella podría perderlas.

Si ella pierde cualquiera de las dracmas, será echada de la casa por su esposo. El esposo no se divorciaría de ella ni se enojará con ella por esto, sino que simplemente expulsara a su esposa pues ella le ha deshonrado a él y a su casa y ha traído reproche sobre su familia. El esposo se deshace de su esposa no por el valor monetario de las diez dracmas, sino porque perder unas de las dracmas significa el retiro del favor de Dios de la familia. La pérdida de una dracma es vista como una maldición sobre toda la familia.  Ni el esposo ni los padres le tendrán rencor; pero la esposa no recibirá compasión alguna de su esposo, de los padres de él o de los otros familiares por parte de él. Un millón de dólares, dados por la familia de la esposa al esposo, no arreglaría el asunto.

Cuando la esposa pierde una dracma, todo el pueblo se interesa en ella pues ellos saben las consecuencias de ser deshonrada y expulsada. Las mujeres de toda la ciudad saben lo que le sucederá. Por lo tanto, cuando la esposa encuentra la dracma perdida y sabe que ésta está salva y segura, llama a todas sus vecinas para que se regocijen con ella por la dracma que ha encontrado. Ella ha evitado ser un fracaso.

Nosotros también podemos evitar ser un  fracaso poniendo primero lo que debe estar primero.

Mateo 6:33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.
         
Busque cualquier otra cosa primero y todas las cosas les serán sustraída.
Somos la creación más preciosa de Dios. El no quiere fracasos y El no causa fracasos. Su voluntad para nosotros es: éxito en todo.

El primer escalón en esta escalera del éxito es que un pecador se arrepienta. El arrepentimiento es para los pecadores no salvos: la confesión es para los pecadores salvos. El amor de Dios, el corazón del Padre, de tal manera anhela al perdido que la iglesia se entregará sin reserva, sin dejar nada por hacer para encontrar la preciosa joya perdida. ¿Quién es esa “joya” ¿ Cada uno de nosotros si no le hemos aceptado.

Usted dice: “¿Qué tengo que hacer?” El padre dice: “Arrepiéntete”. ¿Cómo arrepentirse? El arrepentimiento es hacer la voluntad de Dios. No es llorar a mares.  Cantar himnos o correr hacia el altar. Todo esto puede o no estar envuelto, pero sin embargo estas cosas no son arrepentimiento.  El arrepentimiento es hacer lo que Dios dice; y El dice en Romanos 10:9, “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. El arrepentimiento de su parte es confesar con su boca al señor Jesús como su señor y salvador personal. Es creer en su corazón, lo más íntimo de su ser, que Dios levantó a Jesús de los muertos, y que Jesús está resucitado y vivo, sí, vivo por usted y en usted.   Esto es arrepentimiento. Esto trae gozo, no sólo a los ángeles en el cielo, sino también al corazón del Padre pues una preciosísima joya perdida ha sido encontrada; una vida más ha evitado el fracaso.

Pero usted dice: “¿Todavía puedo hacer esto? ¿Puedo levantarme sobre todo fracaso? ¿Puedo estar seguro?” Sí, usted puede estar tan seguro como Dios mismo. Pues El garantiza Su Palabra; El respalda Su Palabra; El se asegura de que Su Palabra se ejecute.

En él usted está completo. Usted es un hijo de Dios; un coheredero con Cristo Jesús. Usted tiene recursos ilimitados. Con él usted no puede fracasar, sólo tener éxito.  Sin él, usted no puede tener éxito, sólo fracasar. Su invitación es para usted, pues es para todos: “Venid a mí…y yo os haré descansar”.  “..No te desampararé, ni te dejare.   ¡Venga! ¡Evite ser un fracaso!
* * *
Es usted el que decide
Si le cree o Le echa a un lado
Es usted el que resuelve
Si lo acepta o queda alejado.
Tomarle o dejarle, tendrá que elegir;

Si le cree, le aseguro, Sin fracaso ha de vivir.